¿Qué sabía de precauciones? Durante todo el mes siguiente, despertaba con vómito en la boca y se sentía letárgica, pesada y mareada. Supo lo que le sucedía incluso antes de que inyectaran su orina a un conejo y lo vieran morir.
Hasta no hace mucho tiempo esta prueba era bastante popular, hasta el punto de que la expresión ‘el conejo murió’ es una especie de frase hecha eufémística en inglés para indicar un embarazo. Está basada, como dice el texto, en inyectar orina de la posible embarazada en un conejo, a una coneja concretamente. Si la mujer está embarazada, la presencia de la hormona hCG provoca cambios en el organismo del conejo. Pero, al contrario de lo que el texto parece indicar, el conejo no muere por dicha inyección, sino que debía ser sacrificado y diseccionado por un médico para comprobar si había embarazo o no. Así explicado parece un método muy rudimentario y con ecos de de ritual arcaico, pero tenía una fiabilidad bastante alta, del 98%