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Mientras tantoLa negativa del silencio

La negativa del silencio

Sestear absorto y pálido   el blog de Jose de Montfort

 

Lo de Sergio Espinosa parece que se nos va todo el rato para la hipálage o el retruécano pero no es eso, no es exactamente eso.

 

Es más un pero qué.

 

No la instigación brava del silencio, sino la crápula displicencia del sigilo.

 

Hacia la mudez (Kriller 71, 2017) es un poemario dividido en cinco partes (desglosadas en dos primeras partes, una segunda, una tercera y una quinta).

 

Claro que lleno de anáforas y aliteraciones que le dan un cierto ritmo percutivo (cuando conviene: en las partes quinta y tercera, especialmente); casi quiasmos hay muchos, también, pero más falsos encabalgamientos.

 

Porque en verdad lo que se busca en este libro disfrazado con su marco poético es tratar de buscar el grado cero del ensayo.

 

Hay así un microensayismo quasi aporístico.

 

Frases/versos que se (auto)derrumban.

 

Sin embargo no hay solipsismo aquí, sino aceptación de que lo que uno es depende de los otros, que “somos en función de otros”, que “nos necesitamos en los otros”; todo lo escrito es la consecuencia de un tú que hubo y marchó o se fue o murió o se desvaneció o no existió nunca.

 

Porque, a lo mejor, y solo a lo mejor, fue un pura creación nuestra.

 

Hacia la mudez es un libro escrito “entre el hambre y el sonambulismo”, en la creencia que siempre el ayer fue lo mejor de nuestra vida.

 

Hacia la mudez, aunque no lo parezca, es un libro de (des)amor.

 

Un tejer palabras imposibles para tratar de enjalbegar un vacío tremendo.

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