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lunas


antes de entrar en la medina de Tetuán veo a personas haciendo fotografías al cielo, es la Luna, una delgada línea, el inicio del Ramadán aquí

es elegante y bonita

porque hubo un tiempo en el que el ser humano no sabía si había alguien allí

lo más cercano, parecía de tierra, visible

se creó un nombre: selenitas

había sospechas de la existencia, posibilidades

tú mirabas en 1865 hacia la Luna y pensabas que quizás, que podía ser, que estaba tan lejos, y que a lo mejor, otras personas, otros animales, otras alturas

y que incluso desde la Luna nos verían, se preguntarían también

intentando llegar

alcanzarnos

luego ya en el siglo XX, en los 60 (más o menos), se llegó a la Luna desde la Tierra y se confirmó que no había nadie alrededor

una pena

aunque bonita y elegante

maravillosa

hoy, primer día de Ramadán, fui a Tánger a recordarla, a recordarlo

nuestros lugares estaban cerrados.

el cuerpo femenino sigue constreñido por el grupo. La mujer es madre, esposa e hija, antes de ser un individuo. Garantiza el honor de la familia y, lo que es peor, la identidad nacional (marroquí, de Marruecos). Su virtud es un asunto público. Aún no se ha inventado una mujer que no pertenezca a nadie; una mujer que pueda liberarse de la qa’ida, es decir, de la norma, de la costumbre admitida por todos. Muchas mujeres que entrevisté se han deshecho de esas normas, de esas costumbres e incluso del qué dirán. A falta de modelos, se autoinventan. Me sorprendió su extraordinaria creatividad.

Sexo y mentiras, Leila Slimani

lunas.

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