Salgo de México en un par de horas, y sólo puedo robar (y compartir con ustedes) unos párrafos al autor fronterizo Heriberto Yépez para resumir el tiempo en el que estamos.
«También México alguna vez tuvo una cultura original. De hecho, la caída de la cultura mexicana es parte primordial y necesaria para la muerte de la cultura humana, pues mientras culturas como la mexicana, la japonesa, la china, la francesa, la hindú o la rusa estuviesen vivas, Estados Unidos (es decir, la disgregación) no podría perseverar. Para que el puberto idiota persevere, se requiere que mueran todas las brujas y los ancianos. También nosotros somos parte de aquellos que tenemos que morir para que se establezca la homogeneidad. La desmemoria requiere que desaparezcamos.
No distorsionemos, debido al miedo o a la pereza, el mensaje de esta época: tenemos que ser erradicados. O, en el mejor de los casos, la globalización exige que perdamos nuestros centros y quedemos sólo zombies de las transnacionales. Seres vaciados, es decir, perfectos consumidores».
Heriberto Yépez en Mishima y Occidente (Revista Replicante 6)