No parece que el Gobierno pueda hacer mucho por bajar el precio de la luz. Tendría que tener poder, por ejemplo, para regular los precios del gas y del CO2, además de tener el poder de regular las temperaturas. Yo pienso que Pedro Sánchez sabe que no tiene poder para regular los precios del gas y del CO2, pero a estas alturas estoy convencido de que sí cree que tiene el poder de regular las temperaturas. Démosle tiempo, en cualquier caso. Lo que el gobierno de Pedro Sánchez sí puede hacer, y hace, como el resto de los excelentes políticos que no nos contemplan, es echarle la culpa al otro y confundirnos. Echarle ¡combustible! al asunto para que no se apague el partidismo, que es el ecosistema donde ellos viven y se reproducen, y donde el propio ciudadano da vueltas y vueltas sin enterarse de nada mientras sólo le dicen hacia qué dirección tiene que girar. Ese combustible es un combustible fantástico, por supuesto, como si fuese a ir a parar a un condensador de fluzo, que pasó de necesitar plutonio a simple basura para funcionar. En esta última etapa moderna, la de la basura, estamos, donde la culpa de la subida de la luz es de Aznar, según la ministra de Hacienda. No hay que desdeñar, por otro lado, que Pablo Casado promete, en el ínterin, una ley para que se pague sólo por la energía consumida, sin explicarnos de qué forma va a ser posible eso; al mismo tiempo que en Podemos (el Gobierno) apuestan por la nacionalización de las eléctricas, cómo no (a uno de Podemos le dices que te duele la cabeza y te responde que te la nacionalices), sin explicar tampoco por qué razón mágica dicha nacionalización va a permitir comprar a menor precio, mismamente, el gas y el CO2. Yo quiero que me lo expliquen todo (¿Cómo será posible lo de Aznar, después de casi veinte años?), entre otras cosas, porque las respuestas desarrolladas apuntan a ser más alucinantes aún que el origen de las preguntas (ya puestos a dar vueltas, que nos entretengan) que, de todos modos, nadie les hará, o quizá sí, pero parecerá que no. Yo, de momento, voy a encender poco la luz y poner lo justo los electrodomésticos (o no encenderla y no ponerlos), al menos hasta que termine la penúltima ola de calor o Pedro Sánchez, lo que venga antes, nos baje las temperaturas.