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Mujeres ilustres en la Bulgaria del Renacimiento

Día de los próceres nacionales

El 1 de noviembre en Bulgaria se celebra el Día de los próceres nacionales (Ден на народните будители) en el que se rinde homenaje a las personalidades ilustres en la historia de la Bulgaria moderna. Se trata de personajes que ayudaron a preservar y establecer los valores nacionales y la identidad del país.

Son considerados próceres desde personajes públicos, escritores y académicos de la época entre la Еdad media hasta la Liberación, como son Paisii Hilendarski o Iván Vázov, hasta monarcas, como Tsar Simeón, e incluso revolucionarios como Hristo Bótev o Vasil Levski.

La propuesta de establecer tal fiesta surge por iniciativa del ministro de educación y ciencia Stoyán Omarchevski, bajo el gobierno de Alexander Stamboliiski, a raíz de la iniciativa de un grupo de intelectuales. Entonces el Consejo de Ministros establece el 1 de noviembre como el Día de los Ilustradores búlgaros y en el año 1923 Tsar Boris III firma una ley para su introducción.

Uno de los objetivos de la fiesta es la reconciliación con la memoria de los próceres y la creación de una lista común con sus nombres, como pilares de la historia del país. Otra de las finalidades es conservar la memoria, las biografías, las casas natales y la obra de los ilustres, así como construir monumentos suyos por todo el país.

Entre 1944 y 1989 la fiesta fue prohibida por el Partido Comunista que se aprovecha de la imagen de algunas de estas figuras ilustres para hacer propaganda.

La fiesta de los próceres en la actualidad

Hoy en día, el 1 de noviembre es una de las fiestas oficiales más importantes en Bulgaria, celebrada con marchas y eventos culturales. Los niños y niñas van con sus profesores del colegio a dejar flores en los monumentos de muchas de estas personalidades, normalmente los patrones de sus escuelas (cuyo nombre llevan).

Pero hoy no vamos a presentaros una lista con “Los 10 próceres búlgaros que tenéis que conocer”, sino que vamos a hablar de mujeres próceres de la historia búlgara cuya presencia hoy en día no se nos recuerda mucho, por no decir casi nunca. Hasta el año 2018 en Sofía no había ni un monumento dedicado a una mujer. Desde el “Мuseo de la historia de Sofía” señalan que menos de 6% de todos los sitios memoriales de la ciudad (la mayoría placas memoriales) son de mujeres.

¿Mujeres próceres?

 

 

¿Cuál es el papel de la mujer en Bulgaria después de la Liberación? Este es el tema principal del proyecto Будителките (Mujeres próceres, ilustres) que fue presentado el 31 de octubre de 2019 en la Galería «+Toва» en Sofia. Este proyecto es fruto del trabajo de la página web femenina «Момичетата от града» (las chicas de la ciudad). Es una iniciativa apoyada por el Comité Búlgaro de Helsinki que en 2017 lanzó el proyecto “Паментни българки” para recordar y difundir las biografías de mujeres ilustres. También organizó una compañía para la construcción de un monumento a Ekaterina Karavelova de la que hoy os hablaremos.

El proyecto Будителките centra su atención en las historias de 15 mujeres búlgaras entre las que encontramos nombres como Ekaterina Karavelova, Liuba Kutincheva, Elisaveta Konsulova-Vazova, Mara Belcheva, entre otras.

Esto es parte del proyecto que continuó durante el año 2020 con la publicación de un libro y con la creación de los premios anuales para mujeres ilustres contemporáneas.

Hoy hemos escogido a tres mujeres próceres cuyo camino extraordinario nos gustaría contaros.

Tres mujeres ilustres de la Bulgaria moderna

Ekaterina Karavelova (1860 – 1947). Profesora, traductora y presidenta de la Liga Internacional de Mujeres por la Paz y la Libertad de Bulgaria.

 

 

“Nuestro ideal no es la paz que establecen los gobiernos sin conocer las aspiraciones reales de los pueblos sino la paz de la verdadera democracia”

Ekaterina Karavelova nace en una familia humilde en Ruse. Consigue ir a estudiar a Moscú y después de la liberación de Bulgaria en 1878 vuelve otra vez a su ciudad natal donde empieza a trabajar como profesora. Más tarde se casa con el futuro líder del Partido Liberal Petko Karavelov, hermano del conocido escritor y revolucionario Liuben Karavelov. Poco después su marido es elegido primer ministro del país y ella se convierte en su traductora y secretaria personal. Los tres mandatos de Petko Karavelov coinciden con eventos importantes de la historia del país: la Unificación de Bulgaria y la Guerra Serbio-búlgara en 1885.

Muchos intelectuales de la época dicen que el gobierno de P. Karavelov nunca hubiera sido tan exitoso sin la gran labor y apoyo de su mujer. Durante la guerra, Ekaterina Karavelova tiene un papel activo y es una de las pocas figuras públicas que no pierden la esperanza en la victoria y dan coraje a sus compatriotas. Durante todos estos años nunca deja de trabajar como profesora en algunos de los institutos más importantes en el país.

En la década de 1890, durante el gobierno de Stefan Stambolov, la familia Karavelovi es perseguida y llevada a juicio varias veces. Después de la muerte de su marido, Ekaterina se dedica a la actividad pública y benéfica enfocada al acceso a la educación y la paz.

Durante toda su vida tiene un papel importante en la esfera de la educación y participa activamente en todas las decisiones que se toman en ella. Es la presidenta de la primera conferencia de las mujeres que más tarde llevará a la creación de la Unión de Mujeres Búlgaras (Българския женски съюз). Es también la creadora de la Unión de Escritoras Búlgaras que presidió durante muchos años. Representa a Bulgaria en el IV congreso de la Liga Internacional de Mujeres por la Paz y la Libertad en Washington en 1924. En sus últimos años, ya mayor, participa activamente en el Comité en defensa de los judíos en Alemania y en el movimiento en defensa de los judíos búlgaros.

Es autora de muchos ensayos, panfletos, folletines, poemas y cuentos de carácter político. Ha traducido a Dostoyevski, Hugo, Tolstoi, Flaubert y a Maupassant, entre otros.

Ekaterina Karavelova es una de las primeras mujeres que ocupan un papel tan importante en la vida política y social de Bulgaria.

Tiene tres hijas que comparten el trágico destino de perder su vida siendo muy jóvenes. Su hija más pequeña, Lora Karavelova, es la mujer del célebre poeta simbolista Peyo Yavorov, la cual muere a los 27 años de edad.

Yana Yazova (1912 – 1974). Pseudónimo de Liuba Todorova Gancheva. Es una de las escritoras búlgaras más controvertidas del siglo pasado.

 

 

Muchos la han definido como la niña pródiga de la literatura búlgara porque empezó a escribir poesía a muy temprana edad en la que ya destacaba por su talento, sensibilidad e imaginación.

Sus primeras publicaciones son tres poemarios que tratan sobre la vida íntima de la mujer, su poder místico con simbología nacional. Lo que los hace destacar son los temas sociales que siempre están presentes. Sus personajes son personas marginadas, mendigos, gitanas, prostitutas. En toda su obra se nota su atracción hacia lo psicológico.

Yana Yazova escribe, además, la primera novela histórica que no es de temática búlgara, sobre Alejandro Magno, razón por la cual visita Siria, Egipto, Palestina y Turquía. El libro se termina de escribir hacia finales de 1944 pero solo se imprimen 8 tiradas. Durante los bombardeos en la Segunda Guerra Mundial impactan sobre la imprenta y el manuscrito se quema. Más tarde el editor del libro sería condenado a muerte por el “Tribunal del Pueblo” y es asesinado. De esta manera, los turbulentos cambios políticos arrojaron al olvido esta interesante obra.

Los acontecimientos políticos del 9 de septiembre de 1944, conocidos también como el golpe de estado comunista, marcan un punto de inflexión en la vida artística y en el destino de Yana Yazova. Condenada al abandono y al silencio forzado durante tres décadas, ella logra sobrepasar los límites de su injusta suerte y durante aquellos años escribe el libro de su vida: la trilogía histórica “Balcanes”.

La singularidad artística de esta gran obra creativa se debe a la libre unificación de distintos géneros y características textuales. El mundo épico ficcional está en síntesis con las investigaciones documentales, comentarios ensayísticos, textos legendarios así como retratos biográficos.

Su novela sobre Vasil Levski es propuesta durante el régimen comunista para ser publicada, pero finalmente la autora se niega a escribir poemas sobre el dictador Georgi Dimitrov y finalmente no es publicada.

Yana Yazova muere en extrañas circunstancias. La última señal de vida es un texto en su diario del 9 de julio de 1974. Su cuerpo fue encontrado en agosto en su casa (junto a su diario, que estaba cerrado en la mesa). Existen sospechas de que otro autor búlgaro conocido robó el manuscrito de su novela “Levski” después de su muerte e intentó publicarlo con su nombre.

Elizaveta Karamihailova (1897 – 1968). Es la primera profesora de la Universidad de Sofia. Fundadora del laboratorio de radiactividad en el Instituto de Física de la Academia Búlgara de Ciencias.

Elizaveta Karamihailova nació en Viena, donde su padre estudiaba medicina. En 1907 la familia vuelve a Bulgaria y su padre comenzó a trabajar como cirujano en el nuevo hospital de la Cruz Roja. Elizaveta comienza sus estudios en uno de los institutos más prestigiosos del país, donde se familiariza con las ideas del feminismo, ya que sus maestras eran representantes activas del movimiento feminista búlgaro de la época.

Más adelante, en 1917, se marcha a Viena, donde se matricula en Física y Matemáticas  en la Universidad. Defiende su tesis doctoral sobre física atómica y comienza a trabajar en el Instituto de Investigaciones de la Radiación de Viena. Sus investigaciones en los rayos gama y en el polonio son actuales hoy en día y son considerados como un gran paso en la física contemporánea. Elizaveta y su colaboradora Marietta Blau estuvieron muy cerca de descubrir los neutrones pero un pequeño retraso en la publicación de los resultados les privó de este merecido honor.

En 1935 Elizaveta, ya miembro de International Federation of University Women (IFUW), es becada como asistente en las investigaciones científicas de Girton College (Cambridge). Así mismo, participa en las investigaciones de los laboratorios Cavendish, el más prestigioso laboratorio de física atómica del momento, donde trabajan principalmente hombres, pero que era de los pocos laboratorios de Cambridge que aceptaban a mujeres científicas.

Después de intentar durante once años conseguir una plaza fija en la Universidad de Sofía, finalmente es contratada como profesora de física atómica experimental en 1939. La falta de apoyos y de recursos, así como la actitud machista de sus compañeros (quienes no permiten entrar a mujeres en los seminarios de la Facultad de Física) no impiden que se detenga. Transforma su despacho personal de la universidad en laboratorio para dar la oportunidad a sus estudiantes de usar su equipamiento. Crea, además, una nueva cultura de lo colectivo organizando encuentros semanales en su casa con sus estudiantes y doctorandos, similares a las fiestas de té organizadas en el Instituto de Investigaciones de la Radiación de Viena.

En 1945 se establece la Cátedra de Física Atómica y Elizaveta se convierte en su primer jefe, a pesar de estar en la lista negra por su origen burgués. No le permiten viajar fuera de Bulgaria ni siquiera para participar en congresos internacionales científicos (solo en una ocasión se le permitió asistir a un congreso científico en Zurich).

Elizaveta permanece en la historia no solo como la primera mujer búlgara en dedicarse a la física atómica, sino también por haber logrado un reconocimiento y un éxito significativo en su campo de estudio a nivel mundial.

Marco y Martina se cruzaron en un día otoñal de 2015 en el Matadero de Madrid. Por entonces no sabían que un año más tarde se conocerían en Sofía. Este encuentro daría lugar a muchos proyectos compartidos, desde la traducción de la obra teatral “Cervantes, Shakespeare y Antón”, al diván del Lorca, así como a una larga amistad.

 

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