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BrújulaLa pastora Marcela cobra vida en la imprenta del Quijote

La pastora Marcela cobra vida en la imprenta del Quijote

Así lo cuentan los artífices de este nuevo espacio teatral que habita el mismo techo en el que se imprimió la primera edición de Don Duijote de la Mancha: “Un hombre ha aparecido muerto: Grisóstomo. Una mujer ha sido acusada de su muerte: Marcela. Los pastores sospechan de Marcela. No les gusta su hermosura, ni su orgullo. Estamos en 1605 y todos creen que merece un castigo. Pero Marcela no acata la norma y habla en su propia defensa. Marcela es uno de los personajes más célebres de Cervantes. De la mano de tres creadoras actuales, Leticia Dolera (dirección), Celia Freijeiro (Marcela) y María Folguera (dramaturgia, a partir del capítulo XIV de la obra de Miguel de Cevantes), descubriremos los muchos fuegos que iluminan este mito”. En palabas de Luis María Anson en El Cultural, tras celebrar la interpretación de Celia Freijeiro, “la mejor actriz teatral de su generación”: “‘La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos, con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra ni el mar encubre; por la libertad, así como por la honra, se puede y debe aventurar la vida…’. Esta idea sobre la libertad, tan profunda y actual, la extiende Cervantes lo mismo al hombre como a la mujer, lo que en el siglo XVII era poner una pica en Flandes. Pero Marcela afirma sin veladuras: ‘Yo nací libre, y para poder vivir libre escogí la soledad de los campos’. Celia Freijeiro ampara la voz de la Marcela cervantina con especial énfasis porque ‘fuego soy apartado y espada puesta lejos’. La pastora Marcela, en fin, acusada de asesinar a Grisóstomo, se defiende no desde su belleza, sino gracias a su clara inteligencia y a su capacidad intelectual. En pocas ocasiones he disfrutado tanto como contemplando Marcela, singular obra teatral, a cargo de personas de las nuevas generaciones. Se representa en el nuevo Teatro Cervantes, instalado en el edificio de la Sociedad Cervantina, número 87 de la calle de Atocha, donde a lo largo de varios siglos funcionó la Imprenta de María de Quiñones y María Rodríguez Ribalde, regentada por Juan de la Cuesta. La primera edición del Quijote (1605) se imprimió en esta imprenta, que hoy se puede visitar. Los espectadores contemplan en la estancia del siglo XVII, con sus ‘dos sórdidos ventanucos’, la misma máquina en la que se imprimió el Quijote, el chibalete de época, el tórculo, los punzones y demás utensilios, reunidos todos en el lugar en que, con la presencia habitual de Miguel de Cervantes, vio la luz el Quijote impreso”.

Dónde: Sociedad Cervantina, Madrid

Cuándo: Hasta el 2 de junio

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