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Mientras tantoMarcelo en los camerinos de Realidad

Marcelo en los camerinos de Realidad


Pues sí, he vuelto a meterme en unos camerinos, en los mismos donde me metí la primera vez… los de la Sala Negra de los Teatros del Canal. Fue el miércoles 14 de abril, un ratito antes del estreno de Realidad, obra de Galdós adaptada y dirigida por Manuel Canseco.  

De izquierda a derecha, de pie: Juan Carlos Talavera, Adolfo Pastor y Cristina Juan. Sentadas: Alejandra Torray y Cristina Palomo.

En Realidad, una señora llamada Augusta (mi abuela y mi tía se llaman así, ya ves, es que, entre nosotros, los murciélagos, es un nombre muy común) que está casada con Orozco (Orozcos en mi familia no hay ninguno…) resulta que tiene un amante, Federico (en mi familia hay un solo Federico, un tío abuelo segundo de mi prima tercera…). Pues bien, esto del adulterio, que en el mundo de los murciélagos está más que superado, en el Madrid del siglo XIX estaba visto de otra manera… ¿Y en el XXI? Pues no lo sé… Pero no os voy a contar más, quien quiera saber lo que pasa en Realidad, que vaya a verla, si es que consigue entrada…

Bueno, como yo no soy de contar las obras, sino de contar lo que pasa antes de que comiencen, os puedo decir que escuché en camerinos (sin ser visto, claro), a los actores y actrices hablar de Galdós y de lo que Galdós ha supuesto en sus vidas. Cualquier otra persona de cualquier otra compañía hablaría de si tal día o tal otro iba su prima a verla, o su pareja…  Pero ellos no… Y es comprensible, porque Galdós es tan inmenso, que da para mucho hablar… Alejandra Torray, que interpreta a Augusta, se decía ante el espejo, calentando voz, lo siguiente:

AT.- La verdad es que podríamos pensar que esta función está trasnochada, pero no… Nada de eso… Quizá estos problemas del adulterio ya no son motivo de suicidio, pero en el fondo, todavía no lo tenemos superado, estamos mucho más cerca de lo que pudiera parecer.

¿Que si la obra va sobre el adulterio? Pues no os lo pienso decir… Comprobadlo vosotros mismos… Entonces, pensando en el adulterio estaba, cuando de repente escuché desde lejos a Juan Carlos Talavera, que interpreta a Orozco, decir piropos sobre Galdós:

JCT.- Haciendo al Galdós de Realidad he aprendido que, efectivamente, es «nuestro Ibsen», como dijo el mismísimo Menéndez Pelayo el día del estreno de esta función, allá por 1892.

Ah, así que se estrenó hace muchos años, casi 130… No sabía dónde se estrenó, pero no pasó nada, porque alguien, que no sé quién era, creo que la productora, Maribel Mesón, como si me hubiera leído el pensamiento, o como si estuviera enmendando la plana a Talavera, dijo a gritos:

M.- ¡Se estrenó en el Teatro Español!

Yo, por si acaso Maribel me lo estaba diciendo a mí, por eso no de no ser descubierto, me oculté aún más detrás de una lámpara, tanto que casi me quemo una oreja… Y pensando en mi oreja chamuscada estaba yo cuando Cristina Palomo, que hace de Clotildita, va y le dice a Adolfo Pastor:

CP.- Galdós parece que era un señor muy, muy culto, que escribía muuuuucho, se debía pasar todo el día escribiendo. La verdad es que no sé de donde sacaba tanto tiempo, porque a mí no me da la vida ni para escribir en el guasap. ¡¡¡¡Claro, como no había tele!!!! Bueno, en fin, que me escama mucho que conociera tan bien el alma humana, debía ser un gran observador… ¿Tú qué has aprendido de Galdós, Adolfo?

Y Adolfo, que encarna a Federico, al sentirse interpelado por Cristina, se mesó la barba… Bueno, no os digo si lleva o no barba… Id a verlo… Se mesó la barba, pensó 7 segundos, y dijo…

AP.- De Galdós he aprendido, haciendo esta función, todo ese rico lenguaje decimonónico, que desgraciadamente se está simplificando cada vez más y, por lo tanto, empobreciendo. Es una forma de expresión muy rica, que permite que los conceptos sean más precisos.

Cristina Palomo asintió, y entonces metió baza otra vez Alejandra Torray:

AT.- Pues a mí me da la sensación de que Galdós escribe con una psicología femenina estupenda, porque lo cierto es que no te suena a falso… A nosotras… ¿Verdad, Cristina…? ¿Verdad, Cristina…? A nosotras nos pasa mucho que cogemos textos escritos por hombres, y decimos “uy, cómo se nota que no tiene mentalidad femenina, esto no lo diría nunca una mujer, no lo pensaría, no actuaría así…” Pero con Galdós no pasa eso, da la sensación de que todo es muy cercano y muy de verdad…

Cristina Juan y Adolfo Pastor en Realidad

Sí, Alejandra interpeló a Cristina dos veces. Y no es una errata, es que en este montaje hay dos Cristinas, una de ellas, la Palomo, ya había hablado, y la otra estaba aún reservándose mientras terminaba de peinarse. Era Cristina Juan, que interpreta a Leonor, y entonces, al darse por aludida, dijo:   

CJ.- Es que Galdós aprendió a contar lo que nos pasa a las personas con un discurso del pensamiento claro, a pesar de las contradicciones que mueven a todos los personajes. Sus mujeres son inteligentes antes que bellas. Son fuertes, libres, deciden siempre y lo demuestran con sus acciones. Con Galdós, los conflictos emocionales son un reflejo directo al espectador, y todos y cada uno de los personajes los tienes que abordar desde lo más profundo de ti mismo. ¿No, Palomo?

Entonces la Palomo (el otro día aprendí que al nombrar a las actrices con un artículo delante de su apellido, estás nombrando toda su maestría y su poderío…así que, de ahora en adelante serán la Palomo, la Juan y la Torray…) levantó una ceja y siguió hablando de cómo reflejaba Galdós la realidad:

CP.- El poco tiempo que tenía para salir a ver lo que pasaba en España, lo aprovechaba al segundo, porque en sus obras y novelas refleja perfectamente la sociedad de la época, y no solo la sociedad sino el alma humana.

Fue entonces cuando se asomó Manuel Canseco, director de la función, a camerinos, a ver cómo iban sus actores. Y Talavera aprovechó para contarle un secretillo:

JCT.- Verás, Manuel, hace unos años, cuando tuve la ocasión de participar, de tu mano, en la versión escénica que Alfredo Mañas hiciera de Misericordia, descubrí que Bertolt Brecht hubiera dado su aprobación a una propuesta argumental y temática tan novedosa como rebelde.

A esto, Canseco respondió con una simple frase antes de salir por donde había entrado.

MC.- Venga ya, termina de vestirte, que quedan 5 minutos.

La Torray, sin darse cuenta de la breve visita de Canseco, desde el otro extremo del gran camerino le hablaba a Adolfo Pastor de algo que había observado de Realidad

AT.- Y luego, Adolfo, me gustan mucho los planos de realidad en los que se mete Galdós, ¿no? ¿Qué es la realidad? Porque tu realidad es una y la del otro, es otra. Y los sueños a veces parecen más reales que la propia vida… La idea que uno tiene de las personas no es exactamente real, a lo mejor es todo lo contrario. Todo ese tipo de cosas y de indagaciones me parece que nos enseñan mucho, ¿no? Son preguntas que nos hacemos casi todos, todo el rato. ¿Tú no?

Adolfo la miró, pero siguió mesándose la barba, sin responder. Y ya no pudo decir nada, porque Talavera siguió alabando a Galdos:  

JCT.- Galdós debería ser un autor teatral más visitado. Debería tener su hueco en el canon teatral español. Tiene los componentes del mejor teatro realista, la riqueza literaria de nuestro más grande narrador junto a Cervantes. Y, en fin, sus personajes sienten, padecen y gozan de una manera muy reconocible para los actores y espectadores de nuestro país.

CP.- Es cierto, Tala, pero yo te voy a decir una cosa, Galdós es tan universal, que hasta en uno de los Episodios Nacionales habla del cura enano de mi pueblo, Alcabón… Un cura carlista y guerrillero que gritaba “¡Viva la república y el rey!”

AP.- ¿Y dónde está Alcabón?

CP.- Hombre, en Toledo, ¿dónde va a estar?

Y ahí ya no sé lo que pasó, porque me fui a la sala, pensando que ya era hora de ir tomando posiciones (no puedo decir “tomando asiento”, porque yo no me siento, sino que veo la función colgando por las patas de algún saliente… y en la sala negra hay muchos sitios de los que colgarse…) Bueno, realmente me fui pensando que tendría yo que hacer una visita a Alcabón, a ver qué teatro hacen allí… Y en esas estaba cuando la voz de Carlota Ferrer anunció por los altavoces que la función iba a empezar y justo después sonó esa voz masculina en inglés que diciendo lo de Teatros del Canal Theatres, y entonces comenzó Realidad, del inmenso Galdós.

Marcelo, el murciélago

Cristina Juan, Adolfo Pastor y Alejandra Torray

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