La culpa de que el cuerpo fuese cada vez más blanco, la tuvo Miguel Ángel. Un amigo tocayo del artista florentino, le recordó lo que aquél afirmaba, que el retrato de un cuerpo desnudo era mejor, cuánto más estatua pareciera. Un pincel puede convertirse en cincel cambiando sólo una letra. Pero lo cierto es que ese cambio se produjo, gracias a la convicción del pintor con el nuevo rumbo que había tomado su retrato.
Se sentía cómodo con la idea de retratarse en mármol. No podía olvidar que -tres años atrás- había sufrido un infarto, y que durante el trance sintió su carne tornarse en piedra. Homenajear esa faceta de su experiencia, le resultaba estimulante. Añadir otra capa de significado a lo que aparentemente representaba el cuadro, era una forma de insuflarle su propio enigma.
Pensó que si fuera totalmente honesto con la pintura, debería seguir pintando ese retrato toda la vida, sin que el modelo siguiera envejeciendo.
¿Qué significado alcanzaría este cuadro de aire tan pétreo, cuando el modelo-pintor hubiese muerto?
Autorretrato desnudo
Gabriel Faba. 2007
Óleo sobre tabla. 208 X 65 cms.