Dicen los que saben de esto que los países que cuentan con un gasto social por habitante de en torno a los 9.000 o a los 10.000 euros son los que de verdad logran reducir las tasas de pobreza hasta niveles más o menos razonables, hasta niveles que bajan del 15%.
España, como ha manifestado esta misma semana la OCDE, está fracasando en su misión de reducir los efectos de la crisis en las clases trabajadoras y en las que hasta hace poco se consideraban a sí mismas como clases medias. Lo podemos ver en este gráfico, que muestra cómo en España es uno de los países en los que más ha crecido la pobreza:
Y, no, no es que España cada vez sea más pobre. Es que las desigualdades están aumentando brutalmente. Nuestro país ya es el más desigual de la Unión Europea. También lo dice la propia OCDE, utilizando, en esta ocasión, las estadísticas de Eurostat:
España gasta poco más de 6.000 euros por habitante
El gasto social sirve para corregir tanto la pobreza como la desigualdad social que produce el mercado. Desafortunadamente, los últimos datos de gasto social que recoge Eurostat corresponden al año 2011. Pero nos pueden servir para hacernos una idea de en qué medida reducir las desigualdades sociales es una prioridad para cada uno de los Estados.
De media, en la zona euro se destinan alrededor de 8.200 euros por habitante al gasto social. Si abrimos el espectro al conjunto de la Unión Europea, esta cantidad baja mil euros.
En España, la cifra se encuentra por debajo de las medias tanto de la Unión Europea como de la zona euro. Apenas supera los 6.000 euros. Luxemburgo es el país del continente que más gasta por habitante (más de 13.000 euros). Sorprendente, ¿verdad? Después se colocan los afortunados “sospechosos habituales”: Noruega gasta casi 11.000 euros; Holanda y Dinamarca, más de 10.000; Suiza (sí, no nos hemos equivocado), Suecia, Alemania y Francia, más de 9.000. Éste es el club de países en los que la protección social es la óptima.
El gasto social baja la pobreza en España del 30% al 22%
Tras destinar este dinero a la protección social que luego desgranaremos, la tasa de pobreza en España en el año del que hablábamos, 2011, se situó en el 22,2%. Antes de las transferencias sociales, este porcentaje se situaba en el 30%. Esto significa que el mercado, por sí mismo, deja bajo el umbral de la pobreza a prácticamente un tercio de la población. Es el Estado con su esfuerzo redistribuidor el que se ocupa de reducir las ineficiencias del capitalismo.
En Noruega, con un gasto por habitante del casi el doble del español, la tasa de pobreza baja de cerca del 30% hasta el 10%.
Podemos dar por probado que más recursos destinados a la protección social hacen posible reducir la tasa de pobreza de una manera sustancial. En los enlaces que incorporamos se pueden ver más ejemplos de este tipo. Pondremos uno más: en Suiza, la tasa de pobreza, que ya es baja de partida (del 22,4% de la población) cae, gracias a las partidas sociales, hasta el 15%.
Más recursos al paro, pero menos a todo lo demás
¿Qué tipo de gasto social es el que se realiza en España? El pago de las pensiones supone prácticamente el 35% del total, de esos 6.000 euros por habitante, un porcentaje que se sitúa por debajo del 40% que se destina, de media, en los países de nuestro entorno. El subsidio del desempleo se lleva prácticamente un 15%, muy por encima de la media, que oscila entre el 5% y el 6%, según hablemos de la zona euro o de la Unión Europea. En familia, España sólo invierte el 5,4% de todo el gasto social, por debajo del 8% en que se sitúa la media europea. A vivienda, apenas va el 0,91%, menos de la mitad que en los países de nuestro entorno. Y a luchar contra la exclusión social, un 0,83%, la mitad que en otros países europeos. Incluso en salud España invierte menos que otros países: un 27,4% del total del gasto social frente al casi 30% del resto de nuestros socios.
En dinero contante y sonante, si España gasta (recordemos que son datos de 2011, los últimos que proporciona Eurostat) en pensiones 2.000 euros por habitante, en Europa la media se encuentra entre los 2.800 y los 3.000 euros, según tomemos la Unión Europea o la zona euro. A salud, Europa destina, de media, entre 2.000 y 2.300 euros por persona; España, 1.621. En familia, Europa invierte entre 550 y 630 euros; España, 318 euros. Sólo en subsidio de paro ganamos a nuestros vecinos: frente a nuestros 865 euros por habitante, los 400 o 500 que, de media, se dedican en el resto del continente a este fin. Pero no porque nuestras prestaciones por desempleo sean más generosos. Sólo se debe a que en España hay más del doble de paro que en el resto de Europa.
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