La vida es eso: una montaña rusa de emociones y sinsabores.
Eso a título personal, pero también se podría hacer extensivo a las naciones, o debería decir países o estados…
Por ejemplo en el siglo XVI se decía que en los territorios españoles no se ponía el sol, aunque en realidad se refería a los territorios en los que reinaba el Rey de Castilla-León, Aragón, Países Bajos, Nápoles, América, Filipinas, etc, etc e incluso, efímeramente en Portugal e Inglaterra. Casi nada.
Pero luego pa bajo, hasta llegar a la situación actual.
Y con la crisis esto está cada vez peor, no sé en qué puesto nos clasifican pero cada vez que salen las notas hemos perdido algunos puestos, de haber estado entre los 8 países más industrializados ahora ya nos meten en el grupo de los 20 primeros y bajando…
Excuso deciros si empezamos a tener en cuenta todos los recortes que nos están metiendo en Sanidad, Pensiones, Educación y todo tipo de servicios sociales. Vamos que nuestra clasificación en el Índice de Desarrollo Humano se nos está viniendo abajo, o nos hemos estancado (puesto 23).
Tampoco puede decirse que Burkina Faso se esté salvando por arriba, pero al menos están estabilizados (puesto 183 sobre 186), no como nosotros.
En Burkina ya no había Sanidad o Educación gratuitas, así que están en la misma situación desde hace tiempo. No lo echan de menos, como los españoles.
A los burkineses el copago sanitario seguro que les parecería bien, que ellos son de pago entero.
Por otra parte el resto de servicios ya están privatizados casi todos con lo que parece que los que nos depara el futuro es una sociedad más parecida a Burkina que a lo que ha sido el modelo de sociedad del bienestar de la que veníamos.
Puede que nuestros actuales gobernantes nos quieran vender que esto del liberalismo económico es maravilloso, pero os puedo asegurar, yo que vivo en ello, que no es para tanto y además hace mucho calor, aunque no sé si esto tiene algo que ver o es culpa del liberalismo.
Pero ya todos los conceptos se me confunden y soy incapaz, meninges fundidas, a relacionar causas y efectos, o si son sucesos estocásticos.
Pero hay signos inequívocos, pequeñas señales que te orientan sobre lo que va a pasar o puede llegar a pasar.
Por ejemplo, acabo de ver un signo evidente en España de liberalismo económico que nos acercará a toda pastilla al modelo de Burkina.
Acaban de decorar, con césped, un amplio espacio enfrente de la estación de Atocha, cerca de donde vivo.
Esto de los dispendios absurdos en España es de regar y no echar gota…
Cuando lo estaban instalando me puse a disfrutar del espectáculo, como buen pre jubilado, y a charlar con los operarios. Les pregunté si era césped artificial, porque no veía ninguna pre instalación de riego automático. Me dijeron que no, que era natural.
Y pensé que estamos en buenas manos.
Nos van a llevar, estos increíbles políticos, a toda pastilla al futuro, al futuro más negro, como en África.
Gasto ingente de agua para un espacio de césped que es sólo decorativo, no para tumbarse, en un país tradicionalmente castigado por la pertinaz sequía…
Falta de sistema automático de riego con lo cual el derroche será aún mayor y necesitado de mano de obra.
Esa parte suena bien: dar trabajo…
Pero luego até cabos, aunque lo que habría que atar es tanto golfo suelto, y mal pensé que seguramente habrá una empresa privada sub contratada que se ocupará bien de regar, bien de cambiar el césped periódicamente abrasado por el calor.
Lo que no sé es quién será el propietario de la susodicha empresa, pero seguro que de alguien de la total confianza de quien otorga los contratos.
Es una maravilla de representación del espíritu derrotista español…
Estos días que he estado en España he caminado por el Retiro, un poco de ejercicio no hace daño, y he vuelto a quedarme pasmado ante la estatua ecuestre de Martínez Campos.
Porque no sólo tenemos la estatua del Diablo, que tenemos también una de las estatuas, la de Martínez Campos, más impresionantes dedicadas a la derrota.
Escena final de EL DÍA DE LA BESTIA, con la estatua dedicada al Diablo en el Parque del Retiro
Ese es el ánimo profundo de mi país, tengo la compensación de que mi nuevo país, Burkina Faso, es todo lo contrario: el ánimo y orgullo de ser burkinés.
No hay más que ver la estatua ecuestre de la Princesa Yennenga: caballo encabritado y ella, imagen casi mítica de la historia de este pueblo (sólo de la etnia más importante, me refiero en cuanto al número de personas).
Ya sé que parece más un viejo decrépito que una princesa en la flor de la vida, pero los artistas locales no se salen…
Aunque, entre nosotros, casi me gusta más la derrota y el fracaso, ese es mi medio: me muevo como pez en enaguas.
No sólo por la Biblioteca OLVIDO, incluso soy del Atlético de Madrid. Un profesional de la derrota.
GALERÍA DE RETRATOS DE JAVIER NAVAS