A lo largo de la historia, las fuentes han sido, más allá de su función suministradora de agua –y también por ello–, objetos placenteros, asociados a la bonanza, al descanso, al disfrute de todos los sentidos. Lo sabían muy bien los antiguos árabes, romanos, persas. El barroco convirtió las fuentes en representación visual del poder. La llegada del agua a las ciudades en el siglo XIX hizo de las fuentes valiosas infraestructuras cívicas alrededor de las cuales se generaba vida. Las Exposiciones Universales han creado espectáculos abigarrados con ellas. Hoy son lugar de celebraciones deportivas. Pero también Marcel Duchamp llamó fuente a su humilde, gamberro y famoso urinario. Después de este potente giro de guión, el arte contemporáneo parece no haberles prestado demasiada atención. O sí. Para investigarlo, el Kunsthal de la ciudad belga de Mechelen acoge hasta el 25 de agosto la exposición colectiva The Fountain Show, en la que once artistas actuales abordan desde distintas miradas el concepto de fuente y su relevancia hoy. La muestra se completa con un programa de charlas interdisciplinares sobre el tema.
Dónde: Kunsthal Mechelen, Mechelen, Bélgica
Cuándo: Hasta el 25 de agosto