¿Qué ha ocurrido con el empleo durante la crisis y los trimestres que Europa lleva en recuperación?, ¿qué tipo de puestos de trabajo son los que se destruyen y cuáles son los que se crean?, ¿qué explica la desigualdad salarial? Eurofond ha publicado un informe recientemente distribuido a través de Social Europe que da respuesta a éstas y a otras cuestiones.
En 2016, en Europa se había recuperado el empleo perdido durante la crisis: si en 2008 había 223 millones de personas trabajando en la Unión Europea, en 2016 ya eran 223,6 millones, después de haber caído en 2013 a los 215,5 millones. Ése es el punto de partida del informe: en Europa ya hay más personas trabajando ahora que antes del estallido de la crisis financiera. Con ello, la tasa de empleo entre las personas de los 20 a los 64 años se encontraba en 2016 en el 71,1%, lo que supone un incremento del 0,6% respecto al año 2008. El peso de los mayores de 55 en el mercado de trabajo ha crecido 4,6 puntos porcentuales en estos años, hasta el 18,6%. Y otro dato: la proporción de trabajadores de cuello blanco mejor formados dentro del conjunto de los trabajadores europeos ha aumentado en 1,8 puntos porcentuales en estos ocho años, hasta alcanzar el 41% del total. Además, el informe señala que el diferencial de la tasa de ocupación entre hombres y mujeres se ha estrechado en 2,5 puntos porcentuales entre 2008 y 2016, para situarse en el 8,1%. Son cifras positivas, en general, a las que hay que añadir, quizás, una pega: el trabajo a tiempo parcial explica el 20,5% de los empleos, es decir, 2,3 puntos porcentuales más que en 2008.
También hay que tener en cuenta que en los últimos años de mejora de la economía no se han recuperado exactamente los puestos perdidos entre 2008 y 2013, periodo en el que se padeció lo peor de la crisis en el Viejo Continente. Como muestra el gráfico bajo estas líneas, hay sectores en los que se han creado muchos puestos de trabajo netos, mientras que hay otros en los que el balance continúa siendo negativo. Básicamente, la tónica dominante en toda Europa pasa porque la recuperación del empleo se ha basado en la fuerte creación de puestos de trabajo en el sector servicios, que ahora ocupa a entre un 8% y un 10% de personas más que en 2008 en países como España y Portugal, además de en Croacia. A cambio, el número de empleos en el sector primario, construcción e industria es ahora muy inferior, con caídas entre los tres segmentos, en diferente proporción según los países, que alcanzan cifras de entre un 8% y un 10% en España, Portugal y Croacia, que son los lugares en los que se han observado los movimientos más extremos.
Con este crecimiento del sector servicios, éste ya explica un 71% del empleo de la Unión Europea.
Las actividades con mayor empleo ahora mismo en Europa son el comercio minorista, con 12,2 millones de personas ocupadas, la educación, con 9,8 millones, el campo, con 6,2 millones, y el sector salud, con casi 5 millones. Pero las profesiones en las que más rápidamente ha crecido el empleo entre 2011 y 2016 han sido la informática (programación y consultoría), con un incremento medio anual del 7%, seguido de la educación, con un 6,1%, y conductores y operadores móviles en almacenes, con el 5,8%. Ha caído el empleo sobre todo en el sector de la restauración, con un descenso del 2,8% medio anual, al igual que el sector metalúrgico, seguido del campo, los servicios financieros y la construcción, con reducciones anuales medias superiores al 2%.
¿De qué nivel salarial son los nuevos empleos?
Tras mostrar los sectores en los que se ha creado y destruido empleo en los últimos ocho años que recogen crisis y recuperación, el informe presta una atención especial a los diferentes niveles salariales en los que se están creando los puestos de trabajo. Y lo que muestra el gráfico bajo estas líneas es que, entre el segundo trimestre de 2011 y el segundo trimestre de 2016, el segmento en el que más empleo neto se creó fue entre los mejor pagados, entre el 20% de los trabajadores con mejores sueldos, con casi cuatro millones, frente a los poco más de un millón que se crearon en el quintil inmediatamente inferior a este último y en el tramo que incluye al 20% de los trabajadores peor pagados.
Aunque, en realidad, este fenómeno no constituye una novedad reciente. El quintil de salarios más elevados lleva creando más empleo que los demás consistentemente al menos desde 1998, como muestra el gráfico bajo estas líneas. De hecho, ni siquiera en los peores años de la crisis ni global ni estrictamente europea este quintil perdió trabajadores, a diferencia de los demás.
¿Sucede lo mismo en todos los países europeos? En realidad, no. De hecho, la fotografía en España es completamente diferente a lo que constituye la pauta europea: en España, entre 2011 y 2013 (en azul en el gráfico bajo estas líneas), se destruyó empleo en todos los quintiles de renta, especialmente en los medios, mientras que entre 2013 y 2016 se crearon puestos de trabajo en todos los niveles salariales, con más fuerza en los medios, sobre todo en los medio-bajos, y de manera más marginal en los dos extremos bajo y alto.
En el contexto actual de preocupación sobre la seguridad y la calidad del empleo resulta también esencial saber qué tipo de puestos de trabajo se crean y cuáles se destruyen, si los nuevos trabajadores se ocupan con contratos fijos o temporales. El gráfico bajo estas líneas permite comparar lo sucedido en cuatro países diferentes. Deténgamos en España: entre 2011 y 2016 desaparecieron sobre todo puestos de trabajo fijos en todos los quintiles, especialmente en el medio, mientras que proliferaron los temporales, los autónomos y los contratos a tiempo parcial. Es radicalmente lo opuesto a lo que sucede en Suecia o en el Reino Unido, por ejemplo.
Por último, un punto sobre desigualdad salarial, aunque el informe se extiende mucho más de lo que lo haremos aquí. ¿Qué explica las diferencias salariales entre los trabajadores? Teóricamente, pueden hacerlo varios factores, desde la educación, hasta el género o la edad, o el tipo de contrato (temporal, fijo…). En la mayoría de los países, pero muy especialmente en España, las diferencias salariales se explican mayoritariamente por el nivel educativo alcanzado por el trabajador. Sorprende, de todas maneras, que en países como Holanda o Suecia también desempeñe un papel explicativo el género y la edad. En Francia y en Suecia, sobre todo, también interviene la negociación colectiva para lograr entender las diferencias salariales existentes entre los trabajadores.
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