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Mientras tantoMacavity en la presentación de la nueva temporada de la Abadía

Macavity en la presentación de la nueva temporada de la Abadía


 


Juan Mayorga presentando la nueva temporada de Abadía, y de fondo el cartel de
Asesinato de un fotógrafo, la próxima obra de Pablo Rosal

“Oh, capitán, mi capitán”. He escuchado estas palabras por primera vez en mucho tiempo desde que desembarqué en Madrid hace ya 7 años, y no he podido resistirme: He decidido escribir por primera vez en el teatro. Ya iba siendo hora de acabar con ese complejo de inferioridad, alzar mi cetro, ponerme mi corona de galletitas y escuchar qué más tenía que decir Jorge Moreta, Coordinador General del Área de Cultura del Ayuntamiento de Madrid.

Tanto él como los siguientes ponentes, Javier de Dios, Subdirector General de Teatro del Inaem, y Marta Rivera de la Cruz, Consejera de Cultura, Turismo y Deporte de la Comunidad de Madrid, han elogiado y mucho al recientemente nombrado director artístico del Teatro de la Abadía, Juan Mayorga. Todo el mundo ama a Juan Mayorga ahora mismo en el teatro español. Premio Princesa de Asturias de este año y uno de los autores más representados de todo el panorama teatral. Y ahora, además, llevando el timón de la Abadía. Por eso el apelativo de “capitán”. Claro, tiene sentido. Ya me parecía a mí que no tenía mucha pinta de lobo de mar. Ni un garfio, ni una pata de palo… Su apellido se parece al nombre de la isla de Mallorca. Pero creo que eso no es por lo que le llamaban capitán…

“El teatro es contrario a la guerra. Es acción, emoción, poesía y pensamiento”

Este es el lema de la temporada 2022/23 de la Abadía. Ante la inestabilidad que asola al mundo, y ante una guerra que amenaza con destruir más de 30 años de paz en Europa (tienden a decir que son muchos más, pero, ¿nadie se acuerda de los Balcanes o qué…? Mi cetro es una sardina croata. Qué bueno es el pescado en Croacia, cómo me alegro de que de momento estén tranquilos por allí…) el teatro de la Abadía quiere erigirse como un faro de pensamiento, emoción, acción y poesía. Y pretende hacerlo de varias maneras. Por un lado, con una programación ambiciosa “a la altura de su tiempo y que respete al espectador, ya que se espera mucho de él”, dice Mayorga.

Con títulos como Electra dirigido por Fernanda Orazi, Decadencia, dirigido e interpretado por Pedro Casablanc, el estreno mundial de Finlandia, de Pascal Rambert, La Toffana, de Vanessa Montfort, recién estrenada en Almagro, Vive Molière, de la pareja Tato y Cáceres, Coraje de madre, dirigida por Helena Pimenta, Asesinato de un fotógrafo, de Pablo Rosal, Canción del primer deseo, de Andrew Bovell, dirigida por Julián Fuentes Reta (completando así la trilogía Bovell – Fuentes Reta, tras Cuando deje de llover y Las cosas que sé que son verdad) y otras muchas obras que nos harán maullar y ronronear en el patio de butacas.

No olvidemos tampoco la danza, no excesivamente presente en la programación de la Abadía, pero en ella podemos encontrar a Luz Arcas y su pieza Todas las santas y Sol Picó con Macarron Power.

Tendremos la oportunidad de volver a ver algunas obras que algunos despistados como yo nos hemos perdido, como A vueltas con Lorca, interpretada por Carmelo Gómez, Historia de un jabalí, de Gabriel Calderón, o Pundonor, de Andrea Garrote, entre algún título más.


Javier de Dios diciendo unas palabritas

Además de sacar adelante una programación, ¿qué puede hacer un teatro para crear públicos o dar experiencias diferentes a su público actual? Buscar senderos fructíferos. Por eso han llamado así a una serie de ciclos que podremos disfrutar también a lo largo de la temporada:

  • Ciclo Cómicos en la Abadía, dirigido por Andrés Lima
  • Poetas en la Abadía
  • El faro de la Abadía: Meditación sobre el teatro, provocando para ello diálogos entre creadores y pensadores
  • Exposiciones en la Abadía: en el absidiolo, o absidiola, o absidiole de la Abadía (antes conocido como ambigú, pero lo que diga nuestro capitán va a misa… yo solamente quiero saber dónde está estribor, porque empiezo a tener hambre y me gustaría cazar algún salmonete despistado) que será un espacio expositivo donde hacer memoria del teatro e indagar acerca del mismo.
  • Formación en la Abadía: Talleres en dirección, dramaturgia e interpretación.
  • La abadía cruza la calle: mediación artístico-social que se llevará a cabo de nuevo este año. Abren la Abadía a sus vecinos para que ellos encuentren en el teatro su espacio. Para estar en el mundo, hay que estar en el barrio.

En definitiva, una presentación de temporada prometedora en la que, aunque se trataba de un momento de celebración, no se les ha olvidado dedicar unos instantes a recordar a Pepe Guirao, exministro de Cultura, que falleció este pasado lunes, y referenciar al también recientemente fallecido Peter Brook, con la frase: «No hay públicos malos. Hay públicos fáciles y públicos no tan fáciles”.

Lo que no es fácil, desde luego, es pescar algo en el secarral que es Madrid. ¡Vaya tela! Más vale que las programaciones de los teatros me gusten, o me voy a arrepentir de haber venido a la capital.

Pero, justo cuando me iba a manifestar, y casi a dar un golpe de estado, anunciaron que iba a haber un aperitivo con vinos y sandwiches en la Sala José Luis Alonso, y como olí el salmón ahumado de los sandwiches, decidí dejar el golpe de estado para más adelante y apresurarme para llegar el primero al lunch.

Macavity, el rey de los mininos

 


Algunos de los artistas programados, programador, políticos, y otros que pasaban por allí – foto de un fotógrafo con ánimo de nuca irreconocible

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