“El punk es la expresión personal de la singularidad que proviene de las experiencias de crecer en contacto con nuestra habilidad humana para razonar y hacer preguntas”
Greg Graffin
Para aquellos que desconocen o no saben mucho acerca del tema, el punk toma su concepto más amplio, principalmente en Estados Unidos, Canadá y Reino Unido, a mediados de 1970 con influencias de un rock mucho más agresivo, el garage.
Jóvenes ya convencidos de que el rock se había pasado al lado oscuro de la industria, al lado comercial, buscaron volver a sus bases más primitivas.
Entre los años 60 y los 70, nuevas bandas acuñaron una corriente nueva, el garage, estilo caracterizado por el uso de un sonido más crudo y simple del rock.
Pocos años después nacería el punk, con influencia de esta última corriente. Lo que más caracterizaría a este estilo sería la situación social de la época. Firmes convicciones de estar viviendo en una sociedad marcada por la opresión, donde todo se corta por el mismo patrón, un patrón impuesto para todos por igual, cercando a la gente como si de un rebaño se tratase. Las nuevas bandas de jóvenes, con la visión de un mundo basado en hipocresía y apariencias, busca romper y burlarse de estos convencionalismos: punk.
Me atrevería a decir que el punk no es solo música; es una estética, una filosofía, una forma de vida, una ideología.
El punk sigue su camino y toma cuantiosas bifurcaciones, aparecerán muchos subgéneros, así como fusiones con otros estilos. En países como el Reino Unido, las primeras combinaciones musicales con el punk, fueron el ska y el reggae. A raíz de la llegada de un estilo diferente pero con toda capacidad de expresión, surgen subgéneros del punk, que se definen a veces por una ideología o por características musicales.
El punk folk nace de la combinación de estos dos géneros: el punk y el folk. Podría decirse que se trata de un subgénero del punk, en el que se integran los instrumentos tradicionales o populares (de ahí viene lo de folk) de los músicos que forman la banda.
El estilo de música al que quiero hacer referencia con todo este repaso, es el Celtic punk. Punk asociado a los países celtas, como bien indica su nombre. Para dar ese toque irlandés a las melodías, propio del Celtic punk, a parte de los instrumentos clásicos (guitarra, bajo, batería), se integran otros, como la gaita, el violín, el banjo, o el acordeón. Como es característico del punk, prima la actitud y la ideología, y en este caso, además, es característico la temática irlandesa y el vínculo con la clase obrera trabajadora.
Actualmente, en el panorama punk folk destacan grupos, como Dropkick Murphys, Flogging Molly, The Pogues, The Mahones, The Dubliners, The Real Mckenzies, Sir Reg…
En cuanto a grupos españoles no nos podemos quejar, tenemos unos cuantos y bastante buenos. Skontra, Brutus’ Daughters, Motor Perkins, Bastards on Parade, The Fatty Farmers, Dixebra, Rastreros, Drink Hunters, Vina de Sidra, etcétera, son algunos ejemplos de que este género pisa con fuerza.
Brutus’ Daughters me merece, personalmente, especial atención, ya que donde van, gustan.
Brutus es una banda punk folk, con toque ska, que nació en el sur de Madrid (Carabanchel) por el año 2008.
Es una banda formada en su mayoría por chicas, ya que la idea original del grupo era esa. Algunos de los miembros iniciales no son los mismos que componen hoy en día Brutus. La gran novedad fue el cambio de cantante, pero más tarde también tuvieron algún que otro problema para completar el grupo, así que otra gran novedad fue la incorporación de violín y bajo. Actualmente la banda se compone de:
Xipla: Gaita
Pablo: Guitarra
Rebe: Batería
Alex: Voz
Rak: Bajo
Lorena: Violín
When the Pubs are Dying es el disco que sacaron en 2010 y que consta de ocho temas. Brutus se caracteriza por tocar temas en castellano, en inglés y algunos en asturiano, y lo cierto es que el disco tiene buena acogida.
Actualmente están grabando su segundo disco, que tiene que estar a punto de salir al mercado.
Foto: Brutus’ Daughters
Aunque este tipo de grupos no sea muy conocido (conocido en lo que respecta a hacer dinero y tener miles de seguidores, además que esa tampoco es su filosofía), merece la pena ir a verlos a algún concierto o escuchar algunos de sus temas.
Son grupos que se conocen entre ellos y que son amigos. Tocan muchas veces juntos en festivales o en salas, así que el buen rollo está siempre presente. No hay ningún concierto donde no te lo pases bien, los directos siempre van a ser divertidos y tanto el público como el grupo lo van a dar todo. Lo más seguro es que os gusten.
Sir McTinta
