No, no es que haya hecho otra de las mías y haya metido la pata una vez más, más bien me he escurrido con la pata hasta el fondo, hasta donde ya no da más de sí.
Después de más de 3 meses teniendo apalabrados unos terrenos, por fin hoy he conseguido que viniera alguien de la Alcaldía a ver si les interesaba quedárselos para una posible Universidad, que, quizás, algún día, dentro de 4-5 años, dependiendo que haya fondos internacionales para hacerlo, empiecen a construir… que aquí las cosas no vuelan, salvo el dinero. Y como todo ese dinero para construirla tiene que acabar saliendo, de una u otra manera, del primer mundo y estamos de rebajas por la crisis y de cada 100 € que pueden llegar por el camino estoy convencido que se queda más de la mitad, entre unas cosas y otras, me temo que lo mismo me jubilo y no he acabado de ver inaugurada la susodicha Universidad.
Total para comprar un secarral como éste, que me va a costar dios y ayuda que crezca nada como no encuentre agua en condiciones
Bueno, el caso es que ha servido como excusa para tenerme casi 4 meses probando mi paciencia.
Resumiendo: en el mes de marzo apalabro con unos campesinos para comprar un terreno, llegamos a un acuerdo en el precio y encargo a la Direction Regional de l’Habitat et l’Urbanisme que haga ‘le bornage’, delimitación y planos del terreno. Cuando voy a recoger el informe después de pagado (1.260.000 Fcfas, 1.920 €) no me lo entregan y me dicen que está pendiente que la Alcaldía vea si lo quiere o no. Porque todos los terrenos son ‘propiedad’ del Estado por más que pueda haber un usufructuario que te pueda dar el ‘pase’.
Así que he estado, semana tras semana, esperando que el Alcalde o alguien fuera a ver los terrenos y tomara la decisión. Lo tengo claro: la cuestión era ‘ablandarme’, me la están metiendo doblada.
En éstas, un ‘amigo’ heredado del anterior inquilino de la casa que alquilé, Zack, que venía a tomar cafés por la mañana, estaba intentando facilitarme el contacto con el Alcalde, amigo suyo, parece ser.
Al final, me llevó a casa del Alcalde para una visita ‘informal’, pero me avisó que metiera en un sobre 20.000 Fcfas y se los diera cuando nos fuéramos.
Con mi proverbial estilazo, doblé el sobre para esconderlo en la palma de la mano y dárselo cuando le diera la mano de despedida. Poco acostumbrados a estas finuras se le cayó al suelo y fue un poco incómodo porque también estaba su Asesor Personal (creo que no está en nómina en el Ayuntamiento, sus ingresos provienen de la parte de ‘complementos’) y alguno de sus hijos.
2 días después, acompañado por Zack, nos recibió en su despacho pues se suponía que saldríamos a ver el terreno, pero noté enseguida (soy como un lince ibérico, en extinción, para estas cosas) que había metido la pata, o bien por la forma en que hice la entrega del sobre en su casa o bien que el importe del sobre no debió cubrir todas sus expectativas porque casi ni nos saludó y estuvo todo el tiempo firmando papeles mientras un técnico municipal le contaba lo que él ya sabía. Nos dijo que ya irían a verlo, el terreno, y ya me dirían.
Una mañana como tantas otras aquí, cuando vas de gestiones: 1 hora esperando, hablar por hablar, y no resolver nada. Lo que no sé es cómo no hay un Mariano José de Larra local… supongo que porque a todos les parecerá bien así.
Dos días después me viene a buscar Zack para ir a ver al Asesor Personal y que nos va a acompañar, con un Técnico, a ver el terreno.
El día anterior había llovido y para salvar un charco que había a la entrada de la Alcaldía extiendo mi zancada más de lo que mis condiciones físicas y psíquicas aconsejan y ¿qué pasó?, pues que pisando en ese barro denso y resbaladizo que se forma con la lluvia me deslicé hasta quedarme, lentamente eso sí, espatarrado como una Paulova de 120 kgs.
La gente me miraba atónita a la puerta de la Alcaldía, pensarían para sí, ¿qué narices hace el nazzara?
El Asesor me miraba y le indicó a Zack que estaba perdiendo su ‘blanco’, pero no creáis que nadie corrió a salvarme. Por mí mismo me sobrepuse o me puse de pie, hecho un cristo de barro, eso sí.
Compadecidos, quizás, del percance y sentado en las escaleras que salvan el barro de la entrada del edificio sólo tuve que esperar media hora a que vinieran los que nos acompañarían a ver el terreno. Desgarro físico en la pierna, desgarro moral en el ánimo, y casi lo peor el pantalón desgarrado en la entrepierna, aunque camuflada mi ropa interior por un refrescante barro que disimulaba los posibles percances previos en la misma.
Llegamos en mi furgoneta, allí estaban los 2 ‘propietarios’ y como para justificar el desplazamiento y los ‘gastos’, se fueron a recorrer el terreno, yo tenía la pierna que a duras penas me permitía conducir, como para darme paseítos oyéndoles hablar en mooré sin enterarme de nada.
Al día siguiente habían cubierto con piedras el barro y el agua de la entrada de la Alcaldía, no se vayan a quedar sin ‘blancos’
Vuelven y el Asesor, su 1,90 m de estatura (física, que no moral), me empieza a hablar ligerito y yo sin pillar demasiado. Pero lo fundamental, si: que terreno tienen el que quieran y que va a hacer que ése sea para mí, que el Alcalde dice que sí (por transmisión telepática, que llamadas no hubo), que le tengo que dar algo al Técnico, amén de pagarle 10.000 Fcfas por haber venido a hacer su trabajo, sin recibo, claro, que el Alcalde tiene un sobrino que hace obras y que le tengo que contratar las obras o construcciones que vaya a hacer para la granja y que, así, no habrá problemas. Todo esto golpeándome con su índice en mi pecho, con unos niveles de confianza que me llamaron la atención, porque aquí lo de tocarse es algo muy extraño entre desconocidos. O quizás pensara que, como en Casablanca, la película, este es el principio de una gran amistad… aunque a mí me da miedo cuánto me va a costar esa ‘amistad’.
Total, luego Zack me resumió en casa: sobre para el Técnico Municipal (además de los 10.000): 35.000 Fcfas; sobre para el Asesor: 25.000 Fcfas; sobre para el Alcalde: 50.000 Fcfas. Y a Zack le di otros 10.000 por las gestiones. Así que eché el día: más de 200 € por algo que me tendrían que hacer por la cara. Incluso como me comentaba alguien, ‘la Alcaldía te tendría que haber regalado los terrenos de la Biblioteca y los de la Granja…’
Pero como me aclaró el Asesor golpeando mi pecho, ‘está muy bien todo eso que quiere hacer por la gente y por la ciudad de Ouahigouya, pero nosotros tenemos muchas necesidades a título personal, compréndalo…’.
Mi problema es que comprendo demasiado y tendrá que llegar el día que deje de ‘comprender’ o de lo contrario lo único que voy a acabar dando a la gente que lo necesita son los caramelos que reparto a los niños en la calle.
Por la tarde me he puesto en manos de un ‘maser’, que son quiroprácticos tradicionales que te arreglan las fracturas y los músculos perjudicados.
Aunque viendo el nivel de minusválidos que hay tendría que habérmelo pensado mejor. Y los gritos que ha conseguido sacarme me lo han confirmado, porque ya no sé por qué me duele más la pierna, si por la caída o por esas manos torturadoras. No noto el dolor de la caída, porque me duele un motón el resto de la pierna. Espero que pase…
Lo malo es que el orgullo y la confianza en los ‘hombres íntegros’ también los tengo doloridos y no sé si para eso hay ‘masers’.
En manos del ‘maser’, que me dejó peor que si hubiera sido un ‘mauser’
Felices Vacaciones para los que las empiezan. Yo también, pero seguiré contándoos historias todos los fines de semana.
GALERÍA DE RETRATOS DE JAVIER NAVAS