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La vida es una larga oración…

La vida es una larga oración que puede ser analizada sintácticamente. Por ejemplo:

 

En la expresión una persona con una enfermedad, la persona, con su correspondiente determinante es el elemento principal del sintagma y está acompañada por un complemento del núcleo: la enfermedad.

 

Si no se suprime el complemento del núcleo puede acabar fundiéndose con el núcleo, hablamos entonces de un enfermo. Éste término contiene la suma de los significados de «persona» y «enfermedad» y ambos conceptos desempeñan la función de núcleo del sintagma.

 

Imaginen ahora que la enfermedad rodea sigilosamente a la persona, la confunde poco a poco hasta que la persona acaba identificándose con ella. Imaginen que el individuo comienza a actuar desde su enfermedad y no desde su persona. La que realiza la acción sería la enfermedad. La enfermedad pasaría a ser el sujeto gramatical y la persona perdería esa función.

 

Llegados a este punto, es importante hacer consciente al individuo de su situación. Cuando éste se haga cargo de que la enfermedad ocupa el lugar que antes ocupaba su persona, sería adecuado recomendarle una temporada de reposo. Así, la enfermedad no podrá realizar acciones. Poco a poco irá perdiendo su condición de sujeto. Si tras esta etapa el individuo no logra recordar su identidad, si la siente omitida, recuérdele que el sujeto elíptico puede deducirse de la persona del verbo.

 

Por tanto, si alguna vez siente que no se reconoce en sus acciones, que los complementos engullen a los núcleos o que a menudo desempeña la función de sujeto paciente, diríjase cuanto antes al lingüista más cercano y no dude que entre los dos, analizando morfosintácticamente sus oraciones, lograrán reconcordar los núcleos.

 

Dedicado a todos los compañeros que como yo hayan pasado gripe, bronquitis aguda, otitis media y sinusitis frontal en lo que va de trimestre.

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