Yo estaba en la mesa de al lado. Me estaba comiendo una buena ración de callos en el Nevada, que es un bar muy de teatro, o eso dicen, porque muchos que salen de ver las obras de los Teatros del Canal van allí a tomar las cañas y a hablar de lo que han visto, y ahora mismo a hablar del nuevo rumbo de los Teatros del Canal, del Fernán Gómez, del Condeduque… Mientras yo me zampaba mis callos, en la mesa de al lado estaba una mujer haciendo preguntas a un hombre un poco más joven. De vez en cuando me miraban de reojo… Bueno, eso como todo el mundo, porque es que yo soy un avestruz y es normal que la gente se quede extrañada cuando me ve en el teatro, en los bares, o caminando por Madrid yendo de un teatro a otro. Vamos, que estaban allí, tan cerca de mí, que tuve que poner la oreja. Bueno, alargué un poco el cuello, que como soy avestruz, tengo un cuello muy largo. Y así escuché parte de lo que se hablaba en la mesa de al lado.
MUJER.- ¿Por qué montar hoy un texto de 1915?
HOMBRE.- Pues porque hay autores que no dejan de hablar de quiénes somos por mucho que pase el tiempo. Y este texto de Susan Glaspell, a pesar haberse escrito en un contexto muy concreto (los comienzos del psicoanálisis), retrata dinámicas sociales y familiares que hoy permanecen. Es una obra sobre la violencia que subyace en las estructuras tradicionales de familia y de pareja, y en los roles que se nos imponen dentro de esta. El valor del texto no está en qué cuenta del psicoanálisis, sino en cómo los personajes lo utilizan dentro de sus relaciones. Lo usan como un arma arrojadiza dentro de una guerra que nunca ha dejado de estar abierta. Hoy utilizo el psicoanálisis, mañana utilizaré cualquier otra cosa. Qué cosa sea, no es importante, sino cómo la utilizo para ponerme por encima de ti. No creo que la familia sea un lugar más plácido hoy que en 1915, más bien lo contrario.
Anda, claro… Lo entendí todo, ella era una periodista, y él era uno que acababa de estrenar un texto de Susan Glaspell. Menos mal que le había quitado el móvil a Carol, mi amiga del supermercado donde vivo… Ya se lo devolveré, no temas… Cogí el móvil y busqué “Susan Glaspell teatro Madrid”. Y me salieron dos obras…
MUJER.- ¿Qué tiene de actualidad?
HOMBRE.- Bueno, es que yo parto de que Susan Glaspell debería considerarse una autora clásica y tendría que ser parte del repertorio como lo es Eugene O’Neill. Sus textos son siempre actuales y contemporáneos. La base del trabajo en mi compañía, Vida Cantina, es tratar los textos clásicos como si fueran contemporáneos, intentando no dejarnos llevar por prejuicios formales. Susan Glaspell es una autora que no se queda en la superficie, por eso tiene valor montarla a día de hoy; además, aunque pueda no parecerlo, ahora mismo los roles familiares y de pareja apenas han cambiado. Glaspell tiene esa habilidad a la hora de retratar las relaciones personales y los sentimientos del ser humano. Consigue llegar al fondo. Por eso no da la sensación de estar ante un autor de 1915. Incluso creo que es un texto que tiene más sentido ahora que en aquel momento, porque el estrés y la ansiedad a la que nos vemos sometidos diariamente no ha hecho más que aumentar, y eso es fundamental en la obra.
Deseos reprimidos – foto de Erica M. Santos
Ah, según dice Internet, hay dos obras de esta autora en el Teatro Español, una se llama Bernice, es producción del Español, está mes y medio en cartel, la dirige Paula Paz, y sale Eva Rufo (que la murciélaga Finea siempre dice que es su amiga, porque la vio en Almagro y no sé qué…), Esperanza Elipe, Rebeca Hernando, Jesús Noguero y Javier Lago. Y la otra, Deseos reprimidos, es producción de Vida Cantina, está solo dos semanas, hasta el 8 de diciembre. Creo que es un encargo a esa compañía, lo he leído en algún sitio. Ah, está en la sala nueva, el Salón de los Balcones, claro, como la de La lámpara maravillosa que estaba hace poco. Es esa sala en que se hacen obras en relación con lo que hay en las salas de abajo, en este caso está relacionada con Bernice. Claro, ya entiendo. Según veo, está traducida y dirigida por Josete Corral. ¡Pues este que respondía a las preguntas debía ser ese tal Josete Corral, no había duda! Y los intérpretes son Ana Ruth Resco, Ede y Luis Heras.
MUJER.- ¿Qué nos dice este texto a los espectadores de hoy?
HOMBRE.- Yo creo que la obra de Glaspell, como pasa con todos los grandes autores, es complicado reducirla, no se puede resumir en una frase, en cierta forma eso es empequeñecerles. Es un texto que nos lanza preguntas, que trata de hacernos observar y reflexionar de qué manera nos relacionamos y qué consecuencias están teniendo esas dinámicas en nosotros mismos. Tiene una forma muy atípica de mirar las relaciones familiares y creo que el valor está en eso, en cómo nos mueve a preguntarnos si el lugar en que estamos es como realmente pensamos que es. Creo que está ahí el valor de la obra, en cómo nos puede hacer replantearnos esos lugares.
Deseos reprimidos – foto de Erica M. Santos
Este joven se había debido estudiar bien a Susan Glaspell. Me puse a buscar yo en el móvil de Carol a ver quién era esta señora… Dramaturga, novelista, periodista y actriz estadounidense. Con su esposo funda la compañía Provincetown Players… Nueve novelas, quince obras de teatro, más de cincuenta cuentos, y una biografía. Autora exitosa de su época, su obra dejó de publicarse tras su fallecimiento en 1948. Le dio una oportunidad a Eugene O’Neill, y le descubrió para el público. Escritora feminista pionera, primera dramaturga modernista estadounidense…
MUJER.- ¿Y si te pudieras ir de cañas con Susan Glaspell?
HOMBRE.- Ah… Pues intentaría convencerla de que escribiese una obra sobre mi familia, la cual me encantaría dirigir. Sí. A eso me dedicaría si pudiera irme de cañas con Susan Glaspell una tarde.
En ese momento me decidí. Me levanté y me metí en la conversación. Me aventuré a pedirle invitación para ver su obra, Deseos reprimidos. Y ya de paso, a ver si me conseguía algo para ver Bernice. Es que soy un avestruz, no trabajo, no me puedo colar en los teatros sin que se me vea, como hacen mis amigos murciélagos, y lo que saco de vender mis huevos gordos (pongo uno cada dos días) no me da suficiente para verlo todo.
Bernice – foto de Javier Naval
MANOLI.- Buenas tardes, que estaba aquí al lado escuchando todo lo que hablaban, y es que yo quiero ver esas obras de Susan Glaspell. ¿Tú me podrías conseguir invitación para ver ambas?
La mujer cogió su paraguas y empezó a atizarme paraguazos sin ningún motivo. Solo gritaba “¡Odio a los pájaros! ¡La culpa la tiene Hitchcock!”. Josete trató de calmarla. Yo seguí pidiéndole a él mis invitaciones. Ella siguió atizándome. Yo acabé por los suelos bastante escacharrada. Miriam, una de las camareras, acabó llamando a la policía. La policía no sabía qué hacer cuando llegó, porque ya era las tantas de la madrugada y el bar ya estaba cerrado hacía horas.
Manoli, el avestruz
Deseos reprimidos de Susan Glaspell
Versión y Dirección: Josete Corral
Reparto: Ana Ruth Resco, Ede, Luis Heras
Escenografía e iluminación: Víctor Longás
Vestuario: Anna Bardopoulou y Beatriz López
Producción: Vida Cantina
Del 28 de noviembre al 8 de diciembre de 2024 en Salón de los balcones – Andrea D’Odorico del Teatro Español
Bernice de Susan Glaspell
Dirección: Paula Paz
Traducción y versión: Ignacio Gª May
Reparto: Esperanza Elipe, Eva Rufo, Javier Lago, Jesús Noguero, Rebeca Hernando
Diseño de espacio escénico: Mónica Boromello
Diseño de iluminación: David Picazo
Diseño de vestuario: Blas Ledoïc
Música y espacio sonoro: Yaiza Varona
Ayudante de dirección: Abel Ferris
Producción: Teatro Español
Del 29 de octubre al 8 de diciembre de 2024 en la Sala Margarita Xirgu del Teatro Español
Bernice – foto de Javier Naval