En Zaragoza, el grupo Teatro Pezkao lleva a las tablas a cuatro personajes manipulados brutal o sutilmente en su entorno. Sin salida aparente, cada uno de ellos parece ajeno a sí mismo: uno ya no responde a su yo, ya no es dueño del trazado de su vida y resulta inviable volver a soñar con ser todo aquello que algún día pensó su meta.