Home Mientras tanto Memorial Day (poema)

Memorial Day (poema)

Silaca (Arequipa) en 1994.

 

¿Lloraste?

Un poco

 

*

 

Ya se acaba la carnada

Y no queda dinero

Para ir a Chala

 

*

 

Todos los poetas son gordos ¿oíste?

No me vuelvas a mirar así.

 

*

 

Llévenselo

Que muera junto a los suyos

 

*

Palpita, la cuchara de sopa

llena.

La vida del samurai

Kenjiro

 

*

 

Auerbach’s book on

one hand

The keys of the kingdom on the other

 

If the devil comes I’d

show him my book

 

The West to the front

and to the side

These magnificent

invisible, mountains of

New York.

 

*

 

Entonces el viejo cerdo se aferró al poder

como se agarran esos curas que temen morir

 

Y miraba el gentío con el rostro perplejo, delirante

La había cagado. Eso es verdad.

No le iban a perdonar nada los electores

 

*

 

Las multitudes eran cada vez mejor pagadas

Yo me preguntaba, siempre, cómo juntaban tanta gente.

 

*

 

Menesteres de los viernes:

Hacer la cola. La definitiva

Lunes y martes:

Abandonarse a lo que venga

 

*

«Así es que subió a la torre y se incendió como un bonzo»

Así es, Jaime.

 

*

Casi no llueve en Lima.

En Galicia cae el mar.

Por acá he visto una bicicleta oxidada

Cubierta por la nieve

Detrás de mi casa había muros incas

*

 

Silaca (mar de Arequipa) en 2012. Foto del autor.

Nunca vi el amanecer que vi contigo en Silaca, Lucha.

Cubierto de barro, me bañé en el puquial de Anqui.

Hablábamos huevadas escuchando el mar

Sacando las lengüetas de los mariscos

 

Cuando éramos niños trepábamos

La cerca del establo.

 

El Toyota se quedaba al otro lado del río

Mi primo me llevó hasta el ojo de agua

Y yo estaba jodidamente cansado

 

*

 

Yosmar dijo: cierra la puerta

En esa piedra, frente al mar, me sentí libre.

Leía escuchando las gaviotas, esquivándolas.

Y se me hacía tarde.

 

*

¿Qué somos nosotros? ¿Primos?

Me gustaría quedarme aquí todo el verano

Los dos meses y medio.

Y entre los cordeles de ropa, una vieja

Nos sorprende besándonos.

«Tienes unos labios riquísimos»

«Lo sé»

 

*

 

Y ese árbol que plantamos y regamos

Lo arrancó el viejo Melquiades

Los árboles traen avispas, arañas

No tenemos insectos (no queremos insectos) en Silaca.

 

*

 

Si hubiera agua, habría vida

Para hacer un pozo, se necesita plata

«El imbécil, ignorante, quemó el monte»

Y ya no hay agua.

 

*

 

¡Sígueme! Te voy a enseñar el ojo de agua

(Agáchate bajo esta piedra)

Te voy a enseñar cómo se besa con lengua

Te voy a comer la lengua (ñam ñam)

Ese es el río a las 5 am.

Viene trayendo la lama.

 

*

 

Me encantaba pescar a tu lado

Mirar hacia el corazón de la luz

Fuiste la única que conoció mi piedra.

 

Nos esperaban muchos barquillos

Al verano siguiente

 

Nunca aparecí.

 

*

 

La bruja me pronosticó tres hijos

2 varones, una hembra

Desde entonces no he regresado a que me digan la suerte

Doucement, s’il vous plait. Doucement

Mon frere, il ne sait rien.

Se meten al campus a robar

Ya nadie quiere a los gitanos.

 

*

 

Una lancha avanza sobre el mar

Atraca entre las casitas de chala

Mi primo les entrega pan

A cambio de pescado.

 

«Melquiades: saca una carta», dice la niña

Él llegó en la mañana con un costal de mariscos

Le faltan todos los dientes

Y es sordo.

 

«Ese tiene como 80 años. Era el hijo de una cocinera»

A la luz del lamparín lo llaman:

El alcalde de Silaca.

 

*

 

Siempre me fascinó la Petromax.

A veces hay que golpear un poco la radio

Que chilla un rato y luego se escucha

La voz de JJ Gamio

JJ Gamio ve el futuro

Nadie lo escucha en Lima

 

Allá nadie piensa en el futuro

Excepto yo

 

«Es mi era», digo

Y recuerdo esas perlas que eran sus ojos

Su hueso húmero y su piedra negra

 

*

 

(«Donde hubo fuego, cenizas quedan»

Ella avanza muy redonda

En Lima me dijeron que

Había quedado embarazada)

 

*

 

Bajan y suben los autos

(pre Via Expresa)

Combis, Covidas, Ticos,

y carretillas

«Toda la Javier Prado, Molicentro, Musa»

«¡Cinco minutos, cinco minutos!»

 

Apaga la luz.

Cierra, cierra.

Silaca (Arequipa), vista desde La Lobería. 2012. Foto del autor.

 

 

 

Salir de la versión móvil