Los críticos siempre han visto con claridad las afinidades entre el cine de Edgar Pêrea y el universo de las artes plásticas y de la literatura, como recuerda el quincenal portugués Jornal de Letras, Artes e Ideias. A partir del “manto fantasmático de Fernando Pessoa, el cineasta nos invita a un viaje onírico, entre el arte de ver, de sentir, y el vicio de pensar”, como señala la Casa da Liberdade Mário Cesariny, en la capital lisboeta. “Pensar es estar delante de los ojos”, recuerdan la casa que escribía Alberto Caeiro, “el más sensorial de los homónimos pessoanos, y es a través de esa doença (dolencia) que esta exposición vive, mostrando formas alternativas de ver, de sentir la ciudad y de releer a Fernando Pessoa”.