El jueves pasado os cedí trece palabras del post para que opinarais. Nada se supo de vosotros. Supongo que también sois la mayoría silenciosa. Así que las recupero en propiedad y las incorporo al comentario de hoy, que será entonces de ciento noventa y seis. Una figura con muslos de alambre y pantorrillas de hueso espera que escriba algo de sus zapatos. Quizá no lo sepamos, pero puede estar a punto de ser arrojado por un precipicio. De ahí que el fotógrafo no haya querido mostrarnos su gesto espantado. O tal vez solo se prepare para dar un nimio raquetazo sobre el plinto. Después bajará con un escueto salto. El 23 de mayo me/os preguntaba «¿de quién son los periódicos?» y la cuestión reverbera con bríos endebles esta semana, en la que por cierto alcanzamos también la mayoría de edad en países como Camerún, Honduras, Irlanda, Pakistán o Mozambique. ¿Alguien allá? Dos anotaciones a pie de página para terminar: lo mío con Pablo en D183 es un matrimonio… artístico. La gaviota no llegó a Andorra, aunque en su lugar lo hizo un petirrojo, según informó la destinataria del mensaje. De Vitigudino no se recibieron noticias.