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Mientras tantoNgoma (12): La sororidad musical de Karyna Gomes

Ngoma (12): La sororidad musical de Karyna Gomes


Ya hace tres veranos que, junto con Toumani Diabaté y Ketama, iniciamos una ruta por el continente africano para aprender y saborear su música. Durante este tiempo (y tras haber pasado por Mozambique, Gambia, Cabo Verde, República Centroafricana, Zimbabue, Zambia, Sudáfrica, Senegal, el Sahel o el Golfo de Guinea) creo que ha quedado claro que la música africana es tan vasta y variada que el mero hecho de llamarla así resulta una temeridad. Aunque en ocasiones parece, como mucho de lo que viene de este continente, que la música también nos llega empaquetada y simplificada al máximo. Pero gracias a toda la gama de artistas y géneros que hemos escuchado ya podemos por lo menos desmontar esa generalización. Hay tantas músicas como Áfricas posibles: hay un África austral, otra occidental; hay un África tropical, otra desértica; hay un África atlántica, otra índica. Dicen que una pre-histórica y otra post-colonial. Y existen Áfricas de cabos, golfos, islas y ríos.  Como hay de todo y se puede elegir, he elegido finalizar la temporada con otra parte del África lusófona, que ya hemos degustado en Cabo Verde y Mozambique.

Guinea-Bisáu, localizado en el África occidental, es uno de los países más pequeños del continente, pero, entre otras cosas, también es la tierra de uno de las grandes figuras políticas e intelectuales del siglo XX africano: Amílcar Cabral. Líder del el Partido Africano para la Independencia de Guinea y Cabo Verde (PAIGC), su influencia todavía se mantiene vigente a pesar de su muerte prematura (fue asesinado, compartiendo un destino similar a otros líderes como, por ejemplo, Patrice Lumumba o Thomas Sankara). Cabral no llegó a ver la independencia de su tierra y Bisáu, la capital del país, parece representar los sueños frustados de Cabral, una ciudad con un encanto sepultado por cierto aire apocalíptico en sus calles y edificios históricos. Hace casi diez años pude comprobarlo por mí mismo en un viaje casi relámpago entre Bissau y Cacheu, que se encuentra en la frontera con Senegal, y donde una fortaleza a las orillas del río del mismo nombre se alza para dejar patente el pasado colonial y esclavista de la región.

Solar en Bisáu (foto cortesía de Sonia Cámara)

Pero Guinea Bisáu también es el hogar de grupos míticos como Super Mama Djombo, máximo represante del gumbé, un género polirítmico que se caracteriza por canciones normalmente cantadas en creole y que son dedicadas a temas como la sociedad, las relaciones humanas y amorosas, la amistad, o la política. Engloba diferentes géneros que reflejan el folklore y las diferentes musicas tradicionales del país y en su evolución ha ido incorporando elementos de música contemporánea. Esa mezcla de la tradición con lo modernos es algo que hemos visto muy a menudo hasta ahora y que habla de la capacidad de adaptación, creatividad y dinamismo de la música y de la cultura africanas. Y de la fuerza y profundidad de los habitantes de este continente, en especial de sus mujeres, para muchos su auténtico motor y su verdadera alma.

Eso es lo que Karyna Gomes (periodista, activista y música…) trata de reflejar en las canciones de Mindjer (Mujer) compuesto a partes iguales por un halo de ternura (Mindjer i Mamê) y otro de energía (Gumbê Sperança); por la corriente de ritmos que invitan tanto a la nostalgia reposada (Djêmia) como a un baile más agitado (Nha Cunhada). Y que también recoge sin complejos, para amoldarlos entre sí, tanto ritmos cabo verdianos como continentales (Baluris Torkiadu o Djugudê Fidalgu). Un albúm muy bien trabajado y pulido, con diferentes registros que, sin embargo, encajan sin problemas y que se va escuchando con naturalidad. Según la misma Gomes, este disco es además un homenaje no solo a las mujeres de Guinea-Bisáu sino a todas las mujeres africanas.

 

 

 

 

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