Seguimos conociendo el teatro madrileño a través de sus baños. Ya se vio que nico guau no es el único que puede escribir sobre los baños de los teatros, ya que hace poco Vera Yobardé publicó una entrada sobre los del Teatro de la Abadía, y ahora, directo al correo electrónico, nos llegan un texto y una foto, de un espontaneo/a que firma como ‘Folguera’, y que aquí publicamos:
Los baños del Price presentan todos un trazado curvilíneo
Los baños del Price presentan todos un trazado curvilíneo. El motivo de esto es que el edificio principal, donde se encuentra la sala de circo, está formado por círculos concéntricos. En el centro de todo, la pista de circo. Alrededor, las butacas de pista; en el siguiente círculo, las tribunas. Y en el cuarto anillo, los baños.
Evidentemente este cuarto anillo no se encuentra comunicado con los otros. Mientras que los primeros tres anillos están abiertos, comunicados, y son visibles entre sí, el cuarto anillo permanece tapiado por muros, con brechas puntuales: las puertas de los baños. En total, este cuarto anillo cuenta con dos baños para caballeros y dos baños para señoras. Se han distribuido de manera alternada, de modo que si tienes boletos para las zonas B y D, puedes encontrar un baño para caballeros y a continuación uno de señoras; y si tienes boletos para las zonas A y C, lo mismo, pero al otro lado, en clara simetría. No existe aún un baño para sexo no definido, o sexos fronterizos, que acaban de ser reconocidos por la ley en Australia; y eso que las compañías australianas son de lo mejor que ha pasado por el Price (Circa, Circus Oz, Acrobat).
En cada estancia curvilínea hay a su vez cabinas individuales, demarcadas por paredes atornilladas al suelo. Es el típico baño que te permitiría un intercambio de objetos entre cabina y cabina, pasándolo por el suelo. Hay un gancho en la puerta, lo cual se agradece, para dejar el abrigo o el bolso. Es frecuente entrar en estos baños con un cartucho de palomitas, que pueden depositarse en el suelo de la cabina individual. Las señoras de la limpieza se ocupan con fruición de reponer el papel higiénico, en todos estos años nunca he encontrado que faltara. Sí hay un hecho inquietante, y es que algunas tapas del inodoro presentan una degradación del color blanco inicial, como una especie de oscurecimiento, quizá debido a que no es plástico bueno y estos años de fregoteo con lejía lo han vuelto gris, como sucede con la gente que se obsesiona con la blancura de sus dientes y de tanto cepillarlos rompen el esmalte. No lo sé.
Alguna vez he entrado en el baño de caballeros. Tienen estos urinarios que suelen usar ellos en la pared, al nivel del tronco de los caballeros. Nunca los he observado de cerca, los urinarios, digo.
Las aglomeraciones en los baños del Price suelen ser cíclicas y periódicas. Corresponden con las temporadas de programación dedicada a la familia, Navidades, Festival de Magia; o con conciertos masivos. Sin embargo, debido a la amplia oferta de baños (además de los baños que rodean la pista de circo, están los baños de la Cafetería) el tránsito de gente suele discurrir con ánimo.
Folguera
Quizá esta sorpresa sea una buena señal y sigan llegando más entradas sobre los baños de los teatros de otros colaboradores de El Gallinero, por ejemplo Antonio García o Manuel Rodríguez.
@nico_guau