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Mientras tantoLa subasta del lote 49 (Thomas Pynchon) y el demonio de Maxwell

La subasta del lote 49 (Thomas Pynchon) y el demonio de Maxwell


James Clerk Maxwell, le contó Koteks, un científico escocés muy célebre que hacía años había teorizado sobre la existencia de un agente inteligente y diminuto, conocido como el Duende de Maxwell. El Duende metía un cendal entre las moléculas de aire que se movían a velocidad distinta y separaba las rápidas de las lentas. Las rápidas tienen más energía que las lentas. Si concentramos una cantidad suficiente en un punto, obtendremos un espacio sometido a altas temperaturas. La diferencia de temperatura entre este espacio caliente y los espacios más fríos puede aprovecharse para poner en marcha un motor térmico. Pero en la medida en que el Duende se limitaba a clasificar, el sistema no producía trabajo. Porque ello significaría ir contra la segunda ley de la termodinámica, obtener algo sin objeto, originar el movimiento continuo.

—¿No es trabajo clasificar?- preguntó Edipa-. Díselo a los de correos y te meterán en una saca con destino a Alaska, en la que ni siquiera pondrán el marchamo FRAGIL.

—Es trabajo intelectual- aclaró Kotecks-, no trabajo en sentido termodinámico.



Para los que hemos estudiado ciencias, el diablo o demonio de Maxwell es una criatura mitológica a la altura del gato de Srchödinger. Como experimento mental está también para mi gusto a la altura de los mejores de Einstein. Digo diablo o demonio porque es como siempre me lo he encontrado, pero aquí el traductor, Antonio-Prometeo Moya, opta por duende. Un acierto, creo, porque sugiere el carácter travieso de la criatura. En el dibujo se observa cómo el demonio separa a capricho las moléculas calientes (rojas) de las frías (negras), de tal manera que como se dice en el texto esa diferencia de temperatura podría hacer trabajo termodinámico y el demonio estaría creando energía de la nada, violando el segundo principio de la termodinámica, para cuya ilustración el físico escocés Maxwell inventó a este diablo.

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