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Marcelo en la XXIV Feria de Ciudad Rodrigo (II)

(Se puede leer el primer capítulo aquí.)

Yo estaba colgado de la rama de un árbol en los Jardines de Bolonia y de repente escuché una voz que me resultaba familiar…

SABINA.- Estoy embarazada.

MARCELO.- ¿Y a mí qué me cuentas?

SABINA.- Voy a tener murcielaguitos tuyos.

Ahí me quedé momentáneamente sin respiración… ¿Y cuándo yo…?

MARCELO.- Eso no puede ser.

SABINA.- Claro que puede ser. ¡Claro que sí! ¿O es que no te acuerdas de nuestra última noche en Fundão?

No sé si has adivinado a quién me encontré viendo El jardín del viento, de la compañía Cal y canto Teatro, en los Jardines de Bolonia. Estaba colgando por las patas en la rama de al lado a la mía… Bien, he de recordarte que los murciélagos vemos las obras colgando por las patas… Bueno, si no has adivinado quién era, te lo cuento ahora mismo: Sabina, la murciélaga de Fundão, aquella que aseguraba que no le gustaba el teatro y luego cambió de idea no se sabe bien por qué. ¿Qué narices estaba haciendo en la Feria de Ciudad Rodrigo? ¿Me estaba persiguiendo? ¿Acaso no debería estar en su pueblo, Fundão?

MARCELO.- Anda, déjame en paz que estoy en una feria y el espectáculo va a comenzar.

SABINA.- No te he visto ni en Corazones, meteoritos y una enfermedad rara, de Azar Teatro, ni en Los invisibles, de La Coracha Teatro.

MARCELO.- Yo estaba viendo I’m a survivor. Es que aquí en Ciudad Rodrigo hay que elegir.

SABINA.- ¿Y después de esta qué ves?

MARCELO.- ¿Y a ti qué te importa?

SABINA.- ¿Podré ir contigo a la siguiente?

MARCELO.- ¿Me quieres dejar en paz?

SABINA.- No.

Pues nada, ya tenía a Sabina en Ciudad Rodrigo. Solo faltaba que se presentara Finea… Vale, es verdad, si no me conoces, no te enteras de lo que hablo… Tendré que ponerte en antecedentes… Finea es una murciélaga, que fue mi novia en Almagro y que vive en el mismo supermercado madrileño en que vivo yo; yo fui el primero que conquistó Madrid, bueno, el primero que se instaló en un supermercado madrileño para poder ver todo el teatro de Madrid… Y luego se presentó Finea diciendo que era mi novia, aunque nunca hemos sido novios. Yo soy un murciélago libre…Y a Sabina la conocí en Fundão el mes pasado, en julio de 2021. Recuerdo perfectamente que sus hermanos eran unos brutos…


El jardín del viento– foto de Isa & José Vicente

Bien… Vimos El jardín del viento y luego me escabullí como pude hacia la plaza, a ver si pillaba alguna compañía de la zona. Sabina fue detrás de mí.

MARCELO.- Soy libre…

SABINA.- Bueno, pues muy bien. Yo también soy libre…

MARCELO.- No me sigas. No quiero estar en esta feria contigo. Ya me “acompañaste” demasiado en Fundão

SABINA.- Tanto derecho tienes tú a ir a la plaza de Ciudad Rodrigo como yo.

MARCELO.- ¿Por qué sabes que voy a la plaza?

SABINA.- Porque te lo leo en la cara. Vas a la plaza a ver si te encuentras a alguna compañía de Castilla y León…

MARCELO.- Bah… Y tú qué sabrás…

SABINA.- Oye, llevo en mi vientre murcielaguitos tuyos, así que no me hables así… Mira que llamo a mis hermanos…

¿Murcielaguitos? ¿Y encima me adivinaba el pensamiento? Traté de darle esquinazo sobrevolando la catedral pero no hubo forma. Además, se nos unieron otro par de murciélagos de Ciudad Rodrigo, que la avisaban de por donde había pasado… Así que me planté en la plaza. Me colgué del borde de una sombrilla justo encima de una mesa con un montón de teatreros… Yo es que a los teatreros los distingo desde lejos… Y me puse a escuchar. Pero lo que escuché os lo contaré en el siguiente episodio. También os diré qué pasó con Sabina…

Continuará…

Marcelo, el murciélago

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