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Mientras tantoLos intocables de Wall Street

Los intocables de Wall Street


 

 

Hace unos días, la televisión pública estadounidense (PBS) emitió en su programa ‘Frontline’ un reportaje imprescindible para comprender las tramas del poder en aquel país: se titula The Untouchables y trata de establecer por qué no se procesado a los responsables de las entidades de Wall Street que propiciaron -con sus comportamientos temerariamente especulativos- la crisis hipotecaria que terminó estallando en 2008.

 

Hablan el ex Fiscal General de Estados Unidos; ex directivos del FBI; ex trabajadores de entidades financieras que ocupaban cargos intermedios; senadores al frente de comisiones de investigación; ex altos cargos financieros que, en su momento, advirtieron de la falta de control interno y externo sobre las operaciones crediticias suicidas, etc.

 

¿Cambiará algo en Estados Unidos tras la emisión del reportaje? Probablemente no: ni la Administración Bush ni la Administración Obama han demostrado un compromiso real con las funciones de investigación de la justicia respecto a los intocables de Wall Street. Pero al menos la información está disponible en la televisión pública de ese país: ¿para qué si no sirve una televisión pública? Difícil que las empresas privadas dedicadas a la información -financiadas en buena medida con la publicidad de entidades bancarias- se puedan permitir una investigación similar.

 

La verdad es que En España un trabajo periodístico semejante parece improbable: aquí las televisiones públicas parecen incapaces de ejercer como tales cuando se trata de incomodar a los poderes políticos y económicos. Un reportaje como The Untouchables no se emitió en la televisión pública española durante la anterior legislatura. Hasta la fecha no se ha emitido tampoco un reportaje parecido en esta nueva legislatura: teniendo en cuenta el currículum de algunos de los nuevos directores de informativos, provenientes de  Telemadrid, uno de los canales menos objetivos de este país –y el puesto está disputado-, es poco probable que estén siquiera pensando en preparar un reportaje parecido.

 

Indispensable ver The Untouchables, creo, si uno quiere entender además cómo se las arreglará el Sistema en España –es una simple intuición- para conseguir que ex altos cargos financieros y políticos españoles, que llevaron a cabo comportamientos con una clara apariencia delictiva, no terminen respondiendo ante la justicia y, eventualmente, entrando en prisión y sufriendo la confiscación de todos los bienes obtenidos con dinero ilícito.

 

Un breve resumen de cómo han ido las cosas hasta ahora en Estados Unidos redactado por un asesor político: comunica a la opinión pública que se va a investigar; establece incluso comisiones parlamentarias públicas y asegúrate de que los medios hablen de ellas; comunica de nuevo –mejor si lo hace un presidente recién elegido y popular como Obama- que no es broma, que se va a investigar en serio; nombra a un senador íntegro para que encabece la lucha contra “el fraude histórico”; repite de nuevo –nunca es suficiente- que se va a investigar (pero eso sí, no aumentes el escaso presupuesto del departamento del FBI encargado de los delitos económicos: sería un error de principiante); encuentra un chivo expiatorio: inventa alguien como Bernard Madoff…mejor, no te lo inventes, es una persona real: úsala, que reciba su merecido; de nuevo: comunica que el gobierno no tolerará que los fraudes queden impunes, etc., etc., etc. ¿Cuánto ha pasado ya? ¿Cuatro años? ¿Una legislatura? ¿El Presidente ha sido reelegido? ¿Ningún alto ejecutivo de Wall Street ha sido condenado? No pasa nada, los medios estarán ocupados con otras noticias: un huracán, el color del vestido de la primera dama en la ceremonia de investidura, la última matanza perpetrada por un terrorista demente en posesión de un arma automática comprada sin presentar ningún documento identificativo, las primeras nieves del invierno…Cosas así.

 

De acuerdo, armar con solidez un caso judicial sobre supuestos crímenes financieros no es fácil. Un columnista del New Yorker escribía recientemente a propósito de la emission de Untouchables: “Any criminal prosecutor will tell you that it’s often a tough call whether to bring a complicated financial-fraud case. Juries tend to get lost in the details. And without a devastating trail of e-mails or wiretaps, it is hard to prove intent. In the aftermath of the financial crisis, both factors played a part in the government’s failure to win a criminal case against two former two hedge-fund managers from Bear Stearns. But even allowing for these mitigating factors, it is startling that, even today, there hasn’t been a single indictment of a senior Wall Street executive—not one”. Las leyes que establecen el proceso penal en cualquier país ofrecen un exhaustivo elenco de redacciones ambiguas, contradicciones y lagunas legales que permiten interponer posibles obstáculos para evitar el fluido discurrir de un proceso, impidiendo en muchos casos –siempre que se tenga un buen abogado, ni hablamos ya de buenas conexiones político judiciales- la obtención de una condena. Pero el principal obstáculo que suele entorpecer este tipo de procesos suele ser la falta de voluntad política.

 

El columnista del New Yorker añadía: “With the statute of limitations running down, the Justice Department will have to act soon or never”. Es decir, en palabras de uno de esos asesores políticos que trabajan para las fundaciones –llenas de ideas- establecidas por los partidos políticos españoles: “No se preocupe, señor presidente, el paso del tiempo siempre es un buen aliado rumbo a la prescripción”.

 

Watch The Untouchables on PBS. See more from FRONTLINE.

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