Llegó a Viena la primavera de 2016 y se festejó por todo lo alto, con brotes de hierbas viajeras que venían de la selva africana de Guinea Ecuatorial. De esta forma se celebró por quinto año consecutivo en la capital autríaca la Semana de Literatura Guineoecuatoriana. Se celebraba un aniversario, un pentateuco literario. Cinco años de andadura inspirada, de camino pisando la senda de las letras hispanas de Guinea Ecuatorial. Una vez más, la cita cultural anual entre Austria y Guinea Ecuatorial volvía a calentar las aulas de la Universidad de Viena, uno de los principales centros difusores del humanismo europeo.
El camino de Viena a Malabo –o de Malabo a Viena– fue iniciado hace mucho por el célebre explorador Oscar Baumann, cartógrafo y etnólogo nacido en Viena. Autor de varios tratados antropológicos, en 1886 realizó un importante estudio sobre la isla de Fernando Poo, actual Bioko, y su población oriunda, los bubis. Este antecedente histórico, que sella el primer encuentro cultural entre Austria y Guinea, ha sido el principal condicionante y aliciente para la materialización de un nuevo reto cultural solidario tendente a una mayor aproximación entre la ciudadanía europea de Austria y las comunidades africanas de Guinea Ecuatorial. En la Semana de Literatura Guineoecuatoriana de Viena se asistió a un intercambio cultural entre dos pueblos, un acercamiento entre dos continentes, Europa y África.
Durante la quinta edición de la Semana de Literatura Guineoecuatoriana se acudió a la ópera de Wolfgang A. Mozart, se asistió el teatro de Recaredo S. Boturu, se recitaron los versos de Anacleto Oló Mibuy, se leyeron páginas de la obra de Trifonia Melibea Obono, se presentó la nueva edición de El párroco de Niefang (del que firma esta crónica), se asistió a los coloquios en compañía del escritor vienés Erich Hackl, se estudió en las aulas del profesor Max Doppelbauer –director del evento– y se debatió en el Instituto de Estudios Africanos de Viena, junto a Mischa G. Hendel (co-autor de este texto), quien presentaba su nuevo libro, Escribir para ser leído: entre el exilio y la patria. Enfoques desde Guinea Ecuatorial. Por quinta vez, la Universidad de Viena volvía a celebrar uno de los eventos más importantes del mundo de las letras guineanas: poetas, dramaturgos y escritores de Guinea Ecuatorial para presentar la actualidad literaria del país y hablar de la realidad cultural del único país hispano del continente africano.
Doble explosión de libertad
En términos históricos, la semana es recibida por los intelectuales guineanos como una doble explosión de libertad: libertad cultural y libertad de expresión. Libertad con respecto al régimen opresivo instaurado en Guinea, lo que el célebre sociólogo suizo Max Liniger-Goumaz llama nguemismo, al que se añade la complicidad del Estado español cuando declaró, durante años, el tema de Guinea Ecuatorial como materia reservada. Participaba así de manera contundente en la aniquilación física y moral de los intelectuales guineoecuatorianos, tanto los que estaban exiliados en la misma España como los que estaban encerrados en Guinea Ecuatorial. Este mismo Estado español sigue bajo los efectos de lo que el profesor Ramón Tamames tildó de “franquismo sociológico”. Así se explica el hecho de que ministros o ex ministros (muchos de ellos socialistas) y otros ex jerarcas españoles vayan con frecuencia de visita a África ecuatorial para vestirse con colores dictatoriales.
Hoy, aún con el espectro del franquismo viviente en la ex metrópoli, la literatura guineana grita y exige libertad. Uno de los pioneros del renacer cultural guineoecuatoriano es el célebre escritor Donato Ndongo Bidyogo, autor de la primera antología de literatura guineana, que participó en las jornadas de Viena en 2015. El nuevo espacio creativo guineoecuatoriano interesa a eminentes personalidades universitarias europeas, americanas y africanas. La literatura guineana sale a flote, sus artífices más jóvenes salen a la luz, hablan y gritan también lo mismo: libertad. Recardeo Silebo Boturu llegó a Viena y mostró la comedia del arte guineano; llegó también Trifonia Melibea Obono Ntutumu, con su embeleso, una mirada lúcida de su pueblo perdido en el bosque de los cien años de soledad. Porque la mujer, ella, sigue con la triple carga en Guinea: la carga de la tradición africana, la carga del legado colonial y la carga de la viciada sociedad de la posindependencia. Herencia de bindendee es el título de su primera novela, presentada en esta quinta edición de la primavera de Viena.
Acto de inauguración
Aunque los actos de la Semana de Literatura Guineocuatoriana ya habían comenzado el viernes 7 de mayo con el inicio de un taller del teatro malabeño a cargo de Recaredo S. Boturu, la inauguración oficial tuvo lugar en la Universidad, en la mañana del día 9 de mayo, cuando el profesor Max Doppelbauer y Eva-Maria Remberger, la directora del departamento de Esudios Romanos, inauguraron el evento en presencia del poeta guineano Anacleto Oló Mibuy, presidente del CICTE de Guinea Ecuatorial. Oló Mibuy es la primera personalidad de alto rango del Estado guineano en participar en la Semana de Literatura Guineoecuatoriana.
En su intervención, el profesor Max Doppelbauer trazó la breve e intensa trayectoria de la Semana de Literatura Guineoecuatoriana, dedicada a Guinea Ecuatorial en Austria, un evento que comenzó en mayo de 2012 y desde entonces se viene celebrando en las mismas fechas de cada año, cada vez con más audiencia e impacto en los círculos y espacios culturales afroeuropeos.
A continuación, tomó la palabra Anacleto Oló Mibuy. Adjuntamos la parte principal de su intervención:
“Tengo la enorme satisfacción de participar en estas jornadas sobre la literatura guineoecuatoriana organizadas por esta Universidad prestigiosa de Viena. Saludos como los da el viento, muy efusivos, al profesor Max Doppelbauer y todos los que, edición por edición, hacen posibles estas jornadas; incluso los estudiantes que por primera vez se introducen en el estudio de las fuentes de creatividad humana. En mi país se dice que lo que está bien hay que decir que está bien. Lo que está mal también hay que decirlo. Por lo tanto ¡Que vivan las jornadas de reflexión sobre la literatura de Guinea Ecuatorial! Dicho de otra manera, que sigan haciéndose parte del enriquecimiento del pensamiento humano y granito de cultivo para la civilización universal.
Sé que eminentes autores han sido ya invitados a este foro, hablando sobre la literatura de Guinea Ecuatorial desde diversos ángulos. Muchos de ellos han merecido ser premiados por el aspecto de sus intervenciones. No quiero pecar de imparcial, pero me permito mencionar afectuosamente a Donato Ndongo Bidyogo, Juan Tomás Ávila Laurel, así como a otros. Con muchos de ellos he trabajado estrechamente para la recopilación, adaptación, difusión y consolidación de estas hermosas letras africanas de Guinea Ecuatorial que llaman la atención, porque se escriben en la lengua de Cervantes. Nos hemos empoderado con las lenguas europeas hasta el punto de que ya no nos pueden considerar como ladrones de lenguas. ¡Qué contradicción! Predicamos la globalidad, la civilización de lo universal y pretendemos imaginar iones tropicales, musas forestales, gritos y alegrías metaforizadas desde la experiencia propia. Mejor dicho, nuestro modus vivendi. Si Cervantes se levantara de nuevo, se asustaría de cómo hemos tratado al Quijote en Sudamérica, en Guinea Ecuatorial ya estamos negociando con la Real Academia Española de la Lengua para que se introduzcan neologismos bañados de bantuismos. Decir por ejemplo: el equipo A ha dado al equipo B una paliza de cabras. O decir: no tengo noche en la boca (es decir, déjeme terminar). O decir: tengo corazón en el aceite (es decir, reboso de alegría). Estas y otras muchas palabras no las dejó Cervantes en Guinea Ecuatorial. Como verán, y se lo digo a quienes quieran apropiarse del patrimonio humano, el mestizaje (universal lingüístico) es el más compenetrador de las civilizaciones y se empieza con poco léxico.
Esta oportunidad me permite expresar mi gran admiración por esta ciudad, cuna de la música clásica, de grandes músicos, otro lenguaje universal muy útil para la nueva civilización. En fin, o el mestizaje recíproco responsable o la insostenibilidad de un mundo que se ignora a sí mismo porque la esencia del mundo es el mestizaje de la humanidad.
Para acercarme al estudio de las literaturas africanas está el gran pasado, que dicen ágrafo, sin escritura y pisoteado por las invasiones árabes, incursiones colonialistas, la misma colonización lucha por las independencias y una cierta melancolía de algunos escritores africanos ante los desatinos políticos regenerados de nostalgias fugaces con respecto a períodos sucesivos mal administrados. Para hacernos una idea o una aproximación metodológica, estas literaturas pueden presentarse a través de una clasificación consensuada en:
a) Literatura precolonial. b) Literatura colonial. c) Literatura combativa de liberación (literatura política). d) Literatura independentista–soberanista. e) Literatura poscolonial o literatura de las circunstancias: dictaduras, exilio, injusticias, etcétera.
Convendréis conmigo que la literatura precolonial no es nada más que una recopilación de las tradiciones orales y hecha por la curiosidad de los colonos por lo exótico que les parecieran comportamientos de pueblos que solo viven de haber ‘oído decir a mis ancestros’. Lévi-Strauss ofreció, con sus estudios antropológicos, un conjunto de elementos positivos de pueblos que solo vivían y se desenvolvían por medio del código oral; datos recogidos de la narrativa y las epopeyas.
En la literatura guineana se ha vivido la misma experiencia desde la colonia.
La reivindicación de la libertad. Nuestro caso ha sido la experiencia del exilio, la conquista de las libertades; la dictadura de los once años, etcétera. En esa época escribí dos poemas:
‘A un joven fusilado en el patio de Malabo’
Nostalgia de Navidad o el Salmo de los desterrados Si me olvido de ti
Guinea Que se pegue la lengua al paladar
Como bailar bailes de mi pueblo en tierra ajena Bailar Mokom Bailar Ivanga Bailar Cachá O Bonkó”.
Anacleto Oló Mibuy y la corriente hispana o castellana
Lo que destaca en la obra de Oló Mibuy es su lirismo desbordante, fruto de un entronque inaudito entre el hechizo bantú y la pureza castellana. Oló Mibuy es un poeta nato. Aparentemente desgarbado y surrealista, Anacleto Oló es sin embargo un académico con varios títulos universitarios: filosofía y letras, teología y antropología. Su inmensa obra escrita, compuesta de artículos y ensayos, no se refleja en la cantidad de libros publicados y la calidad de sus versos es excepcional. En Viena presentó sus dos últimos poemarios, Trozos de una vida y Crespones para el recuerdo (Ediciones CICTE-PRESS. Malabo 2016), que forman trilogía con su primer opúsculo, Gritos de libertad y de esperanza (1987).
En la literatura guineana, Olo Mibuy pertenece a la corriente hispana o castellana, la componen personalidades cuyas obras se inspiran y se sitúan en el contexto cultural hispano, valorando su aportación –la lengua y la cultura–, poco importa si el tópico tratado es africano. En el marco formal son literatos que buscan la pureza castellana, se evita al máximo el empleo de modismos y localismos guineanos. Los autores de la corriente castellana lanzan un llamamiento al mundo iberoamericano y más allá porque consideran que la dimensión de su mensaje, culto y universal, ya no tiene cabida en la “pequeña España”. Las obras de Donato Ndongo Bidyogo, por ejemplo, se estudian mucho más en las universidades americanas que en la misma España, aunque en el empeño por la modernización de la sociedad africana, los hispanoguineanos consideran Madrid como fuente natural de la hispanidad.
Algunos de sus principales representantes han pasado parte de su vida profesional en la Península Ibérica, para ellos la literatura es un compromiso social (Paco Zamora) o una vocación (Justo Bolekia Boleká) que puede llegar a ser un apostolado (Donato Ndongo Bidyogo). Otros miembros de esa corriente son Ciriaco Bokesa Napo, Raquel Ilombe, Marcelo Ensema, Juan Balboa Boneke y Carlos Nsué Otong.
Joaquín Mbomío Bacheng y Joaquin Mbomío
Tras la ceremonia de inauguración, después de la intervención de Oló Mibuy, Joaquín Mbomío Bacheng presentó las primeras publicaciones de la nueva editorial, Ediciones en Auge, entre ellas, la segunda edición de El párroco de Niefang, de su autoría. El párroco de Niefang ya es una obra clásica de la literatura guineana, que ha sido objeto de ensayos y tesis doctorales. Destacados especialistas de la literatura guineana han explorado sus diferentes vertientes, entre ellos los profesores Baltasar Fra Molinero, Mbare Ngom, Gisèle Avome Mba y Veronique Solange Beka. En su presentación, Joaquín Mbomío también citó la nueva y primera novela de Trifonia Melibea Obono, que impactó mucho durante la Semana de Literatura Guineoecuatoriana. Trifonia Melibea Obono es de la generación emergente, una nueva figura que encarna a la perfección la voluntad que anima a todos los escritores guineoecuatorianos comprometidos con la difícil tarea intelectual de crear un espacio de libertad hispano en África, forjando al mismo tiempo un nuevo sesgo cultural.
Esa corriente prolifera en los años ochenta, fruto del reencuentro entre la antigua metrópoli, España, y su ex colonia africana, Guinea Ecuatorial, después del golpe de Estado de 1979 que derroca al dictador Francisco Macías Nguema. A su muerte, las relaciones de cooperación se renuevan entre Malabo y Madrid con una mayor incidencia en la producción literaria guineoecuatoriana facilitada por la implantación del Centro Cultural Hispano–Guineano (CCHG) en Malabo, editor de la revista cultural África 2000 y responsable de la radio del mismo nombre, Radio África 2000.
Esa generación la componen escritores que presentaron también diferentes facetas de la literatura guineana. Su característica principal es su valor testimonial con la creación de personajes que adquieren una dimensión presencial. Aquí ya no es el autor el que se encuentra implicado en su obra, como es el caso de la corriente hispana o castellana, son los personajes los que se liberan de las obras del autor y cuentan lo que han vivido o lo que han visto, El párroco de Niefang y Huellas bajo tierra de Joaquín Mbomío Bacheng; lo que ha pasado, Ekomo, de María Nsué Angüe; El amigo fiel, de Ana Lourdes Sohora; Afén, la cabrita reina, y La última lección del venerable Emaga Ela, de Antimo Esono Ndongo; Boote-Chiba, de Pedro Cristino Bueriberi, y también la obra poética Delirios, de María Nsué Angüe.
Melibea Obono, una voz femenina y la corriente popular
Con su primera novela, Herencia de bindendee, publicada por Ediciones en Auge (Auge Verlag en alemán), Trifonia Melibea Obono entró por la puerta grande de la literatura guineana, presentando su obra en Viena. La joven escritora hispana nos aloja a través de sus páginas en la selva costumbrista africana, en su vertiente guineana.
Trifonia Melibea Obono, joven periodista de 34 años, licenciada en Ciencias Políticas y Periodismo y Máster en Relaciones Internacionales, es profesora en la UNGE, Universidad Nacional de Guinea Ecuatorial, en Malabo. Con su obra Herencia de bindendee, probablemente destinada a ser un monumento literario guineano como Ekomo, de María Nsué Angüe, Melibea Obono viene a confirmar la vigencia de la corriente popular. Esa corriente cuenta con eminentes escritores como Maximiliano Nkogo Esono o Juan Tomás Ávila Laurel, entre otros, y fue introducida por razones prácticas en el decenio de los años noventa por el Centro Cultural Hispano–Guineano de Malabo, que decidió lanzar una colección para “ofrecer una literatura de corte popular que satisfaga las necesidades de un amplio sector de la población”, según su responsable, Gabriela Gómez Pimpollo, editora de la revista El Patio (no 63, mayo de 1999).
La corriente popular produce una colección de relatos. La autora presenta escenas de la vida cotidiana guineana, por eso se la podría calificar de neoguineana, porque presenta una temática afrocentrada, profundamente arraigada a la realidad afrobantú. Es un fresco pintado con tópicos característicos vistos de cerca, casi con lupa, hasta obtener una visión exacerbada de los valores que configuran la sociedad poscolonial guineana. Una sociedad nacida de la opresión, machista, violenta, miedosa, recelosa, siempre cuajada en la periferia, en un mundo aparte, nacida en una situación extrema, siempre tensa, pujante. Con su relato, entre cuento y realidad, Melibea Obono nos descubre un mundo guineano, un entorno desgarrador. El ultraísmo africano. Un mundo alucinante, acuciante y absoluto. Las primeras líneas de la novela ya anuncian y presentan este universo opresivo y regresivo:
“Un cuidador, un esposo. Un guardián, un esposo. El garante de tu pan, un esposo. Eres fang, tienes una lengua, tus orígenes, tu tradición; lo contrario, venga de los mitangan, los blancos, o del infierno, desobedece. Y necesitas un mbaale, un cuidador, pues una mujer con esposo está protegida […]”.
Trifonia Melibea Obono viene a introducir varias novedades en la corriente popular. De Maximiliano Nkogo, de la misma corriente, recoge el afán de reflejar la cruda realidad de la sociedad guineana desde los lugares más inhóspitos de nuestra sociedad, el campo, el pueblo y la selva. Melibea Obono saca a relucir “los trapos sucios” de la alcoba guineana. La condición femenina, la mujer, es utilizada para todo, tanto para la distracción como para la procreación y objeto–víctima de los vicios del elemento masculino.
Herencia de bidendee ya anuncia el tema. El empoderamiento guineano y su consiguiente régimen machista. Ningún sector social se salva de la implacable observación de la joven escritora; ni la iglesia ni los religiosos. El catequista del pueblo no solo ejerce de auxiliar de la iglesia, es el encargado de distribuir carne humana en las defunciones; administra y vigila el cementerio. Un pacto oculto entre Dios y el diablo. El sacerdote aparece como un hombre corrupto, polígamo y celoso celador del orden establecido.
En Herencia de bindendee las señas de identidad de todo un pueblo se disuelven en el aire. Se trata de una situación permanente de confusión, entre el Estado neoafricano, engendrado en un parto abortado pre-poscolonial y el Estado invisible, con la pérdida de todas las referencias, tanto tradicionales como modernas. Así, el nuevo guineano que vive en la selva no es guineano, no es hispanoparlante, no es fang, solo es cristiano y nacionalista. Es decir, nada. Este nadaísmo es el que genera el absolutismo guineano, lo cual denuncia Melibea, ese “todo dentro de la nada” que caracteriza la sociedad africana actual. Un absurdo existencial que pinta con colores muy vivos Melibea Obono, una Guinea muy verde, perdida en la inmensidad de la selva con su verdor, una “catástrofe natural”. El gran mérito de Melibea es haber tocado de nuevo el tam-tam de la selva para que mañana África se despierte.
Con Boturu llegó la fiesta
El ambiente festivo fue la tónica general de esta edición de la Semana de Literatura Guineoecuatoriana. Con Recaredo Silebo Boturu llegó la movida de Malabo. Un ruedo ibérico guineoecuatoriano. Días antes del inicio oficial, Boturu ya tenía su escenario plantado en plena capital austríaca, en un centro de capacitación profesional habilitado para los ensayos que el dramaturgo guineano dirigió en Viena con un grupo de voluntarios integrado por gentes de diferentes horizontes y capas sociales. Todos formaron un colectivo unido en un encuentro singular que integraba a africanos, latinoamericanos, germanos y, claro, austríacos.
Esta es la esencia del teatro de Boturu, ecléctico, global e integrador; el ideal al que aspiramos también para la sociedad guineoecuatoriana. En Austria, el hombre de Bioko volvió a formar el mismo grupo que tiene en Malabo, Bocamandja, una compañía teatral surgida del mestizaje y de la tolerancia. En Viena, Boturu agrupó a chicos y chicas, jóvenes, que recitaron textos de Raquel Ilombe y de Cesar Mbá Abogo, y que lo dieron todo con mucha ilusión, con ganas de hacer lo mejor, con satisfacción y con la íntima convicción de haber experimentado en su propia interioridad los autos del ruedo guineano. La obra culminó con una actuación final en la Universidad de Viena, con la representación de la obra Amanecer, cuyo autor es el mismo Recaredo Silebo Boturu.
Recaredo Silebo Boturu es el nombre del hombre que emerge actualmente con fuerza en el espacio literario guineoecuatoriano. Su obra, variada y polifacética, se presenta en los géneros más practicados en Guinea Ecuatorial: narrativa oral y escrita, poesía y teatro. Nacido en la isla de Bioko en 1979, este joven autor, poco común, es el que mejor representa “la nueva ola” de la literatura guineana. Su creación, frontal y plural, brota como un bosque salvaje en plena selva y se enfrenta sin ambages a la dura realidad de la sociedad africana moderna.
Su obra refleja la lucha del guineano enfrentado consigo mismo, en el espejismo de su libertad total, encerrado en su laberinto de la selva; en un entorno poscolonial, contemporáneo y abigarradamente afrohispano. La visión artística que proyecta Boturu tiene un particular interés sociológico porque su mirada es transversal y atraviesa todo el espectro de la sociedad guineana, visitando todos sus compartimentos y componentes, siguiendo el hilo de la narración hasta el meollo del asunto, ilustrando de paso, los recónditos lugares más soterrados de nuestro complejo y complicado mundo africano enfrentado a la ineluctable modernidad, expuesto también ante el fenómeno de la nacionalización.
La respuesta de Boturu es un abrazo fraterno a la vida y a Guinea. Su obra entroniza fórmulas de la vida cotidiana guineana ante el reto que constituye la recreación de una conciencia nacional, africana, poscolonial en un vasto espacio exponencial, virtual, jamás imaginado. Es ahí, precisamente donde entra en escena la memoria creativa del joven autor isleño con sus raíces guineanas, con su pensamiento africano, su lengua afrohispana de raíces bubis y contexto criollo, pichinglis. Durante la quinta edición de la Semana de Literatura Guineocuatoriana, Boturu hizo teatro y consiguió que cada uno encontrase su espacio para hacer su vida. Con su teatro existencialista, Boturu nos trasladó su experiencia malabeña. La nueva comedia del arte guineano.
‘Escribir para ser leído’
Otra de las novedades fue la presentación de la reciente obra de Mischa G. Hendel, especialista en literatura guineana: Escribir para ser leído. Entre el exilio y la patria – enfoques desde Guinea Ecuatorial–. La obra se presentó el 11 de mayo durante una mesa redonda celebrada en el Aktionsradius, un histórico centro cultural vienés. Componían la mesa: Recaredo Silebo Boturu, Joaquín Mbomío Bacheng, Trifonia Melibea Obono y el propio Hendel. Moderaraba el célebre escritor y traductor austríaco Erich Hackl. Se utilizaron las dos lenguas, español y alemán, con traducción de Lucía Filipova.
En su estudio, Hendel da claves a preguntas y tópicos recurrentes como el significado de la literatura en Guinea Ecuatorial, a partir del muy peculiar contexto sociocultural de la antigua colonia española de África negra. Ofrece para ello una visión de la literatura de Guinea Ecuatorial y expone la temática desarrollada en la misma y las preocupaciones de los escritores. Estos escriben para un público internacional limitado y muy bien identificado. En su análisis de la situación cultural guineana, el investigador austríaco demuestra los múltiples procedimientos y formas de la utilización de la censura en Guinea Ecuatorial (censura indirecta, autocensura, etcétera) al tiempo que examina la función de la literatura en la sociedad guineana.
El autor observa que la mayoría de los autores guineanos se ve obligado a escapar de la persecución política, con el desgaste cultural que ello conlleva. Se exilian, sobre todo a España, antigua metrópoli y antiguo poder colonial. A través de las obras y las experiencias de Donato Ndongo Bidyogo y Juan Balboa Boneke, Hendel expone las razones y las consecuencias del exilio. El exilio no solo significa la distancia geográfica del país natal, es más bien un estado mental. En su estudio, Hendel demuestra que el exilio ya es una situación que puede surgir estando en la misma patria, un fenómeno que define como exilio interior. El trato por parte de España de su propio pasado y su política recelosa con la memoria histórica también son expuestos en el contexto de la evolución política de Guinea Ecuatorial. La Ley 9/1968, de 5 de abril, sobre secretos oficiales, facilitó que Guinea Ecuatorial fuese declarada material reservada en 1971 hasta 1976, por lo que estuvo prohibido expresarse públicamente sobre Guinea Ecuatorial. Aunque esta ley ya pasó a la historia hace mucho, el pueblo guineoecuatoriano, especialmente los intelectuales y los artistas, permanecen aislados y todavía viven bajo signos y señales de abuso contra los derechos humanos: represión, corrupción y desinterés cultural.
En un excelente artículo publicado en Atanga, la revista del Centro Cultural Español de Malabo (CCEM), el profesor Max Doppelbauer, director del evento de la primavera de Viena, traza el itinerario seguido por la Semana de la Literatura Guineoecuatoriana y sitúa a Hendel como uno de los pioneros de estos encuentros universitarios que ya se dan anualmente en Viena. En efecto, en el año académico 2009/2010, el profesor Hendel inicia un programa universitario de enseñanza de aspectos culturales de Guinea Ecuatorial en el Departamento de Estudios Africanos de la Universidad de Viena. El programa se titula El español en África. La literatura hispanófona con foco en Guinea Ecuatorial (título original de la asignatura, Spanisch in Afrika. Die spanischsprachige Literatur Afrikas mit Schwerpunktsetzung Äquatorialguinea). En 2010, Hendel es artífice de la primera publicación en alemán del panorama literario de Guinea Ecuatorial: Äquatorialguinea. Entwicklung und Themen der spanischsprachigen Literatur Afrikas, Müller Verlag, Saarbrücken (Guinea Ecuatorial. El desarrollo y los temas de la literatura hispanófona de África). En 2011, Max Doppelbauer procede a la organización de la sección de Hispanismo africano en el congreso de la Asociación Alemana de Hispanistas, celebrado en la ciudad de Passau, Baviera (Deutscher Hispanistentag). Al mismo tiempo, Hendel presenta su tesis de doctorado en la Universidad de Viena sobre la literatura guineana bajo el título Condiciones de creación y percepción de la literatura de Guinea Ecuatorial en el marco de las experiencias de exilio de los escritores (Die Produktions- und Rezeptionsbedingungen der Literatur Äquatorialguineas mit Fokus auf Exilerfahrungen der SchriftstellerInnen).
Erich Hackl, un vienés imprescindible
Patrocinador del evento de la primavera de Viena, la figura del escritor vienés Erich Hackl –un autor imprescindible del actual panorama literario austríaco– ya se identifica con los encuentros anuales que se celebran en la Universidad de Viena para debatir sobre aspectos de la creatividad y actualidad de la literatura de Guinea Ecuatorial. Durante la quinta edición, la sombra del insigne escritor sirvió de techo y soporte a la improvisada comuna que se formó durante la agitada semana cultural, con sus consejos, recomendaciones, coloquios y debates. Su papel fue primordial como moderador y presentador durante la mesa redonda que tuvo lugar en un centro cultural de Viena.
Erich Hackl nació en Steyr, Austria, en 1954. Realizó estudios de Filología Germánica e Hispánica en las Universidades de Salzburgo, Salamanca y Málaga, entre 1979 y 1983, y fue profesor de español y alemán entre 1981 y 1990 en la Universidad de Viena. En 1983 comenzó su carrera como escritor. Ha realizado numerosos viajes a diferentes países de Latinoamérica y traducido al alemán a autores como Rodolfo Walsh, Eduardo Galeano, Juan José Saer, Idea Vilariño y Rodrigo Rey Rosa. Es miembro de la Academia de la Lengua y Poesía Alemana.
Ha publicado varios libros de los que destacan Sara y Simón. Una historia sin fin (Galaxia Gutenberg y Círculo de lectores, 1998); Adiós a Sidonie (Pre-Textos, 2002), La boda en Auschwitz (Destino, 2005), Esbozo de un amor a primera vista (Laertes, 2010) y El lado vacío del corazón (Periférica, 2016).
Max Doppelbauer, timonel
Director y cofundador de la Semana de Literatura Guineoecuatoriana en Viena, Max Doppelbauer es uno de los elementos más dinámicos del cuerpo profesoral de la Universidad de Viena. Especialista del mundo cultural hispano, es también un gran apasionado de los espacios periféricos literarios y de las áreas marginales y marginalizadas del universo afroiberoamericano; su curiosidad por el fenómeno cultural es insaciable. En 2009, este atípico intelectual austríaco publica una obra clave que recoge la realidad de una de las identidades más controvertidas de la España del siglo XXI, Los gitanos, su realidad y cultura en España (Stuttgard, 2009).
En 2016, junto con sus colegas Peter Cichon y Sonia Gámez, Max Doppelbaeur edita un tratado sobre el fenómeno cultural en Melilla, Melilla–Viena. Un inédito eje de investigación social. De ahí también su interés y su pasión por Guinea Ecuatorial, otro espacio periférico hispano muy ignorado y desdeñado. La acción de Max Doppelbauer por la promoción del espacio cultural guineoecuatoriano empieza concretamente en 2009, cuando el profesor Hendel, su principal colaborador, le presenta su largometraje sobre Guinea: Subvaloradas sin ser vistas. Voces literarias de Guinea Ecuatorial. Desde entonces, Doppelbauer colabora con Hendel, y los dos favorecen la integración y publicación exhaustiva de obras, temáticas y textos de literatura de Guinea Ecuatorial en el catálogo de las bibliotecas de la Universidad de Viena, ofreciendo así la posibilidad del estudio histórico, antropológico, político, lingüístico y literario de materias referentes a Guinea Ecuatorial y el mundo hispanófono en África. De ese modo se asiste a la integración de estudios y tópicos guineoecuatorianos en los cursos y programas universitarios por parte del profesorado austríaco.
Desde 2012 hasta hoy, Doppelbauer y Hendel organizan y dirigen la Semana de Literatura Guineoecuatoriana en la Universidad de Viena. En 2016, en colaboración con Joaquín Mbomío y Andrea Ramos, Doppelbauer funda una nueva editorial, Ediciones en Auge, para facilitar la publicación de obras de la literatura guineoecuatoriana. Como ya mencionado, en 2016 se celebró la quinta edición con la presencia, por primera vez, de un miembro destacado del Estado guineoecuatoriano: el poeta Anacleto Oló Mibuy, presidente de la Comisión de Investigaciones Científicas y Tecnológicas de Guinea Ecuatorial (CICTE), lo cual no solo es un acto de reconocimiento de la importancia de ese evento en los medios oficiales guineanos, sino un éxito personal de Doppelbauer, por sus dotes y cualidades puestas al servicio de un sesgo cultural único en África al ser hispano, Guinea Ecuatorial.
Andrea Ramos, colaboradora
Desde su participación en 2014 en la tercera edición de la Semana de Literatura Guineoecuatoriana en Viena, Andrea Ramos colabora regularmente con el equipo formado por Doppelbauer, Hendel y Mbomío Bacheng, al cual se ha integrado como representante de la plataforma del evento en Madrid. Con su experiencia de gestora cultural durante tres años en el Centro Cultural de España en Bata y de coordinadora durante un año y medio de Atanga, la revista cultural del Centro Cultural de España en Malabo, Ramos aporta sus conocimientos y contactos para la preparación de la Semana de Literatura Guineoecuatoriana. Forma parte además de Ediciones en Auge y es responsable de la corrección de los títulos publicados hasta ahora en castellano.
Testimonios
La Semana de Literatura Guineoecuatoriana en Viena es ante todo un encuentro universitario que se celebra con el rigor intelectual que merece y la disciplina académica que exige. Al ser también un encuentro primaveral donde los tópicos tratados salen de la cálida África ecuatorial, esas tertulias académicas se transforman además en verdaderos encuentros donde las relaciones personales, el acercamiento hacia el otro, el roce humano y la amistad vienen a completar y a animar el cuadro del sobrio escenario intelectual con candor y color. Este sobresalió particularmente en la quinta edición con la presencia de Recardeo Boturu y Melibea Obono, dos jóvenes invitados llenos de entusiasmo e ilusión que contagiaron a todos los participantes hasta transformar el evento universitario en encuentro amistoso y solidario.
Por otra parte, tras cinco años de celebración en la misma ciudad y en la misma universidad, las semillas plantadas empiezan a echar raíces, el evento ya tiene su público, los que ya estuvieron el año pasado, los del otro año, los que vinieron al principio, en 2012. Todos ellos forman ya un colectivo que hace de la Semana de Literatura Guineoecuatoriana en Viena un evento que crece cada año. Reproducimos un testimonio que recoge el sentimiento general de los estudiantes participantes en las semanas de literatura guineana. Se trata del testimonio de Haidelinde Rosenbaum Flores, una de las estudiantes que participó activamente en el taller de teatro y en las actividades de la semana:
“Los días de esta semana literaria pasaron muy rápido para mí. Creo que la visita que hicieron no solo fue un encuentro alegre, emotivo y super exitoso, sino un gran aprendizaje para nosotros y una aportación enorme por parte de ustedes. La labor que hacen para su país es inmensa y yo de corazón les agradezco este acceso que nos brindan y el que hayan venido para hacernos este regalo.
En mí vive siempre la reciprocidad y el poder colaborar para que estos encuentros se sigan dando y desarrollando, será una pequeña aportación y un gusto enorme para mí. Mantendremos este contacto. Estoy desarrollando algunos temas para la universidad y después de haberlos conocido y haber tenido un primer acercamiento con Guinea Ecuatorial me siento inspirada para seguir informándome y buscando material”.
Durante la quinta edición de la Semana de Literatura Guineoecuatoriana se formó en Viena un grupo de teatro salido de la mano de Boturu. Fueron jóvenes, chicos y chicas, estudiantes, profesores y trabajadores, que lo dieron todo en el escenario para que el evento fuera sencillamente un encuentro entre amigos, entre personas con experiencias culturales múltiples.
Al final, se organizó una charla en el campus universitario de Viena, como valoración del evento cultural pero también como preludio de acciones futuras para la próxima Semana de la Literatura Guineoecuatoriana en Viena. Participan Javier, Rocío, Chiara, Haidelinde, Thomas, Nicole, Mischa G. Hendel.
—¿Qué os ha parecido la Semana de la Literatura Guineoecuatoriana?
—(Haide) Soy estudiante de la Universidad de Viena, con doble nacionalidad, boliviana y alemana. Para nosotros fue una experiencia única, algo realmente importante, muy enriquecedor, pues es una gran sorpresa que venga gente de Guinea Ecuatorial. De entrada, eso ya despierta un interés muy grande, porque lamentablemente no hay mucho contacto con el país, y que yo sepa, no ha habido muchas visitas antes por parte de la Universidad. Ante todo, agradecemos a Max Doppelbauer y a Mischa G. Hendel que nos hayan apoyado junto con otros profesores para esta visita. Yo sí lo siento como una experiencia muy especial, porque no solamente en el plano artístico en el cual uno puede desarrollar rápidamente una relación humana, sino también haberos podido escuchar y enterarnos de lo que pasa en vuestro país en varios aspectos. En la política, en la emancipación de la mujer, y todo el proceso cultural en todos los sentidos. He tenido la oportunidad de escucharos, aprender muchísimo y además conocer a gente maravillosa.
—(Nicole). A mí me da mucho gusto ver a los escritores guineoecuatorianos. Es algo que sí, quiero que siga, como nosotros la mayor parte de los libros que leemos vienen de España y de Latinoamérica, pero también hay otras partes donde los españoles dejaron huella por la colonización y es importante que se introduzcan otras culturas y encuentro muy interesante que participen esas culturas.
—(Thomas). Tal y como lo acaba de subrayar mi colega, a mí me parece fantástico que se pueda aprovechar la misma lengua y se puedan tomar en consideración a otros aparte de España y Latinoamérica y dar la oportunidad de conocer a gente de Guinea Ecuatorial.
—(Javier). Ha sido muy curioso tenerte a Joaquín Mbomío, como exiliado y al mismo tiempo a Recardeo Boturu como persona que vive allí, a Mischa G. Hendel que ya es casi guineano, y poder charlar con vosotros. Creo que es un primer paso para que haya cambios en un país, ese país tiene que tener la voluntad de abrir una universidad y luego la universidad empieza a formar a la gente y esta gente sale a otras universidades. Es necesario para que haya un cambio que se vaya creando poco a poco una clase intelectual. Esa clase intelectual sois vosotros y vosotros sois los encargados de abanderar a vuestro país y de darnos a conocer a nosotros los que estamos fuera vuestro país; sin vosotros no es posible ese primer paso para que cambie la sociedad de vuestro país y del mundo hacia vosotros. Y eso es lo que estáis haciendo aquí, visitar a estudiantes que en el futuro van a llegar a unas partes del sistema austríaco y de otros países y cuanto más arriba lleguen esas personas os tendrán en su mente y en la conciencia. Y ellos en el futuro son los que seguirán dando otros pasos para que todo cambie, por eso creo que vuestra labor de verdad es muy importante y admirable.
—(Chiara). Para mí, en la experiencia, todo me ha gustado. La experiencia del teatro ha sido un buen contacto con un país del que poco se sabe en Austria, es un país africano y es importante que se hable de eso y de lo que pasa en él. La experiencia del taller de teatro también, los ensayos han sido una buena experiencia a nivel personal, confías en gente que no conocías de nada, me ha gustado muchísimo.
—(Rocío). Para mi ha sido una experiencia muy bonita, empezando por el teatro, que fue como el primer contacto que tuve con esta Semana, y destaco mucho lo que es el teatro que empieza por confiar, por confiar en los demás, por confiar en nuestros compañeros, en el profesor y escuchar que cuando alguien quiere aportar una idea y esa idea tiene un peso, para lo que se va a lograr más adelante y también pienso que desde mi perspectiva veo que esta confianza, esta escucha de grupo es lo que también puede hacer mejorar un país. Yo agradezco mucho a los que han organizado este evento porque Guinea Ecuatorial, al igual que países latinoamericanos –yo soy colombiana–, son países que están prácticamente fuera de la luz del mundo, de los europeos, y tienen otras visiones, otra forma de ver el mundo y es muy importante también que el mundo de Occidente comprenda las perspectivas que tienen otros mundos para que así creamos una sociedad en beneficio para todos.
Identidad cultural
En Guinea Ecuatorial, por su historia muy peculiar, el debate cultural y su consiguiente vertiente sociopolítica, se centra en la realidad multiétnica. En Austria esta realidad también se refleja. Aunque a primera vista este país centroeuropeo aparece como un bloque monolítico, con una población homogénea, la patria de Mozart presenta sin embargo una identidad cultural plural forjada por la historia con un mosaico de pueblos que integraba el imperio austrohúngaro. Su situación geográfica, en la confluencia entre la Europa Occidental, la Europa Oriental y los Balcanes, hace de Austria, hoy, un espacio urbano cosmopolita, interétnico y multicultural. Austria es un país de inmigración. Una realidad recogida durante la Semana de Literatura Guineoecuatoriana por la composición de los miembros del grupo de teatro de Boturu.
—(Haide). Yo siempre he vivido en Latinoamérica, Austria es el primer país europeo donde he vivido, junto con Eslovaquia. Yo no me siento únicamente alemana o boliviana, he tenido la suerte de haber conocido a mucha gente de culturas diferentes y de pensamientos muy diversos; tener acceso a diferentes culturas te hace automáticamente no pertenecer a una sola sino ser parte de todas y hacer que todas las culturas sean parte de ti también. Yo lo veo así. La experiencia de teatro con Boturu y con el mundo africano de Guinea Ecuatorial ha supuesto un nuevo aliciente cultural para mí, y me siento muy enriquecida, yo no me esperaba tanto aprendizaje en tan pocos días, lo cierto es que fue algo nuevo. Yo de Guinea Ecuatorial he leído algunas cosas porque doy clases de español hace muchos años en Viena, y al ser el español una de las lenguas que se habla en Guinea, yo quería de alguna forma contarle un poco a la gente, pero realmente no tenía conocimientos sobre la cultura guineana ni sobre la gente. Entonces entré con el corazón abierto a este salón que los escritores guineanos nos prestaron, y encontré a varias personas fantásticas, además de los compañeros que estaban ahí y que algunos ya los conocía, pero Boturu es una persona que no solamente nos habló sobre la cultura y el país sino tiene una calidad humana grandiosa, realmente tengo que decirlo, que no se necesita mucho tiempo para conocerlo para saber su cualidad humana y su inteligencia. También nos hace despertar un interés, nos hace abrir los corazones para cosas desconocidas, no solo a mí sino que a todos nos pasó lo mismo. Ese primer encuentro para mí fue decisivo, yo quiero seguir enterándome más de Guinea Ecuatorial, quiero leer más, tengo algunos libros de ustedes, porque no solo son visitantes, porque han llegado con un gran trabajo de escritores, poetas, y gente que tiene un acceso al mundo y que nos pueden hacer entender cómo funciona la mentalidad de ustedes, yo quiero acercarme a la cultura guineana, quiero acercarme más a la gente y en lo que yo pueda, también compartir estos nuevos conocimientos que son muy importantes, compartirlos con las demás personas que tal vez como yo, hasta hace unos días no sabíamos mucho.
—(Haide). Hay que empezar por decir que Latinoamérica es tan amplia que tiene tanta diversidad de pensamiento, de conocimiento incluso dentro de un mismo país como Bolivia, que es el país de mi raíz, de mi gente. Tenemos el altiplano boliviano con gente que vive a más de 4.000 metros de altura y tenemos la selva también, entonces hay un origen, mucha historia que nos hace a algunos estar mucho mas cerca de las raíces afroamericanas que las otras culturas dentro de Latinoamérica. Yo he crecido mucho con gente afrolatinoamericana, yo me crié en Perú, que fue el lugar donde nací, aunque no conozco el país y no tengo familia allá, estuve los primeros años, en las costas peruanas a raíz de la música que tiene las cosas que más me mueven, además de la lengua, la cultura, la sociología, son cosas que a mí me hacen decidirme; me gusta conocer culturas diferentes y el acercamiento a la música en Latinoamérica, de origen afro siempre me ha hecho vibrar. Vibrar con los tambores, moverme con ellos. Pero esto es algo personal. Yo no podría decir en general cómo Latinoamérica ve a los guineanos. Realmente sé que se aprecia. Pero hay muy poca relación con Guinea Ecuatorial, lamentablemente.
—(Rocío). En Latinoamérica se conoce poco o nada sobre Guinea Ecuatorial y sobre los países africanos. Aunque en realidad hay mucha ascendencia africana, por ejemplo en Colombia hay lugares que tienen poblaciones africanas, danzas africanas, creencias africanas y ritos, pero en realidad, en el caso de Colombia casi no se sabe nada de Guinea Ecuatorial. Pero aquí ya dimos un gran paso para que todo el mundo conozca.
—(Chiara). Es lo mismo en Europa, sobre los países africanos solo se tiene la visión de los estereotipos que son gente pobre y eso es muy lamentable, pero poco a poco se pueden ir dando pasos importantes…
—(Mischa). Sí claro, de América Latina también se tienen estereotipos, de gente siempre bailando, lo mismo se tiene de los guineanos, siempre bailando. Todo eso hay que sacarlo.
La democracia en Latinoamérica
—(Haide). Hay que creer en el cambio. Y eso empieza cuando la gente cree en sí misma, cuando las culturas son conscientes de lo valiosas que son y le dan importancia a sus raíces y no le dan la espalda, queriendo siempre lo de fuera que tal vez creen que es mejor y dejar de valorarse a sí mismo, creo que es algo que a Bolivia le dio la fuerza. Evo Morales puso una herramienta con su presencia. Es difícil hablar de política y cómo han venido desarrollándose las cosas, lo cierto es que Bolivia gracias a este cambio vuelve a valorarse a sí misma y es muy difícil encontrar un equilibrio, que de un momento a otro haya un cambio positivo que haga que todo regrese a su origen y al mismo tiempo todo se equilibre, creo que esto no es posible; eso pasó con Bolivia también, primero se tuvo que dar la vuelta a la tortilla, como decimos, y hubo un extremo en el que ahora el blanco es rechazado, el que no es indígena lo tiene un poco más difícil en el país, pero me parece válido. Comprensivo totalmente, es humano. Y la gente que ha estado reprimida durante muchos siglos también ahora quiere defender sus derechos y no lo va a hacer de la forma más equilibrada. Pero yo pienso que es un cambio, un proceso y este cambio es el primer paso. Pero empieza cuando todos creemos en nosotros, en que somos fuertes, la unión.
—(Chiara). Pienso lo mismo. En Latinoamérica son países que tienen problemas muy fuertes, como la corrupción, como decir, hay que ir dando pasos pequeños y seguir cada vez así.
—(Haide). Lo que me ha impactado en el contacto con Guinea, es la espontaneidad, la apertura en cómo nos recibió Boturu, sus cualidades humanas, como ya lo había dicho. Las cosas más grandes a veces están en lo más sencillo, un abrazo sentido, una mirada pura, un acercarse a las personas sin ser más que transparente, yo creo que eso es lo que más me ha convencido de todos ustedes, de la gente que nos visitó ahora. Y en la poesía me pasa algo parecido, lo que he podido leer hasta ahora, yo creo que la poesía muestra un poco eso, la sencillez que encierra realmente lo valioso que es el ser sensible al otro, al ser humano y del poder plasmar en papel cosas muy grandes con palabras sencillas.
—(Mischa). En esto puedo dar un testimonio, estuvimos con Boturu en la presentación del taller y, de repente, se levantaron todas las personas de sus sillas, todos moviéndose con nosotros, entonces una estudiante, Jenny, me preguntó: ¿Esto siempre pasa cuando lo hacéis? Y yo le dije que yo creo que es por Boturu, aunque él no estaba en el escenario pero nos dio energías, la alegría, etcétera.
—(Rocío). Yo pienso que de todo lo que hemos aprendido de Guinea, a mí lo que me ha impactado es el ser humano. Es su esencia, es no olvidar de dónde vienes, que quieres luchar por un país, pues miras, puedes observar lo que pasa en otros mundos, para quizá buscar una solución pero no perder su esencia. Para mí es importante. Porque a veces queremos crear mundos procesos nuevos de aspectos desconocidos, totalmente desconocidos, simplemente porque vienen de Europa, de Japón, etcétera. Pero en realidad ya no miramos que en nuestras culturas puede estar la solución de todo y tal cual como digamos, Boturu llegó el primer día y se abrió a nosotros y nos saludó como digamos, hey, hola bienvenido, aquí estamos… Eso, yo pienso que para mí es un guineano el que vi. Desde el comienzo te abres y allí estas. Un abrazo a todos en Guinea Ecuatorial…
—(Nicole). Yo veo que cada año se ofrecen más cosas, más actividades, acciones y posibilidades. Esta semana se ha visto a mucha gente, ha sido popular. Me acuerdo que en la segunda edición, ustedes se quedaron solo unos días pero esta vez ha sido toda una semana entera.
—(Haide). Me gustaría que vuelvan pronto…
(*) Escrito con la colaboración de Mischa G. Hendel.
Joaquín Mbomío Bacheng es escritor y periodista guineoecuatoriano. Afincado en Francia desde la década de los noventa, ha publicado varios libros y es colaborador habitual de diversos medios de comunicación en Francia, Suiza y España.
Mischa G. Hendel, doctorado en Estudios Africanos en la Universidad de Viena, ha sido delineante, administrativo, lector, asistente social con refugiados y director de cine documental (Voces literarias de Guinea Ecuatorial, 2009, y Escribir para ser leído, 2010). Actualmente es instructor de radio (Radio Orange Viena), pedagogo en un taller cultural (spacelab), organizador de la Semana de Literatura Guineoecuatoriana y presidente de la asociación cultural Birdlike *Flexible Cultural Creations.