Mi escritura no se ha librado todavía
del yugo de las palabras
Sigo y sigo con esta voz ronca
gastada de tanto chillar en vano
Mi cuerpo cansado y viejo
y una mente
como si enciendes una cerilla
y se rasga el aire
levemente primero
hasta que cuando te das cuenta
has prendido fuego a tu vida entera
Así estamos
quemándome y muy quietecita
Quiero páramo yerto sin sonido alguno
para poder entonces crear una palabra
una única palabra
Bien
así ya podemos empezar
con la única palabra en el descampado
una sola y en silencio
creando el mundo de nuevo
las llamas lo han arrasado todo
y la palabra, la única, se levanta
entre yescas ardiendo
Ella, la única superviviente
limpia y generosa
y por fin
viva
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