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Nadina y sus tres perritas

 

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Nadina ama a los perros, en particular a las tres que conviven con ella: Canela, Petunia y Dominga-Shakira. En esta entrada les presento una breve historia de la creación de esta matrioska tan canina como bordada. Producir una muñeca como la que ven en la foto es un proceso complejo. En este caso en particular incluso involucró cierto espionaje digital… o mejor dicho, investigación en las redes sociales.

 

El encargo y el boceto

 

Cuando Nadina Rivas me encargó una matrioska personalizada de ella misma, me pidió que incluyera a sus dos perritas, Canela y Petunia, mezcla de maltés y cocker, y me envió unas fotos de ellas vía Facebook Mesenger. Un par de días después, me mandó fotos de una tercera perrita, la finquera Dominga-Shakira, solicitándome que la incluyera en su muñeca. Mi vida se complicó un poco, lo admito: ¿cómo introducir a tres perritas en una matrioska? 

 

El shock causado por la impresión de un pedido tan complejo –el más complejo que he recibido en mi Gineceo hasta el día de hoy– hizo que viviera durante varias semanas en parálisis creativa. Una tarde, matando el tiempo en las redes sociales, llegué al perfil de Facebook de Nadina y me dediqué a espiar, con fines investigativo-creativos, las fotos de sus perritas. También estudié el rostro de mi amiga. De ahí tomé fuerzas para, papel y lápiz en mano, bocetear a la matrioska. 

 

En tela

 

La siguiente fase fue la de dibujar a mano alzada, con lápiz negro, siguiendo el boceto –pero sin calcarlo– la muñeca sobre la tela. (Para mis matrioskas uso manta de algodón crudo, de hebra tupida, prelavada y planchada). Cuando el dibujo estuvo terminado tomé los colores Derwent Inktense para delimitar cada área. Estos los apliqué con un solvente para tela (fabric medium); cuando estuvo seco el dibujo, planché la tela para fijar los colores.

 

El bordado

 

Lo que da textura y vistosidad a las matrioskas de mi Gineceo es, sin duda alguna, el bordado. Este es realizado completamente a mano, con hilos de madeja de marca DMC, en diversidad de puntadas, muchas aprendidas por tradición familiar y otras, por internet. El bordado es la fase más larga del proceso de creación. Comencé a bordar a Nadina, como es usual, por el pelo, en el cual usé punto atrás en un tono rojizo. Seguí con un pespunte en la boca. Luego me dediqué varias horas, en varios días distintos, al velo rojo. Sus bordes están hechos con punto atrás y puntada de Mountmellick (Mountmellick stitch); su interior, con círculos de festón o diente de chucho (blanket stitch). Para completar la decoración del velo añadí unas mostacillas en celeste, amarillo y blanco.

 

Las perritas

 

Bordé las orillas del vestido verde siempre con punto atrás y Mountmellick, y decidí dedicar mis próximas horas de bordado a lo que veía más complicado: las tres perritas. Arranqué en el orden convencional, de izquierda a derecha, sin tener demasiado claro qué puntadas usaría. Los bordes los resolví con cadenilla retorcida (twisted chain stitch) en un color beige; en el interior jugué con un par de tonos más claros en punto de mosca (fly stitch) y cadeneta suelta (punto de margarita o lazy daisy). Dejé varios días la muñeca sin bordar hasta que finalmente me atreví a entrarle a la perrita finquera, Dominga-Shakira. Volví a espiar las fotos de Nadina en Facebook y tomé una decisión crucial: usaría hilo color dorado y un café claro para ella. Comencé con puntada recta para rellenar y rellenar, aplicando algunas sombras con el color café y unas luces con un amarillo tierno. ¡Las perritas estaban listas! Abajo las pueden ver cuadruplicadas en una foto-flor-muñeca que monté con Layout.

 

 

El vestido y el delantal

 

Llegaron las vacaciones agostinas, las lluvias traídas a Santa Tecla por el huracán Earl y el impulso para terminar de bordar a la matrioska Nadina. Desplegué todo mi equipo en la terraza de la casa, frente al jardín y tomé las decisiones del momento: cadeneta suelta en el vestido, en el mismo color del fondo (verdecito), e hilván en el delantal, en varios tonos, semejando una tela rayada.

 

Máquinas de coser y de fotografiar

 

Recortar la tela, buscar una tela estampada para el reverso y pasar a Nadina por la máquina de coser: eso hubo que hacer para convertir a la muñeca en una especie de bolsa invertida que habría que rellenar con fibra de poliéster, retacitos de tela y una bolsita de arena. Tomar la aguja y el hilo blanco para cerrarla por la base; firmarla con Sharpie para tela. La matrioska estaba lista para la sesión de fotos y para lucirse en las redes sociales.

 

Más fotos de la matrioska Nadina aquí.

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