Edge es una influyente publicación online, editada por John Brockman, que explora cuál debe ser hoy el papel de los intelectuales. En sus orígenes se encuentra The Reality Club, un grupo de científicos, escritores, filósofos y artistas de Nueva York que durante los años ochenta y primeros noventa se reunían de forma informal poniendo en práctica la idea siguiente: Para llegar a los límites del conocimiento del mundo, es preciso buscar a los cerebros más complejos y sofisticados, ponerlos juntos en una habitación y hacer que cada uno haga a los demás las preguntas que se hace a sí mismo.
El discurso de Edge aboga por superar las barreras existentes entre científicos y hombres de letras. Utiliza el término la tercera cultura –acuñado en 1963 por el escritor inglés Charles P.Snow– para designar a una nueva especie de intelectuales cercanos, conectados con la realidad y la tecnología de su tiempo, capaces de dar forma a las inquietudes de su generación, que escriben de forma accesible, que saben divulgar y comunicar con la gente, que han comprendido que lo que tradicionalmente se ha llamado ciencia hoy se ha convertido en cultura pública y que no es posible entender el mundo sin ella porque el gran cambio de nuestra época es precisamente la velocidad en los cambios.
Cada año, desde 1998, Edge propone a un amplio grupo de mentes notables una gran pregunta a la que deben responder o sobre la cual, al menos, deben escribir. La del 2010 es ¿cómo está cambiando internet la forma en que usted piensa?, y fue publicada ayer junto con 159 textos de respuesta.
Por poco tercerculturistas que se sientan, les recomiendo que empiecen a hincarle el diente cuanto antes a esta soberbia y poliédrica recopilación de reflexiones. El elenco de respondedores es granado, extenso y variopinto: biólogos (Lynn Margulis, Richard Dawkins), físicos (Neil Gershenfeld), psicólogos (Mihaly Csikszentmihalyi), comisarios de arte (Hans Ulrich Obrist), digeratis visionarios (Howard Rheingold, Jaron Lanier), músicos (Brian Eno), cineastas (Jonas Mekas), investigadores, artistas visuales, empresarios, escritores, arquitectos, ejecutivos, astrónomos, editores, médicos, periodistas, consultores, antropólogos, programadores, filósofos, actores,… hasta 159 cerebros destacados que no se conforman sólo con saber muchísimo de lo suyo sino que se empeñan en relacionarlo con todo lo demás para así poder entender el complejo mundo en el que viven y, en consecuencia, saber explicarlo. Yo, desde luego, no veo otra opción en estos tiempos que corren. Además, qué demonios, por eso y para eso existe FronteraD.