
Seguro que no exagero si califico de extraordinaria la miniatura que les voy a presentar y, de paso, aprovecho para subsanar una pequeña injusticia que reconozco haber cometido con Rudolf Spielmann, pues a pesar de ser uno de los mejores jugadores de ataque de la historia, solo en una ocasión le he recordado en esta revista y para colmo, fue en el papel de víctima. Así que espero remediar el fallo al rescatar de su palmarés esta fantástica partida que jugó hace ya cerca de 100 años.
Spielmann nació en Viena en 1883 y está considerado como “El último romántico del ajedrez”. También se le denominó “El amo del ataque” y en opinión del maestro y escritor de ajedrez Harry Golombek “Spielmann debe ser considerado uno de los más grandes jugadores de ataque de la historia”. Vivió exclusivamente del ajedrez hasta el punto que rechazó el consejo de su padre de estudiar matemáticas, pues prefería visitar los bares de Viena apostando -y ganando- dinero mediante el noble juego. Participó en más de 120 torneos y su talento para el juego de ataque era enorme, lo que le sirvió para derrotar a verdaderos genios como Nimzowitsch, Alekhine, Reti, Tartakower, Rubinstein, Capablanca, etc. Además, destacó como escritor de ajedrez siendo su obra más famosa “El arte del sacrificio en ajedrez”.
Un consejo que daba en su época y que hoy día puede seguir vigente era “En la apertura hay que jugar como un libro, en el medio juego como un mago y en el final como una máquina”. Consejo que curiosamente, él mismo no siempre cumplía, pues tal era su pasión por el juego de sacrificios que no le importaba reconocer que “…nunca podré competir por ser el mejor jugador porque sólo domino las posiciones complicadas y me pierdo en el juego posicional”. El gran Richard Reti decía de él: “Demostraba poseer inusual cantidad de recursos, incluso en las situaciones más complicadas, en las que se sentía perfectamente cómodo”.
Su rival de hoy, el también austríaco, Baldur Hoenlinger, fue un buen maestro que se mantuvo activo entre 1926 y 1955. Entre sus rivales, además de Spielmann, se encuentran extraordinarios jugadores como Maroczy, Flohr, Rubinstein, Saemisch, Petrov, etc. Defendió el primer tablero de su país en la Olimpíada de La Haya en 1928.
Acerca de la extraordinaria partida que nos ocupa, como curiosidad, quiero comentarles que el propio Spielmann no la citaba como una de sus mejores, fiel a su idea que de un sacrificio no se puede obtener ganancia material o jaque mate forzado, ya que de lo contrario no sería un verdadero sacrificio. A tal respecto decía: “¿Si entrego un peón, una pieza o incluso la dama para conseguir jaque mate o compensar rápidamente la pérdida de material con ventaja, entonces con qué razón estoy hablando de un sacrificio?”
Semejante reflexión demuestra el grado de exigencia que él mismo se imponía a la hora de valorar sus propias partidas y el juego del ajedrez en general. En la que van a ver, se da el caso inusual que el fabuloso ataque que lleva acabo, lo realiza únicamente con piezas, es decir, sin la ayuda de ningún peón, algo no muy común en el ajedrez profesional.
Una maravillosa miniatura, cuyo remate final es recordado por todo buen aficionado.
Blancas: Rudolf Spielmann (1883-1942)
Negras: Baldur Hoenlinger (1905-1990)
Evento: Match a 10 partidas
Lugar y fecha: Viena, 1929
1.e4 c6 2.d4 d5 [Defensa Caro-Kann] (Ver diagrama)
Defensa Caro-Kann
3.Cc3 dxe4 4.Cxe4 Cf6 5.Cg3 [Los jugadores de ataque, siempre prefieren conservar
cuantas más piezas mejor]
5…e6 6.Cf3 c5 [Hoenlinger no se demora en atacar el peón central blanco]
7.Ad3 Cc6 8.dxc5 Axc5 9.a3 0–0 10.0–0 b6 11.b4 Ae7 12.Ab2 [«Las blancas ya tienen una ventaja considerable: los alfiles están apuntando al flanco de rey negro y los caballos están listos para cooperar» (M. Euwe). Si se me permite cuestionar el comentario de una autoridad como Euwe, yo no diría tanto como «ventaja considerable», lo que ocurre es que la posición que se ha originado, es ideal para un virtuoso del ataque como Spielmann] (Ver diagrama)
Alfiles apuntando al enroque, son un arma mortífera en manos de Spielmann
12…Dc7 13.b5 [Expulsando el caballo negro, Spielmann se asegura la casilla «e5» para su caballo de «f3»]
13…Ca5 [Ahora el caballo queda fuera de juego]
14.Ce5 Ab7 15.Cg4 [«Completamente lógico; la idea es eliminar la mejor pieza de defensa de las negras.» (M. Euwe). El enroque negro no presenta debilidades, Spielmann busca la forma de quebrarlo]
15…Dd8 [Hoenlinger se defiende con precisión. Contra otro rival hubiera sido suficiente, pero hoy se enfrenta a uno de los mejores jugadores de ataque de la historia]
16.Ce3 [Spielmann caracolea aquí y allá en busca de una vía de penetración]
16…Cd5 [¡Y la táctica de espera da sus frutos! «Sumamente descuidada. Nunca debieron retirar las negras por su propia voluntad este caballo de la defensa» (M. Euwe). Esto permite a la dama blanca alcanzar el flanco de rey, suficiente para que salga a relucir el portentoso talento de Spielmann]
17.Dh5 [La evidente amenaza de mate (Dxh7) es el principio del fin para el ejército negro]
17…g6 [¡Primera y decisiva debilidad!. Ahora, los cuadros negros en torno al rey, serán un coladero] (Ver diagrama)
Su dama está amenazada; eso poco le importa a Spielmann
18.Cg4
[¡Evidente! Si 18… gxh5 19.Ch6 mate. Spielmann conducirá todo el ataque sin la ayuda de los peones.]
18…Af6 [Casi obligada, la pega es que Hoenlinger deberá prescindir del mejor defensor de las debilitadas casillas negras]
19.Cxf6+ [Tras cambiar el alfil negro de casillas negras, la presión blanca sobre la gran diagonal pronto se vuelve abrumadora]
19…Cxf6 [Parece que el negro ha conseguido mantener el tipo, pero Spielmann tenía un talento natural para el juego de ataque y no está dispuesto a aflojar el nudo]
20.Dh6 [Angustiosa situación la del monarca negro. El caballo de «f6» solo podría moverse a «e8». La pesadilla de Hoenlinger es el alfil blanco en»b2″]
20…Tc8 [¡Tremendo! Debido a la insoportable presión que padece el bando negro, ninguna jugada de sus seis piezas (dama, torres, caballos o alfil), ayuda en absoluto]
21.Tad1 [Spielmann está en su «salsa». Entre varias jugadas, descubre la mejor. Su torre en «d1» amenaza indirectamente a la dama enemiga]
21…De7 [A pesar de que su posición pende de un hilo, el valeroso Hoenlinger, se lo pone lo más difícil posible a su talentoso rival ¿Cómo continuarían ustedes?]
(Ver diagrama)
El bando negro ofrece dura resistencia ¿Cómo continuar?
22.Tfe1
[¡¡ Inmenso Spielmann. Quizás la jugada más difícil de la partida !! Ningún espectacular sacrificio. Una «tranquila» jugada que en realidad, es el inicio de una profundísima y letal combinación. La amenaza es 23.Cf5, poniendo al monarca enemigo en red de mate]
22…Ce8 [¡Bien por Hoenlinger!. Lógica jugada que defiende las casillas «f6» y «g7». Si consiguiera solucionar la debilidad de las casillas negras avanzando su peón «f7» a «f6», podría recuperar el aliento, pero para su desgracia, es el turno de su rival]
23.Cf5 [¡Terrible Rudolf Spielmann! Su fama de mago del ataque no era infundada.]
23…Dc5 [Hay que salir corriendo]
[si 23…gxf5 24.Axf5 y la amenaza 25.Dxh7 mate, no tiene respuesta adecuada. (Si 24…f6 25.Axe6+ Rh8 26.Td7 )]
24.Te5 [Si alguien desea calificar a Spielmann de jugador «insoportable», éste es un buen momento]
24…Ad5 [¿Pasó lo peor?] (Ver diagrama)
Spielmann nos lleva al reino de lo imposible
25.Ce7+
[¡¡¡ Mamma mía !!! Hoenlinger abandona en este momento, por lo que Spielmann logra una miniatura (partidas hasta 25 jugadas). Por si ustedes se preguntan el porqué del abandono, la respuesta es realmente espectacular: Si 25… Dxe7 26.Dxh7+ Rxh7 27.Th5+ Rg8 28.Th8 ¡¡jaque mate!! ¡Letal alfil blanco en «b2»!] (Ver diagrama)
Posición final:
Espectacular jaque mate que Hoenlinger no esperó a recibirlo
“Una partida digna del autor de «El arte del sacrificio en el ajedrez»” (H. Golombek)
«Un buen sacrificio no es necesariamente notable, pero deja a tu oponente deslumbrado y confundido» (R. Spielmann)
«El hombre posee en su condición psicológica un algo romántico, que es una de las tantas características que lo distinguen de las otras especies de la naturaleza, y el sacrificio, con sus riesgos, es y será siempre un poderoso imán que atrae al jugador puro que no teme al peligro«. (R. Spielmann)
Luis Pérez Agustí