Pero nunca volvieron. En lugar de eso, transcurrido un año, las gemelas se separaron, y sus vidas se dividieron en dos como el óvulo que en otro tiempo compartieron.
Si esta bitácora sirviera como catálogo de usos sensatos y adecuados de la ciencia en la literatura este sería un buen ejemplo. La metáfora que hoy nos ocupa no es la más fina del mundo pero funciona bastante bien, está bien traída. Es realmente misterios la división del óvulo que es por otro lado la que lleva al crecimiento embrionario.
Quizá el lector haya notado que la Biología no es mi especialidad, pero sirva esta entrada para hablar de esta curiosa novela en la que aparece el fenómeno de las personas de raza negra que son de piel clara y no lo parecen, y pueden por tanto hacerse pasar por blancos. Buen material para una novela, como quedó demostrado también con La mancha humana, de Philip Roth