Los 40 son una cifra fantástica cuando son otros los cumpleañeros y tú el que aplaudes pensando:»Pobre desgraciado, he ahí la decadencia”. Dicen los psicólogos, conscientes de que las gilipolleces siempre quedan mejor respaldadas por un título, aunque sea el de alguien que no ha podido llegar a médico, que la nueva etapa marca el inicio del envejecimiento, como si no hubiésemos estado envejeciendo antes, mucho antes: desde que nos arrancaron por la fuerza de una vagina a un mundo peor…
Ahora, que empieza lo bueno según las que ignoran que su marido preferiría frotarse contra un puercoespín que rozarlas, es el momento de cuidar tu alimentación porque las verduras te harán sentir como nunca te has sentido en tu puta vida, deje de comer bolas Lindt de chocolate después de correrse querida lectora, no riegue los riñones con cubatas, duerma sus ocho o nueve horas diarias como si no hubiera ya nada que hacer por España salvo malearla un poco más, haga deporte aunque sea pegándole a la chacha; este es el momento perfecto para dejar hábitos nocivos como el alcohol y el tabaco porque sí. Porque usted ya es un vegetal sano y fuera del mercado. De existir existe invitando a drogas a los más jóvenes, intentando llevárselos al catre, contándoles cuan feliz fue y obviando el hecho de que ya no lo es …
Se aconseja también trabajar en las relaciones sociales. Conservar cerca a esos escasos amigos a los que comprendes incluso cuando tartamudean borrachos; saber valorar a los que te recomiendan las mejores vaselinas, los mejores cirujanos, los mejores cardados de pelo, los que te eligen como tapadera y confesor de miserias, los que piensan que nadie como tú para compartir una noche contemplando una reyerta entre travestis (Rue Monot, los viernes, para gente a la que la vida “normal” no le parece suficiente). Esos amigos que están ahí para animarte cuando lo necesitas y que te recuerdan que, a pesar de tus temores en torno a los estragos de la edad sobre el cuerpo, a los tíos les gusta follar con quien sea, “incluso aunque lleve tres días muerta”
Aseguraba un libro de autoayuda que una vez me regalaron que nada como ver quienes son los que te rodean para saber dónde te has perdido tú: vagos, maricas,infieles, politoxicómanos, fumadores compulsivos, alcohólicos, jefazos, periodistas insufribles, defensores de la paz, diplomáticos apollardados, putones verbeneros, cínicos, muchos cínicos… Y Beirut, la terrible Beirut. Y tú, portador solitario del estandarte que lleva tu nombre, saldrás a defender cada día, hasta donde puedas, la gestión de los últimos años.
Fundamental igualmente el mantener una actitud positiva porque el optimismo se contagia allende las guerras civiles, los bombardeos con gas sarín, y los barbudos anclados en el medievo,ahí va el optimismo flota que te flota, surcando todos los canceres del mundo, hola, hello enfermedad degenerativa; sé fuerte pobre cacho de carne al que restan 3 días, tú eres un guerrero, todo puede cambiar si lo deseas con mucha, mucha fuerza, esa misma fuerza que empleas al cagar cuando estás estreñido. Sé positivo,si todavía sigues comiendo galletas de la ONU en una chabola sin agua corriente es que no has visualizado suficientemente el brillante futuro.
Ejercita tu mente dicen los expertos, aprende sueco o catalán o gallego, atrévete a practicar ese deporte que te entusiasma, lánzate a un curso de cocina, haz papiroflexia ya que a estas alturas no vas a tener los cojones para sentarte un rato y preguntarte quién soy yo cuando no soy el gilipollas que practica parapente o recorta cartulinas.
Mi simpatía para todos los que, cumplan 20, 40 o 60, no han escapado ilesos de la experiencia de estar aquí. Intuyen cuanto de renuncia se esconde tras el hecho de haber “salido bien parado” ante el mundo. Continúan a pesar de la aguda conmoción, viven otras vidas en una, apacible, fluye el río apacible, el hogar está cada vez más cerca.