Frente a la miseria que carcome cada día las ciudades de Kinshasa y Brazzaville (capitales respectivamente de la República Democrática de Congo y de la República de Congo, también conocida por Congo-Brrazzaville, separadas por el río Congo), un colectivo de ciudadanos de ambas orillas constituyó hace unos años la Sociedad de Ambientadores y Personas Elegantes (SAPE). Ochenta imágenes tomadas por el congoleño (del lazo de Brazza) y el español Héctor Mediavilla muestran las habilidades y el indudable estilo de los seguidores de este movimiento estético y filosófico rico en significados tanto visuales como ideológicos. Como señala en una nota Casa África desde Las Palmas de Gran Canaria, donde se presenta la exposición, «la SAPE es un modo de vivir a partir del cual se construyen nuevas referencias y nuevos códigos de conducta y, sobre todo, a través del que sus seguidores reivindican su derecho a decidir sobre su destino y a luchar por su felicidad. Adquiriendo una ropa que ni en sueños muchos podrían permitirse, los ‘sapeurs’ ocultan su origen social y logran una victoria a través de una imagen de prosperidad y de éxito social que lleva consigo un mensaje: el rechazo a una pobreza que se les quiere confinar y la reafirmación de una identidad que demanda un estatus acorde a su sistema de valores».