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siesta


No estoy en contacto con la política nacional, pero mi nuevo vecino aquí es español y escucha la radio, así que ahora estoy obligado a enterarme de las cosas. Hace unos días escuché a través de la pared de mi cocina y su salón algo. Sobre una nueva propuesta para hacer de la siesta el elemento clave y esencial de la identidad nacional. El programa consistiría en establecer horarios de tiempo en todo el país, desde Llívia a Ayamonte, desde Finisterre a Almería, de Maó a El Hierro. De 14.00 a 17.00 todos deben poder echarse la siesta si lo desean, el Estado protegerá este nuevo y futuro derecho básico de la patria. El político dijo (creo, a través de una de las paredes) que sabe que encontrará enemigos, dijo que dirán que así el país no producirá durante 3 horas, que las ventas de café, azúcar, cucharillas y platitos bajarán estrepitosamente, que se perderán millones de empleos por todo el territorio, que dormir no genera nada ni en neto ni en bruto. Y dijo (es lo que escuché a través) al final… Lo que surgirá de 1, 2 o 3 horas (más el desperezarse y el llegar tarde) de descanso en medio del día, de tumbarse y reposar, de dormir cuando nadie lo hace más allá de nuestras fronteras, de cerrar los ojos y bajar las persianas contra la luz del día y sus estímulos… Lo que surgirá a partir de las cinco, cuando la grande y nueva y futura España retome la actividad, cuando la gran Patria empiece la segunda parte del día y vayamos unidos hacia el atardecer, cuando el País eterno y milenario contenga y preserve su energía todavía en el anochecer, cuando la Siesta bostece y hambre…

hora: 15.51

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