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Mientras tantoLa verdá 3.0

La verdá 3.0


 

Según un estudio de un equipo investigadores de la universidad de Hoglund III de Singapur, a los que se suman otros científicos de centro de investigación científica Estratosfere Globale, de Niza, Francia, el pene humano crece un centímetro en longitud y en diámetro en cada viaje al espacio exterior, confirmándose estos hallazgos en cualquier intento del abordaje a la luna. Según los científicos citados, la diferencia entre la presión exterior y la interior de la nave, los ajustes en el organismo de la tensión analógica, los efectos anatomofisiológicos  de la  ingravidez y el balance negativo de auriaje exteporal, ejercen un gran influjo en los órganos distales de los mamíferos superiores, de ahí los resultados obtenidos en un estudio dirigido por el Dr. Tom B. Witensolf, profesor emérito en Fisiología Espacial de Hoglund III. Los hallazgos hacen suponer que el futuro para la mejora de algunas prestaciones  y la satisfacción de los hasta ahora pocos agraciados serían los viajes espaciales, cuanto más lejos del centro de gravedad terrestre, mejor.

 

Dicho esto, leído, comentado y alegrado la vida de muchas personas poco favorecidas por la naturaleza, ¿a que jodería que todo fuera una mentira? No se les llamaría a los científicos de las universidades mencionadas para cantarles las cuarenta, obligándoles a dejar su cátedra? ¿Se aceptaría que unas universidades públicas fueran capaces de hacer difusión de trolas y embustes? Pues sí, nadie lo aceptaría, y muchos pedirían que no solamente renunciaran a su plaza, sino que pidieran perdón. Y parecía justa la medida, y se vería bien que el oprobio caiga sobre ellos. Esto se haría aunque fueran privadas, incluso.

 

Dicho esto, ¿cómo es que estamos tan impasibles ante el hecho de la invención de la postverdad, por la que periodistas amparados y embaucados por el poder difunden falsedades y no solamente no son reprobados, sino que son paseados por los platós, y todavía jaleados por los que le hacen la ola al poder, un poder global cada día más descarado, que desde que se ha quitado las caretas ya no tiene empacho en proclamarse servidor de los intereses empresariales que los sostienen, cosa que no debería ocurrir?

 

Pues señores poderosos y políticos que se ríen de la ingenuidad de los que siguen creyendo que el poder es del pueblo y los políticos deben estar al servicio de la gente, de la gente pobre, pobre gente, y más cuanto más pobres son: cuando cambien las tornas otra vez y veamos aun grupo furioso sacando brillos a las guillotinas y horcas que en muchos sitios llevan siglos guardadas en mohosos baúles, reconoceremos que efectivamente la asunción de la idea de la mentira como fórmula idónea para explicar la trucada realidad crea distorsiones graves en el sentido de la vista. No os quejéis, pues, cuando grupos humanos más vanguardistas os enmienden la plana con una desvergüenza superior.

 

Barcelona, 25 de febrero de 2018

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