La palabra o frase más abusada.
Libertad.
Una artista que te impresiona.
Lola Flores y Angélica Liddel.
El papel que rechazarías.
El de víctima.
Un primer plano que te perturba.
Depende de la imagen pero cualquiera que se haga sin compasión.
Un libro que te acompaña.
Siempre llevo uno en el bolso. Ahora es el de Andrea Momoitio.
¿La vida nunca te asustó?
Todos los días. Lo contrario sería ceguera, inconsciencia. Me asusta nuestra fragilidad, nuestra falta de agencia ante un sistema que nos devora y que es suicida. Pero trato de convertir el miedo en un sentimiento menos paralizante, más movilizador.
¿Cuál es la virtud más sobrevalorada?
La capacidad de liderazgo. Ha provocado que muchísimos imbéciles sin ideas ni capacidad de mejorar nada para la mayoría generen admiración.
La última película que te hizo llorar.
No suelo ver pelis que me hacen llorar, me dejan sin un montón de energía que necesito para otras cosas. Evito Pixar porque son maestros de esa movida. O sea, si me mencionas al abuelo de Up lloro. No veo pelis de llorar porque luego no sé parar.
¿Cuál es tu mayor extravagancia?
Encerrarme en mi casa y relajarme haciendo un montón de cosas tradicionalmente relacionadas con lo femenino: limpiar, bordar, cocinar, hacer patrones. Si te lo enseñaban en la Sección femenina, a mí me relaja. Ese es mi kink.
Tu idea de mujer.
Un ser humano sobre el que se ha formado un sistema de cuentos y mitos para convencerla de que tiene que trabajar gratis.
¿Qué es lo que nos queda?
¡Organizarnos de una vez joder!