Muchas han sido y me temo que serán, la falta de reacción o sospecha de las decisiones de la OMS ante esta pandemia desatada y que tantas pérdidas económicas, de vidas y de derechos humanos ha ocasionado en el mundo. Su falta de reacción en los primeros momentos claves en los que los casos se estaba extendiendo por China, fueron los causantes según muchos expertos de que el Covid-19 se haya extendido por el mundo causando lo que ya todos conocemos. Y lo peor de todo es que los Ministerios de Sanidad de todos los países, creen a pies juntillas las decisiones que se tomen en la OMS, sin reconocer que el control de la misma está en manos de particulares. Y eso es lo que verdaderamente tenemos que lamentar.
El actual Director General, el biólogo etíope Tedros Adhanom que desde el 2017 dirige dicha Organización, está rodeado de una seria de asesores nombrados por él mismo, cuando en realidad el Equipo Asesor debería estar compuesto de científicos, médicos, veterinarios procedentes de los distintos países del mundo, con experiencia y totalmente independientes del Equipo Directivo. Por otro lado, los países solo aportan alrededor de un 20% del presupuesto necesario para su funcionamiento, mientras que el resto son donaciones privadas, aportaciones de farmacéuticas y otros ingresos provenientes de multinacionales o fundaciones también privadas. Por tanto estamos ante un Organismo financiado principalmente con dinero privado. ¿Qué interés existe en esas donaciones millonarias privadas para mantener un Organismo que se supone que es Oficial y que tiene la potestad de la sanidad mundial? ¿Dónde está la implicación de los países en el control de su cometido? ¿Podemos estar tranquilos que las decisiones sean transparentes y que no sean dirigidas desde dentro por los donantes privados? ¿Quiénes forman el Consejo Asesor que debería funcionar como el elemento decisivo de tomas de decisiones a nivel mundial? Existen muchas dudas ante la falta de de reacción con el Covid-19 y la amistad por intereses estratégicos que une a su Director General con China.
Y estas dudas y otras más que trataremos, ya han sido expuestas públicamente en un reciente programa de televisión de la Cadena 4 titulado “Horizonte” del que volveremos más adelante a nombrar.
Lo cierto es que una Organización con tanto poder de decisión, tenía que ser financiada solo y exclusivamente por los Estados para evitar posibles interferencias y acondicionamientos en su funcionamiento. Su Director debe ser nombrado por los Comités Científicos del mundo y no por los políticos. Debe de existir un Consejo de Seguridad Sanitario que represente a todos los países para la toma de decisiones urgentes y rápidas, al igual que lo hace el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Debe ser transparente. Abierto a las nuevas investigaciones, a los nuevos llamamientos de científicos, a las nuevas líneas de investigación. Debe ser crítico, con la mano extendida hacia aquellas ideas que pudieran estar en contra de lo normalmente establecido y comprobar, en lugar de negar, todas aquellas posibilidades de avances para el bien de la humanidad, sin poner barreras canalizadas. De esta forma nos podríamos asegurar tener un Organismo potencial y fuera de toda duda para actuar en posibles emergencias sanitarias que por desgracia nos tendremos que enfrentar ante el avance del cambio climático.
Llegados a este punto, después de un año de haberse establecido la pandemia mundial, no se comprende que sea ahora, tan tarde, que un equipo de la OMS entre a China a investigar la procedencia del virus. Un año en el que todas las pruebas necesarias pueden haber desaparecido. Una visita que dicho por numerosos expertos fue un teatro vergonzoso, donde no se dejaron a los investigadores trabajar solos, donde se les enseñaba solo lo que China quería enseñar, donde les enseñaron el mercado cerrado a cal canto y desinfectado desde hace un año, donde visitaron un laboratorio como el que visita un museo, sin poder realizar ninguna investigación propia, sin dejarlos ni un solo momento solos y completamente vigilados. Patético y desesperante.
Pero lo más preocupante del equipo de expertos de la OMS y después pasearse por la ciudad de Wuhan considerada el epicentro de la pandemia, visitando el mercado mayorista y el Instituto de Virología de Wuhan cercano al mercado, han sido las declaraciones de los “expertos” que han anunciado sus conclusiones afirmando que el SARS-CoV-2 es de origen animal y que no hay evidencia de que hubiera transmisión antes de su detección, descartando la fuga de laboratorio siendo “altamente improbable”. ¿A quienes quieren engañar con estas afirmaciones? ¿Cómo han llegado a esa conclusión cuando no han podido investigar libremente en su visita fugaz a China y lo único que han hecho es ver los lugares que el gobierno de China ha querido enseñar? ¿Cómo tras un año de pandemia no se haya podido encontrar el animal transmisor de esta pandemia y si se hayan podido encontrar rápidas vacunas de diferentes laboratorios a la vez? ¿Por qué afirman que no ha podido salir de un laboratorio cuando la visita al mismo ha sido protocolaria sin estudio o investigación alguno, solo un paseo como el que ve la casa que uno quiere comprar? ¿Qué nos están ocultando? ¿Por qué las naciones no exigen saber qué es lo que nos ha llevado a esta situación mundial? ¿Cómo es posible encontrar vacunas de un virus sin saber la procedencia del mismo? ¿Qué intereses existen para que se nos oculte la verdad? ¿Por qué los gobiernos callan ante este silencio de la OMS? En realidad son muchas las preguntas que quedan sin resolver y muchas otras más atrevidas que me reservo. Mientras que no sean contestadas de forma transparente, las dudas siempre estarán presentes y la OMS tal y como está estructurada hoy en día, sus declaraciones no son de fiar y tienen claros síntomas de ocultismo interesado.
Es por eso insisto, en que se debería de forma urgente crear un Consejo Mundial Sanitario y un Consejo Mundial de Seguridad por el Clima, ambos formados por expertos y científicos independientes de cualquier rol político o multinacional, financiado exclusivamente por los Estados y con capacidad de reacción urgente y rápida ante eventos sanitarios o climáticos.
Volviendo al programa televisivo “Horizonte”, el Coronel del Ejército, Doctor Veterinario y experto en bioterrorismo, armas sónicas y virología, Luis E. Martín Otero, declaró ante millones de espectadores, que estaba totalmente convencido que el virus que ha ocasionado esta pandemia se escapó accidentalmente del laboratorio de Wuhan. ¿Por qué no ha sido recogido en los medios de comunicación? ¿Por qué ese silencio que se torna sospechoso? Es algo incomprensible que estando en el siglo XXI tengamos que tolerar silencios sospechosos o negar afirmaciones que vayan contra la OMS que no es precisamente una fuente de información fiable como hemos visto. En el mismo programa algunos asesores críticos de la OMS afirmaron igualmente que no se puede descartar la procedencia de un accidente biológico en el que creen que hay un 85% de posibilidad. ¿Por qué no se habla abiertamente de esta viabilidad? Tal vez porque muchos países tienen sus propios laboratorios secretos donde se manipulan virus mortales y que de comprobarse las afirmaciones del Coronel, se pondrían todos ellos bajo la duda de seguir con sus experimentos por temor a otros accidentes. Como dijo este experto militar, lo ocurrido con los miembros de la OMS en China, ha sido una mera puesta en escena, un teatro orquestado por China e interpretado, esta última expresión es mía, por sendas marionetas de bata blanca.
Lo cierto es que llevamos más de un año y aún no hemos encontrado la procedencia del virus que nos acosa. Tal vez es por qué no se busca donde es más sencillo encontrar la verdad.