Colores brillantes, instalaciones que transportan a mundos galácticos y pinturas alucinantes son parte esencial de Obsesión infinita, la retrospectiva de la artista japonesa Yayoi Kusama. Los elementos estéticos de su obra han causado furor, sobre todo por los icónicos puntos de colores que invaden diferentes superficies. Las largas filas fuera del museo demuestran la expectación que la muestra ha provocado en la ciudad. Ya sea por la peculiar historia de vida de Yayoi Kusama, o por las ansias de conseguir un selfie en alguna de las instalaciones, podríamos asegurar que es la exposición más taquillera del año. Al entrar a la primera sala, nos da la bienvenida un video que narra cómo fue la llegada de Yayoi a Nueva York, ciudad a la que se mudó en la década de los sesenta y donde conoció a otros artistas relevantes de la corriente del pop art, como Andy Warhol, Donald Judd y Frank Stella.