Presentación de ‘Los papeles de Ibiza 35’, por Túa Blesa
Se escribe siempre sobre las ruinas de la locura.
L. Mª Panero
Los papeles de Ibiza 35, el título general de esta publicación, es propuesta de Javier Mendoza, quien heredó de Michi Panero las carpetas que custodió con textos y otros documentos de Leopoldo María Panero.
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Dichas carpetas contienen un conjunto variado de textos del poeta. Un conjunto variado formado por mecanoescritos de poemas, ensayos y traducciones de narraciones de terror inéditos junto a otros ya publicados –algunos de ellos con variantes– y varios otros documentos más, como una carta del poeta y otras que lo tienen como destinatario.
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A manera de resumen diremos que esta publicación incluye el libro unitario No, no somos ni Romeo ni Julieta, ni estamos en la Italia medieval, dos traducciones de relatos de Arthur Machen, poemas diversos que se editan aquí bajo el título de Otros poemas y unos cuantos ensayos y textos dispersos que se publican bajo el epígrafe ‘Ensayos y otros escritos’.
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Tal título [No, no somos ni Romeo ni Julieta] para un libro de poemas es, sin duda, extravagante y puede, o debe, leerse como irónico, y, como el lector habrá reconocido, reproduce unos versos de la canción Romeo y Julieta que grabó Karina en 1967, entonces cantante de éxito, y que se hizo muy popular.
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No es el único caso de material de la cultura popular que se incorpora en No, no somos, sino que son bastantes otros más los que se nombran en estos poemas, muestras de la nueva sensibilidad formada “desde unos presupuestos que no son los del «humanismo literario»”, que diagnosticó José María Castellet en Nueve novísimos poetas españoles.
En efecto, en estos poemas se menciona la canción Quando, quando, quando, grabada por Tony Renis en 1962, que tuvo versión española de José Guardiola en ese mismo año, y que gozó también de una gran popularidad; a la cantante mexicana Chavela Vargas, el rock&roll “zapatos azules de gamuza” (Blue Suede Shoes), o Ma che freddo fa, éxito de la cantante Nada en 1969; a Mick Jagger y los grupos, o conjuntos como se decía por entonces, Los Canarios y The Rolling Stones, a quienes Panero dedicó Así se fundó Carnaby Street en 1970.
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La geografía es la de Barcelona: la calle Balmes, la plaza Molina, Bocaccio –la discoteca de la calle Muntaner en la que se reunía la llamada “gauche divine” hacia finales de los años 60–, o aquel local tan singular que fue La Bodega Bohemia, donde actuaba ¡Oh Gran Gilbert!, nombrado en “C. S. P. (cantante) L. P. B. (agitador comunista promoscovita)” –título en el que, por cierto, ¿no ha de identificarse en L.P. B. a Leopoldo Panero Blanc?–, fruto de las diferentes estancias de Panero en esa ciudad a partir de 1967. Y también el bar River Plater, a donde el poeta acudía en sus salidas o escapadas de alguno de sus ingresos en centros psiquiátricos a proveerse de, quizá, LSD, según cuenta en El desencanto: “Me escapaba del sanatorio diciendo que me iba con mis amiguetes y me iba a un bar que se llamaba “River Plater” –la orilla plateada– a comprarme mis caramelitos, y eso era una gloria”.
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Sobre los cuentos
Como era de esperar, Panero no traduce los dos relatos de Machen a la manera usual, sino que, haciéndolos suyos, erigiéndose en coautor, los pervierte, lo que implica añadir donde lo cree oportuno palabras y palabras, que corrigen o desarrollan –son expresiones del poeta sobre este quehacer– los textos que reescribe más que traduce.
Entre otros pasajes, es notable la intromisión de la palabra del traductor en “Lo que no es de este mundo” en el momento en que el narrador da cuenta del relato que le hizo Morgan de las extrañas voces que había oído. A partir de “blasfemias” (p. 134), que sí se corresponde con “blasphemies” en el texto de Machen, se debe a la escritura de Panero una ampliación de casi doscientas palabras. Por su parte, en el capítulo III de “N.”, cuando se da noticia del Caminando por Londres, Meditaciones sobre las calles de la capital de Thomas Hampole y se citan algunos fragmentos del mismo, el pasaje que comienza con “Este método” (p. 158), “This method” en Machen, expande las sesenta y seis palabras del original hasta casi cuatrocientas cincuenta hablando de la divinidad oculta de los humanos, de “la ciencia de la emoción, de la Energía psíquica”, en fin, de lo esotérico, temática tan típica en el pensamiento del poeta.
El caso Yolanda
La Yolanda del poema es sin duda la militante comunista Yolanda González Martín, de tan solo diecinueve años, asesinada por miembros de la ultraderechista Fuerza Nueva en Madrid el 1 de febrero de 1980 y el poema ha de ser de fecha muy próxima al crimen. De que el suceso no le fue indiferente a Panero, da testimonio el poema y también el texto titulado ‘El caso Yolanda, y sus consecuencias’, inédito, probablemente escrito con destino a alguna revista –aunque una frase como “el PCE, PSOE y los partidos maricones al uso”, el cierre “VIVA LA GUERRA CIVIL” y algunas expresiones más no debieron resultar fácilmente asumibles para su presumible editor, si es que hubo alguno al que se le propusiera el texto– y que se publica ahora en Los papeles de Ibiza 35, una denuncia de la permisividad de las autoridades con las actividades criminales de la extrema derecha, donde se lee que “el aparato policial y burocrático franquista no ha desaparecido, no ya por completo, sino en absoluto”, que lo que hay por parte de los aparatos del Estado es el “amparo del homicidio” –y así era, al menos parcialmente, en aquellos años–, por lo que escribe Panero que “En esta situación es posible, legalmente posible, abogar por el uso de las armas, en defensa propia, ya que no hay otra defensa, ni otra legalidad”.
Selección de poemas de ‘Los papeles de Ibiza 35’
Poemario No, no somos ni Romeo ni Julieta
Carnet de baile
Vomitó haches, otra vez. Era imposible evitar que vomitara
haches. Le parecían tan molestas, tan inútiles. R., como
siempre, hubo de añadir “superfluas”, lo cual le sumió
en una profunda depresión. Uno o dos mosqueteros,
y después haches, y otra vez haches, y más haches… Podría
ser: “que llovían ciegamente sobre la ciudad abandonada”.
Pero no, mejor: “James partió al amanecer, y apenas
se oyó el rumor de los cascos”.
El hijo puta de Álvaro Delgado
Su droga eran las extranjeras. Se inyectaba extranjeras ¿o
le inyectaban las extranjeras? En todo caso era la hija de
un embajador. No, de Viena, no. Una pena y además cae
en verso pero a él no le gustaba lo que caía en verso, y por
eso se caía con las extranjeras ¿o le caían encima las extranjeras?
En todo caso no le llovían, porque ni aun él
hubiera podido soportar una lluvia de extranjeras. Y en
cambio él no se consideraba extranjero: él era un hombre
sencillo de donde crece la palma, y de pronto un día se
levantó, sin saber muy bien lo que hacía, y redujo a pedazos
la foto de Martí que había sobre la cabecera de su
cama. Él no quería morirse de frío, y hasta ella misma se
veía obligada a reconocerlo, a veces “ma che freddo fa”.
Así que decidió romper la foto de Martí, que tenía sobre
la cama, ¿he dicho sobre la cabecera?, pero en realidad no
lo decidió, se creyó que le daba por ahí y al día siguiente
volvió, con la cabeza caída sin saber por qué, al Rastro, a
proveerse de otra cosa. Si al menos fuera rusa. Y cuántas
veces estuvo a punto de decirle “eres un cero, tienes voz
de alambre y quedarías mejor disecada”. Incluso una vez
le tiró de un pelo pero a ella resultó que le gustaba, si es
lo que pretendía, claro. Cuántas veces a punto de levantarse
de la cama para ir al trabajo bajo la foto de Mick
Jagger ¿o lo hacéis bajo la foto de Mick Jagger? Entonces
sí que mando la policía. Pero si tú ya tienes tu policía.
Y así será, por los siglos de los siglos, mientras a Vicente
Molina no se le ocurra abrirse las venas con un palillo de
dientes, después de una cena con Juan Benet.
De nada sirve buscar el agnus dei, piensa, y se acuesta satisfecho.
Al pasar por aquel sanatorio en el que hasta los colores
huelen a insecticida, al salir a la izquierda, ya lo verá, es
fácil encontrarlo, lee algo sobre la pared, no la del sanatorio,
no sabe si a favor o en contra: “Las relaciones sexuales
entre abortos, últimamente penadísimas por criterios
morales y criminales, habrá que pedir permiso al Papa,
tan ocupado siempre, como con los primos y los tíos
carnales”.
C. S. P. (cantante) L. P. B. (agitador comunista promoscovita)
A las seis, después de desayunar, y nadie espera encontrarse
una mancha de sangre, apareció estrangulada en su
habitación, la 512, quiero decir Araminta Ditch, sí hombre,
tú la viste una vez en Bocaccio, con Jaime y conmigo.
Sí, estaba también, ya me acuerdo. Bueno, pues fíjate
qué cosa más rara, ¿tú te lo explicas?, a qué venía, digo
yo. A lo mejor los del hotel, son capaces de cualquier cosa,
con tal de llamar la atención, non sense; bueno, Jaime
lo que dice.
Poemas inéditos sueltos
“Quién anduvo entre la violeta y la violeta
con carne blanca y azul, el color de María
haciendo viva la primavera y fuertes las fuentes…”
Eliot, ‘Miércoles de ceniza’
Yolanda
Qué cobarde, qué no engendrado sino ya muerto desde su nacimiento
como cuando la madre grita clamando contra sus entrañas
y los padres ruegan porque nadie sepa, ni los dioses tampoco
el nombre de su hijo, que cobarde pensó alzar su mano de huesos
para quebrar tu pureza, tu vida parecida a los árboles
tu rostro que era mejor que al agua, tu mirada
por la que era preciso morir cuando llegue la Hora.
porque el Tiempo es una sinfonía también,
cuyos acordes se entrelazan como almas
para concluir un día, hoy, quizás, que tu cabeza
pende encima de la mía, y me sonríe desde el techo
y asoma a la terraza y mira
a derecha e izquierda a los hombres
como una Advertencia.
Del seno de los muchos, para saciar tu muerte
llamaron las dríadas a la terrible Sombra
que ni el Desamparado aquel que pone Ley
e Infierno, y llanto, gritos y lamentos
en la cercanía atroz de Malebolga, nombra,
y que unos llaman el Flautista, y otros
el Asesino Músico, que toca con su falo la melodía
de la muerte, y se mueve
en silencio entre los árboles, susurrando
como una obsesión tu nombre sólo, tu nombre.
El recogió en la cuenca
de tus manos tu calavera y tu hermosura
Canto al ‘Jaro’
(Perro muerto en la mañana)
Tenemos a un niño en las manos, quizá
a un niño que juega con los dedos manchados de sangre,
y juega
y vuelve a jugar con los esqueletos, sin saber
sin saber jamás lo que la muerte es, como todos
los hombres de su barrio, y es por ello
que la ofrece
a todos rezando, y hasta
el perro aquel de la calle, con manchas blanca y lent
ejuelas
como para salir al circo a llorar, le quiere
hacer saber lo que regala, lo que da a diario, como amor
como amor, para luego dormir con la navaja
esposa, pura, en él
círculo inmóvil del acoso y llorar a veces
cuando recuerda, por
lo que era su madre,
el agujero ese en la piel y la canción rayada
ya para siempre que la noche espera.
Ah, pero la Fiebre!
la fiebre de la sangre como tambor demente
pidiéndole la huída y el saqueo, la fiebre de
no dormir y de estar solo siempre
LA ANARQUÍA es un vino triste que se bebe en las tardes
en que el universo solloza y la
lágrima sucia como rocío del cielo abriendo
un orificio azul y hediondo en las cabezas
amado por las moscas, por las moscas que vuelan
como buitres en torno de los seres que andan
moviendo como un péndulo el sí y no de sus cabezas
el desmayo
lento en que vida consiste
hasta morir, hasta morir si es posible
si es posible aún en la tarde que parece
no acabarse jamás como una maldición para melancólicos
en donde hay para siempre una cabaña que buscar antes de que anochezca
donde habita el diablo que no es de nadie
hasta llegar a la casa vacía de la muerte
y vernos en el Espejo Que No Existe.
Estos textos pertenecen al libro Los papeles de Ibiza 35, que Bartleby Editores está a punto de publicar.