La prestigiosa escritora inglesa Virginia Woolf decía que “cada secreto del alma de un escritor, cada experiencia de su vida, cada atributo de su mente, se hallan ampliamente escritos en sus obras”. Y Sir James Matthew Barrie, el creador de un personaje tan representativo como Peter Pan, tuvo una vida asombrosamente ligada al mundo de fantasía que inmortalizó.
Este escocés nacido en 1860, dramaturgo, novelista y autor teatral, fue el segundo de diez hermanos, criados en una familia adinerada y sin mayores contratiempos. Fue la tragedia de la muerte de su hermano mayor, David, la que inauguró la visible desdicha que acompañaría al autor durante prácticamente toda su vida.
La madre de Barrie jamás superó la muerte de su hijo mayor, que ocurrió cuando James tenía apenas seis años. Muerto en un accidente de patinaje, David no sólo se llevo la salud mental de su madre sino que también generó la absoluta indiferencia con la que a partir de ese momento su madre se relacionaría con el resto de sus hijos. Con un padre completamente ausente, la desesperación por agradar y suplantar al hermano perdido movilizó en James un profundo sentimiento de inferioridad, reforzado por la pequeña estatura que siempre tuvo, que apenas superó el metro cincuenta. La idea de ser para siempre un niño lo comenzó a cautivar.
Sucede que en la niñez es el perfecto refugio que encontramos para las inclemencias de la vida adulta. Peter Pan es aquel niño que voló y huyó de la habitación de sus padres cuando los escuchó hablar acerca de lo que él tendría que hacer cuando fuera mayor, cuando sus responsabilidades fueran ineludibles. El País del Nunca Jamás es en Barrie el sitio imaginado donde ocultarse de la realidad. Y el teatro, las letras y las novelas son el perfecto escenario para representar y hacer permanentes los deseos de un tiempo feliz que nunca muere.
Barrie se mudó a Londres en su juventud, ejerció el periodismo y conoció a dos de los que fueron sus grandes amigos, también escritores: Arthur Conan Doyle y Robert Louis Stevenson. Juntos, cursaron sus estudios en la Universidad de Edimburgo y colaboraron para las notas del periódico estudiantil. Más tarde, conocerá a otro famoso escritor, Thomas Hardy y posteriormente a quien será el productor de sus obras, Charles Frohman, que murió trágicamente durante la Primera Guerra Mundial, cuando el transatlántico “Lusitania” en el que viajaba fue torpedeado por un submarino alemán en 1915, hecho que conmocionó a la opinión pública mundial y aceleró el ingreso de Estados Unidos en la contienda.
Nuestro autor fue feliz durante un tiempo en su matrimonio con la actriz británica Mary Ansell, cuando escribió que “cada hombre que llega a la cima le agrada pensar que él ha hecho todo, mientras la esposa sonríe y le permite que lo piense”. Tiempo después se divorciaron. Tal vez Barrie buscó en Mary la madre ausente y no una esposa, así como Peter Pan busca en Wendy lo mismo que perdió en su niñez.
Su prolífica carrera de escritor incluyó distintas obras teatrales como Calle Quality (1901), El admirable Crichton (1902), Lo que saben todas las mujeres (1908) y David (1936), escrita un año antes de morir. Otra de sus obras, “El fantasma de Ibsen”, fue una obra de teatro de tremendo éxito inspirada en la admiración que sentía Barrie por el dramaturgo noruego, estrenada en el flamante Toole´s Theatre de Londres.
En “El pequeño pájaro blanco” (1901), aparece Peter Pan por primera vez. Y años más tarde, el 27 de diciembre de 1904, Peter Pan será estrenado en el teatro junto a Wendy, su inseparable compañera de vida, inspirada en una niña de cinco años llamada Margaret Henley, que moriría prematuramente. En 1911 llega la novela “Peter Pan y Wendy”.
La familia Llewelyn Davies tuvo una influencia decisiva en la obra de Barrie. Mientras paseaba en los Jardines de Kensington, en Londres, donde solía ir a pasear con su perro, James conoció a dos de los cinco hermanos que pasaban por allí con su niñera, George y Jack. Hubo simpatía, luego amistad con toda la familia y posteriormente el papel de protector cuando los niños quedaron huérfanos. Para ellos, Barrie creó y representó por primera vez lo que luego serían los personajes más emblemáticos de su obra: Peter Pan, Wendy, Campanita, el capitán Garfio…
Poco tiempo después, dos de los niños murieron, uno ahogado en un accidente en los ríos de Oxford – Michael – y el otro, George, cuando fue a brindar sus servicios como soldado en la Primera Guerra Mundial. Barrie escribiría luego de ello: “He perdido todo rastro de aquella idea que alguna vez tuve en cuanto que a la guerra podía llegar a ser ese sitio donde nace la gloria. Ahora no me parece más que algo indeciblemente monstruoso”.
La obra de Peter Pan fue calificada por el escritor irlandés George Bernard Shaw como “un entretenimiento vacacional para niños pero en realidad una obra para personas adultas”. La idea de juventud eterna es una obsesión recurrente en la obra de Barrie, contemplada como un estado de permanente sabiduría, a tal punto que afirmará: “no soy lo suficientemente joven para saberlo todo”.
Peter Pan es un niño que puede volar y que nunca crece. Lo que hubiese deseado Barrie. Y puede volar por sus pensamientos felices con la ayuda del polvo de hadas que trae “Campanita”. James llegó a sus 77 años convencido que “cada vez que un chico dice que no cree en las hadas, hay un hada en algún lado que cae muerta”.
La vida es una larga lección de humildad, como le gustaba decir. Barrie fue reconocido, envidiado y premiado. Su mundo real tuvo más que ver con la tristeza; su mundo imaginario, el refugio donde habitaba la felicidad anhelada.
En 1929, Barrie decidió legar los derechos de autor de Peter Pan al principal hospital infantil de Inglaterra, el Great Osmond Street Hospital de Londres, que actualmente es el dueño de los derechos de autor de esta obra para toda la Unión Europea.
Sir James, que falleció en 1937, descansa actualmente en el cementerio de Kirriemuir junto a sus padres, su hermana y su hermano mayor David. Seguramente, le gustaría ser recordado como una persona que intentó hacer de su vida un sueño: “Los sueños se pueden hacer realidad, si lo deseas lo bastante fuerte. Puedes tener cualquier cosa en la vida si puedes sacrificar todo lo demás”.