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Mientras tantoLo improbable

Lo improbable

Sestear absorto y pálido   el blog de Jose de Montfort

Leo Lo improbable (Debate, 2001), la primera novela de Julián Rodríguez.

He trajinado con gusto su narrativa en los últimos años y también de ella he escrito profusamente. Pero esta novela no la tenía en mi horizonte. La encontré de casualidad esta tarde en la Reread. Fui a vender unos libros. Hice purga en mi biblioteca. Solo había vendido libros una vez. En el mercat de Sant Antoni, hace muchos años. Y con ese dinero me llevé Lo improbable, de Julián Rodríguez, que encontré de pura casualidad. También dos libros de poemas y dos libros infantiles para Hijita.

Lo improbable es una suerte de versión trágica de El bello verano, de Pavesse; pero con su misma intacta inocencia. Es como la versión veraniega de Destruir, dice (Tusquets, 1991), de Marguerite Duras. El mismo cansancio, la misma vitalidad imposible. Los mismos encuentros del deseo.

Me apena mucho saber que ya no vamos a poder leer nada más de Julián Rodríguez. Sus piezas de resistencia me entusiasmaban.

 

*

 

Se repite con una cierta insistencia una frase en el libro: “Si eres feliz no te cansas”.

Y en este libro parece que los protagonistas se hayan adelantado un paso a la tristeza y deambulen por entre la melancolía.

Una melancolía, empero, jubilosa.

Como la portada original del libro, con dos muchachas abrazándose delante del mar, con bikini y camisetas blancas. Y otra bañistas atrás de ellas, de espaldas, a lo lejos; ajena a la exultante juventud que está a punto de ser cancelada.

Porque todos los protagonistas de este libro son/parecen jóvenes que acaban de cruzar los 30 años, jóvenes que saben que el verano en el que transcurre la novela es un ultimátum.

 

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“Sé que es extraño un amor verosímil”, escribe Angel Petisme en su libro La habitación salvaje (Prensas Universitarias de Zaragoza, 1990)

 

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“Uno se hace mayor cuando descubre que el tema de sí mismo está agotado”, escribe Carlos Pardo en Lejos de Kakania (Periférica, 2019).

 

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“No som res més que la projecció del que vam ser una vegada”, escribe Max Besora en Vulcano (LaBreu Edicions, 2017)

 

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Y yo, mientras leo y no hago otra cosa que leer y escribir estas líneas melancólicas, retazos de las escrituras de los otros, escucho las canciones suaves de Miles Davis en la madrugada de este sábado de paz improbable que, sin embargo, me está proporcionando una claridad que ya no recordaba.

Y pienso en que Julián Rodríguez tenía un blog en la web de la fnac, y se notaba mucho que le gustaba escribir ahí, retazos también de pensamientos, hilos sueltos de su propia literatura que se mezclaba con la literatura de los otros.

Leía el blog de Julián, igual que sus libros.

Y ya nunca más podremos leer uno de sus posts, pienso

 

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