Leo en el diario de mi idolatrado Pedrojota una noticia que llama poderosamente mi atención: el tamaño del pene está relacionado con el de los dedos. Me congratula este tipo de información porque hombre, ya está bien de la SGAE y del cáncer de Chávez, que es verano leñe y se necesitan cosas fresquitas. Y por otro lado, que me perdonen los chavistas (me corrige el Word y me pone chapistas, si hay algún chapista chavista que me perdone también) pero no me extraña que Hugo Chávez tuviera cáncer y lo raro es que no tenga una úlcera con lo agriado que está siempre y esos discursitos que duran un día. Uy que tío más pesao… Al grano, hombre, al grano.
Eso digo yo, a lo que iba. Unos urólogos de Seúl ha encontrado un factor físico que predice la longitud del pene: la ratio (fíjate, yo pensé en mi ignorancia que sería el ratio pero si en el periódico de Pedrojota ponen el artículo en femenino, yo igual) entre los dedos anular e índice de la mano. Pero no de cualquier mano (de las dos que hay vaya), de la derecha. Cuanto más similar sea la altura de estos dos dedos, más largo es el pene. Tócate los cojones MariLoli, lo que me faltaba a mi saber para ir mirando a los tíos donde no debo. Yo, que me dijo una vez la secretaria de una revista en la que trabajaba, que sabía de muy buena tinta (ya sabéis vosotros cómo se las gastan las secretarias) que el redactor jefe tenía un pollón. Y yo, desde que me dijo eso ya sólo podía mirar al pobre chaval a su entrepierna, una que es así de básica. Como los hombres más o menos. Ya sabéis lo de todas las leyendas urbanas sobre cómo averiguar el tamaño del pene de tu vecino (o jefe, o amigo o quien sea): que si por el tamaño de la nariz, cuanto más grande ésta, más grande la polla. Lo de que si es bajito quiere decir que va bien armado (con el consabido gesto de la mano haciendo la pistolita, yo lo hago a menudo porque un amigo tiene un amigo que vive en el sur, no diré nombres que luego se me cae el pelamen, que es bajito pero por lo visto, matón), etc, etc, etc.
Alegraos chicas, que ahora, con lo de los urólogos de Seúl, ya tenemos el método seguro: se le cogen los deditos al sujeto investigado y con eso ya te puedes hacer una idea de si merece la pena llevártelo a la cama o no. De lo más práctico y super útil en esta época vertiginosa que vivimos en la que no merece la pena perder el tiempo. Porque sí, porque el tamaño importa como ya he defendido en otro post (que no sólo aporta como defiende un amigo mío que no quiere ser citado y que seguro que la tiene enana y por eso lo defiende con tanto ahínco).
Así que este verano, a la vez que llevamos en el bolso la barra de gloss, un tampax, el espejo de rigor, el móvil y unos cuantos condones, también, un metro de costurera. Que no ocupa nada y puede resultar muy útil.