Si antes reveló sucias interioridades de la guerra de Afganistán, ahora la empresa Wikileaks ha puesto en circulación 391,000 informes de las fuerzas armadas de Estados Unidos referidos a la campaña de Irak.
El primer resultado de la gigantesca infiltración es una nueva caída del prestigio de Estados Unidos. Los documentos no descubren nada verdaderamente nuevo, la cifra de 107,000 civiles iraquíes muertos del 2004 hasta principios de este año rebaja considerablemente, por ejemplo, las que se daban en otros medios, pero ahora viene con el marchamo de un informe oficial. Los papeles muestran que las fuerzas de la coalición participaron en casos de tortura y, sobre todo, que no reaccionaron en aquellos muy numerosos realizados por las autoridades iraquíes de los que tenían conocimiento . Unos 700 civiles fueron muertos por las tropas de Washington en situaciones en que parecían sospechosos o por una dudosa actitud en un control, todo un edificio fue volado porque había un franco tirador en su azotea etc… Incidentes intuídos en su mayoría pero que serán inevitablemente explotados por los enemigos de Estados Unidos o por los contrarios a la guerra.
No sólo organizaciones humanitarias como Amnesty sino personalidades como el “Rapporteur” especial de la Onu sobre la tortura o el Viceprimer ministro británico Nick Clegg han pedido que Washington de explicaciones sobre lo revelado. No las dará, Obama está en un auténtico brete habiendo prometido que con él se acabaría la tortura, y el propio Ministerio de Defensa británico, amén del australiano y la señora Clinton han denunciado que estas filtraciones plantean peligros para la seguridad de las tropas aliadas.
Es éste otro aspecto importante. La opinión pública estadounidense parece estar dividida sobre el tema pero Reporteros sin fronteras y Amnesty comulgan con que la masiva publicación tiene aspectos temerarios y contraproducentes porque arriesgará la vida de iraquíes que han trabajado honradamente con las tropas extranjeras y cuyos nombres son insertados. Tanto en Afganistán como en Irak talibanes o insurgentes han tomado buena nota.
Menos comentado en Europa, más obsesionada con mostrar que el gigante americano tiene los pies de barro, aunque sí en Estados Unidos está la revelación de que Irán ha jugado un papel letal en la desestabilización y la violencia en Irak ayudando a grupos que podían crear problemas.
Finalmente, la publicación de estos hechos incide en la empantanada vida política de Irak. Los enemigos del primer ministro Maliki tienen abundante munición para deducir y propalar que su mandato no sólo es corrupto sino violento y violador de los derechos humanos.
Quien asimismo comienza a ser cuestionado en ciertos sectores es Julian Assange, fundador y alma de Wikileaks, que asegura que en su organización sólo trabajan seis personas y varios centenares de voluntarios. Se mantendría con apuros con donaciones de unas 10,000 personas. Algunos de los colaboradores empiezan a desertar acusándolo de ególatra y de dictatorial y señalando que Wikileaks tiene como objetivo una encomiable transparencia en destapar asuntos de interés público, corrupción en Africa, la guerra de Irak etc…pero que la organización, paradójicamente, es bastante opaca. Assange, que vive a salto de mata de país en país, no puede, como intentó, residir en Suecia, las autoridades investigan unas acusaciones contra él por violación, tendrá que abandonar Londres a principios de año, su permiso expira, no sabe si será bien recibido en Islandia, donde al principio se le aplaudía y las autoridades de Australia, su país natal, parecen dispuestas a colaborar con Estados Unidos si este aliado exigiese que Assange responda de alguna manera por la publicación de documentos, en principio, “clasificados” . Oiremos bastante en el futuro las dos tesis, Assange es un cruzado de la libertad informativa o un osado aventurero y genio informático en busca de notoriedad.