La bellísima nueva exposición de Nacho Carbó en la galería Freijo de Madrid es un buen ejemplo de cómo la investigación artística, tanto desde el punto de vista conceptual como instrumental, está prestando cada vez más atención al replanteamiento del lugar de los humanos en el mundo y sus relaciones con el resto de especies. En La piel que respira, su segunda exposición individual en Freijo, Carbó presenta una serie de esculturas –construcciones más bien, pequeñas arquitecturas, casi organismos– realizadas con materiales ligeros procedentes de la naturaleza, como la rafia, la estopa, el junco o la fibra de coco, y también nuevos biomateriales productos del cocinado y cultivo en el estudio, como biofilms a base de almidón de yuca o biocelulosas a partir del hongo de té chino o kombucha. Las obras de Carbó nos remiten a la delicadeza de los nidos, de los capullos, de las telas de araña. En palabras del propio artista, “son un acercamiento a esos procesos naturales, a esos organismos y a esas arquitecturas que no permiten ser entendidos de una forma clara y disciplinar pues poseen discontinuidades y superposiciones y están moldeados por intersticios, pliegues y fisuras”.
Dónde: Galería Freijo, Madrid, España
Cuándo: Hasta el 23 de febrero