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Las caras de la crisis en España

 

La historia es un retrato de la realidad social que estamos viviendo en España, con el denominador común de la crisis y su impacto en la sociedad que se manifiesta por un aumento de las personas que viven en la calle y tiene que dormir en los cajeros automáticos, buscar en los contenedores de basura, tocando o pidiendo limosna en las calles. El parón en la construcción de edificios, las protestas de los cierres, los desalojos y cortes.

 

El desempleo en España ha superado los 6 millones de personas y el gobierno, lejos de resolver este problema, lo único que hace es agravarlo con reformas laborales inútiles y aumento de los impuestos a la población.

 

Uno de los casos mas llamativo por la duración de la protesta fue el de los mineros de la zona de Asturias y León (más de dos meses en huelga) y su reivindicación apenas tuvo visibilidad en los medios de comunicación españoles, no así en los internacionales. Llegó a ocupar portadas.

 

El colectivo Stop desahucios  y Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) es el que más fuerza y apoyo ha conseguido gracias a sus acciones con el tema de los desalojos, otra de las consecuencias de la crisis económica en la que está inmerso el país. Tras el boom inmobiliario los bancos empezaron a dar créditos sin importarles los avales o la nómina. No eran mas que cantos de sirena hacia la gente, que mientras la cosa fue bien podían pagar su hipoteca.

 

¿Qué ocurrió? Pues que en muchas familias sus miembros se encontraron en situaciones laborales de paro y en la tesitura de pagar la letra o comer. Esos mismos bancos que antes parecían todo facilidades optaron por resolverlo mediante el desahucio, se quedaban con tu casa y encima seguías con la deuda más lo intereses por no haber pagado. Muchos, al verse en la calle y ante una situación desesperada, acabaron suicidándose.

 

Los jóvenes también son personas desencantadas, como se evidencia por las protestas, por los recortes en el gasto en salud y educación. Como resultado de la crisis su futuro es incierto.

 

Hoy estas imágenes las vemos todos los días. Pero muchos no quieren darse cuenta de lo que ocurre y prefieren mirar hacia otro lado, ignorar esta realidad.

Los ejemplos son muchos y muy variados, como el de Roberto (camionero de Elche), que se vio obligado a pedir en la calle tras quedarse en paro a pesar de la vergüenza que le da estar en esta situación. Muestra hasta su historial laboral puesto. Considera que si la gente le ayuda es porque se ha visto abocado a esta situación y no le queda otro remedio.

 

O el caso de José, de Albacete, que pasa el día recorriendo los contenedores de basura para ver lo que encuentra y si puede venderlo sacar algo de dinero para subsistir.

 

Otros, como José Joaquín, ex toxicómano, que duerme en un cajero en Santander, reconoce que pasa temporadas en el albergue municipal, pero como solo puede estar cierto tiempo cuando se acaba el plazo vuelve a los cajeros.

 

Somos testigos de esta situación y yo, como fotógrafo, me siento en la obligación de mostrarlo, por poco que guste.

 

 

 

Joaquín Gómez Sastre es fotógrafo. Esta es su página. En Twitter: @jgomezsastre

 

 

 

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