“Reparten mis vestidos entre sí, y sobre mi ropa echan suertes.” (Salmos, 22: 18)
Al contrario de como siempre se ha representado, según las Sagradas Escrituras Jesús estaba desnudo en la cruz. Y así es como quiso tallarlo un joven Miguel Ángel en El Cristo reencontrado, cuya autoría fue establecida hace solo cuatro años. Esta figura de madera policromada de finales del siglo XV es fiel al texto sagrado. Por eso cuenta con una rareza, la acusación de Jesús inscrita en latín, griego y hebreo “Jesús Nazareno, rey de los judíos”. Propiedad del Estado Italiano, la escultura reside normalmente en la iglesia de Santa María del Santo Espíritu en Florencia. Una gira por diversas ciudades italianas la han llevado al Museo Diocesano de Nápoles