En 1960, menos de un 40% de la población egipcia era urbana. Hoy, más de un 80% de los habitantes de este país viven en ciudades, sobre todo en El Cairo. Como consecuencia de la subida del precio de la vivienda en las grandes metrópolis, se crearon ciudades dormitorio en medio de la nada. Ciudades que tenían nombres glamurosos como “Utopia”, “Dreamland” o “Beverly Hills”. Pero estos nombres poco respondían a la verdadera realidad de esas poblaciones en medio del desierto: no eran más que zonas fantasmagóricas que parecían salir de la más oscura nada. En Desert cities, la fotógrafa Aglaia Konrad (Austria, 1960) hace una representación de estas áreas enfatizando la banalidad y la ausencia de diferenciación. Son los no-lugares por excelencia, lugares donde falta la huella del hombre y donde es posible abordar las formas de una nueva sociología urbana.