Crear un estilo genuino y reconocible está al alcance de muy pocos en el mundo de la fotografía. Las vanguardistas de Chema Madoz son un ejemplo. Parecen una transgresión de la realidad, fotografías hijas de Photoshop, cuando en realidad no lo son. Todas sus obras son creadas para ser retratadas. De hecho, en pleno siglo XXI, sigue trabajando de forma analógica para crear su poesía visual, que muchos creen sacadas del programa de retoque. La exposición Las reglas del juego es una retrospectiva del fotógrafo formada por imágenes tomadas entre 2008 y 2014, una etapa de madurez y depuración conceptual en la que ha profundizado y ampliado las claves que han marcado su investigación fotográfica.